
Para poder asegurar si es malo encender y apagar la caldera de gas es clave conocer las recomendaciones del fabricante y el tipo de instalación.
Elegir entre calefacción a gas o eléctrica puede resultar complicado si no estás familiarizado con lo que cada sistema puede ofrecerte. Factores como el tipo de vivienda y su tamaño, la zona climática o la localización del inmueble pueden resultar determinantes en tu elección.
De hecho, seleccionar un sistema de calefacción no es una cuestión baladí si piensas que el gasto en calefacción supone el porcentaje más elevado en el consumo energético de los hogares.
Con la intención de arrojar algo de luz en este dilema, vamos a compartir contigo las ventajas y desventajas de cada uno de estos sistemas de calefacción.
Si te encuentras ante la dicotomía de elegir entre un sistema de calefacción a gas o eléctrica, es importante que consideres los siguientes factores.
El tipo de vivienda y la zona geográfica en la que se encuentre tu vivienda van a determinar la idoneidad entre ambas opciones.
Por ejemplo, si se trata de una vivienda mediana o grande en una zona fría o muy fría, la alta eficiencia del gas natural te será más rentable a medio y largo plazo.
Sin embargo, si tu vivienda es pequeña, y más aún si se trata de una segunda vivienda que vas a utilizar ocasionalmente y que se encuentra, además, en una zona templada, puede resultar más ventajoso optar por un sistema eléctrico.
A pesar de que la red de suministro de gas natural está muy extendida, puede ocurrir que el lugar en el que se encuentre tu casa no disponga de acceso a este suministro.
En ese caso, si no quieres renunciar al gas, otra opción es instalar un sistema de calefacción alimentado por un gas licuado del petróleo (GLP) como el propano o butano, o en su defecto un sistema de aerotermia con radiadores que funcionen a baja temperatura y que puedes combinar con instalaciones de autoconsumo.
Antes de realizar una inversión importante en un sistema de calefacción, analiza el estado del aislamiento de tus espacios porque si tienes puentes térmicos tendrás que aumentar considerablemente el consumo energético para llegar a una temperatura de confort.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) los hogares españoles gastan una media de 750 € anuales en calefacción por lo que tu elección debe ser sopesada y analizada al detalle.
Con el fin de acompañarte en tu elección, compartimos contigo los beneficios e inconvenientes que te ofrece la calefacción a gas.
Este tipo de climatización te da acceso a una serie de ventajas muy interesantes, sobre todo si nos centramos en el gas natural natural como fuente de energía:
El gas cuenta con 3 desventajas que queremos compartir contigo y que debes poner en la balanza a la hora de hacer tu análisis:
Como el gas, la calefacción eléctrica cuenta tanto con ventajas como con desventajas, y conocerlas te servirá para tener las cosas más claras.
Instalando un sistema de calefacción eléctrica puedes beneficiarte de:
La primera desventaja de la calefacción eléctrica es el relativo al precio de la electricidad.
Por otro lado, ten en cuenta que si optas por la calefacción eléctrica puede que debas aumentar la potencia eléctrica al incrementar tu consumo, un hecho que va a repercutir en tu factura de la luz. En ese sentido, la tarifa eléctrica que tengas contratada cobra gran relevancia.
En todo caso, ambas se pueden optimizar con radiadores de bajo consumo y elementos como calderas de condensación o bombas de calor inverter.
Otra circunstancia que te ayudará a reducir tu factura energética es la tecnología gracias a la cual puedes hacer una zonificación en tu vivienda para potenciar tu eficiencia energética.
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Para poder asegurar si es malo encender y apagar la caldera de gas es clave conocer las recomendaciones del fabricante y el tipo de instalación.
La primera diferencia entre la energía solar térmica y la fotovoltaica radica en que la primera utiliza el calor del sol y la segunda la radiación.
Saber cómo se extrae el gas natural es clave para entender su papel en la transición energética de Europa. La rotación directa es la más empleada.