
El aerogenerador es un dispositivo que transforma mediante sus palas la energía eólica en cinética o mecánica para, finalmente, generar electricidad.
Una central eléctrica o planta de generación eléctrica es un tipo de equipamiento industrial capaz de convertir la energía mecánica, obtenida mediante distintas fuentes de energía primaria (agua de un embalse, vapor de agua o el sol) en energía eléctrica, mediante un sistema de rotores o turbinas conectados a unas máquinas denominadas generadores o alternadores.
Por lo general, suelen estar ubicadas cerca de estas fuentes de energía o en las proximidades de las grandes ciudades o en zonas industriales donde el consumo de energía es elevado.
Los tipos de centrales eléctricas se han diversificado mucho en las últimas décadas y se diferencian principalmente por dos características:
La fuente de energía utilizada.
El modo de producir la electricidad.
A partir de esa diferenciación, estos son los tipos de centrales eléctricas que existen en la actualidad:
Térmicas: convencionales o nucleares.
Hidroeléctricas.
Eólicas o aerogeneradores.
Mareomotrices.
Fotovoltaicas o solares.
La principal característica de una central térmica es que la energía necesaria para mover las turbinas, y, por tanto, poner en marcha el generador de electricidad, se obtiene a partir del vapor a presión que se libera al hervir el agua almacenada en su caldera o vasija -esto último, en el caso de las térmicas de energía nuclear-.
Según el tipo de combustible utilizado para calentar este agua (la energía térmica) tendremos principalmente dos tipologías de centrales termoeléctricas:
Centrales térmicas convencionales. La energía se genera a partir de la quema de combustibles fósiles no renovables, como carbón, gas natural y en menor medida petróleo o fuel.
Centrales térmicas nucleares. En este tipo de central térmica el combustible empleado para calentar el agua es el uranio o el plutonio, a través de las reacciones de fisión nuclear en cadena que se producen en su reactor.
Las turbinas de las centrales hidroeléctricas se mueven gracias a la fuerza y velocidad de las masas de agua, ya sea aprovechando los saltos de agua naturales (cascadas y desniveles de los ríos) o los artificiales creados mediante embalses.
Las centrales hidroeléctricas, según su potencia en megavatios (MW) y la cantidad de energía eléctrica que son capaces de acumular, pueden ser de tres tipos:
Gran potencia (más de 10 megavatios de potencia eléctrica).
Minicentrales hidroeléctricas (entre 1 y 10 megavatios).
Microcentrales hidroeléctricas (menos de 1 megavatio de potencia).
También podemos diferenciarlas en función de dónde se ubiquen. Así, existen centrales hidroeléctricas de agua fluyente (captan una parte del caudal que circula por el río y lo llevan hacia la central para ser turbinado y devuelto después al río), embalses o a pie de presa.
En las centrales eólicas se aprovecha la fuerza del viento mediante aerogeneradores o turbinas eólicas que se encargan de transformar el viento en energía eléctrica.
Los aerogeneradores de energía eólica se suelen ubicar en la costa para aprovechar las corrientes térmicas entre el mar y la tierra, en las grandes llanuras continentales donde el aire se mueve con facilidad, así como en las zonas montañosas donde el viento sopla a gran velocidad.
En las plantas mareomotrices se utiliza la energía producida por las mareas del mar (el ascenso y descenso del agua) para producir energía eléctrica. Del mismo modo que en las centrales hidroeléctricas, la energía potencial de las masas de agua en movimiento se transforma en cinética y acciona una serie de turbinas que, mediante un generador, producen la electricidad.
Una central eléctrica fotovoltaica es aquella que transforma la radiación del sol (la energía solar) en energía eléctrica mediante células o paneles fotovoltaicos y un inversor.
Los paneles fotovoltaicos están formados por un conjunto de celdas que absorben las partículas lumínicas (fotones) y liberan electrones. Con la suma de muchos electrones libres se genera electricidad en forma de corriente continua, que el inversor convierte en corriente alterna de características similares a las de la red eléctrica.
La capacidad de generación de electricidad de una central fotovoltaica depende mucho de la meteorología (radiación, humedad, temperatura ...).
El aerogenerador es un dispositivo que transforma mediante sus palas la energía eólica en cinética o mecánica para, finalmente, generar electricidad.
El amperio mide la intensidad de corriente eléctrica e indica la cantidad de energía que circula por un circuito en un espacio de tiempo determinado.
El contador de luz es el equipo de medida que registra la energía consumida en un punto de suministro y sirve para calcular el importe de cada factura.