Cambiar la potencia contratada de luz para ajustarla a las necesidades de tu vivienda o negocio es un procedimiento rápido que te puede ayudar a ahorrar en la factura de electricidad, eso sí, siempre que hayas estudiado a fondo cuál es la potencia que más te conviene.
A continuación te vamos a explicar todo lo que tienes que tener en cuenta antes de decidir si tienes que aumentar o disminuir tu potencia de luz y si te compensa.
La potencia contratada de luz: qué es y qué supone en mi factura
La potencia contratada de luz es la cantidad de energía máxima con que cuentas en tu instalación eléctrica y que puedes utilizar para conectar aparatos de manera simultánea sin que “salten los plomos”, esto es, sin que se te vaya la luz.
Esta potencia de luz se mide en kW (kilovatios) y es el principal componente del denominado término fijo de tu factura de la luz. En cada recibo pagamos un precio fijo por esta potencia contratada en kW, coste que es independiente de los consumos de luz realizados.
A más potencia contratada, más pagarás cada mes en tu factura eléctrica. Por lo que resulta muy importante hacer una estimación ajustada a tus necesidades reales.
Calcular las necesidades de potencia
El cálculo de la potencia de luz a contratar varía en función de las características del hogar o negocio y de tres factores principales:
Las dimensiones del inmueble.
El número de personas que lo vayan a utilizar.
El número de aparatos a conectar de manera simultánea.
Por lo general, cuantas más personas vayan a utilizar un espacio y cuantos más aparatos se vayan a conectar al mismo tiempo, más potencia eléctrica se necesitará contratar para garantizar un suministro de luz sin interrupciones.
Del mismo modo, cuanto mayor es el tamaño de una vivienda o local, más necesidades de iluminación y de uso de aparatos eléctricos conlleva.
Puedes calcular la potencia eléctrica necesaria para tu vivienda o negocio de dos maneras:
Consultando con un electricista para que te haga un estudio en profundidad de tus necesidades. El profesional se desplazará a tu vivienda o local y revisará los tres aspectos anteriormente mencionados (metros cuadrados del espacio, número de personas y número de aparatos a conectar).
Haciendo el cálculo tú mismo. Para ello, deberás sumar la potencia de luz que necesita cada uno de los electrodomésticos de la vivienda para funcionar, así como los hábitos de uso de la electricidad por parte de las personas, para conocer si existen momentos o no en los que hay que utilizar todos los aparatos a la vez.
Muchas veces, la clave no está tanto en la cantidad de energía que consumes, sino en cómo y cuándo la consumes.
Las franjas horarias de la potencia
Desde junio de 2021, los usuarios con suministros de menos de 15 kW -casi todos los domésticos y pequeñas empresas-, tanto los del mercado regulado como del libre, tienen la posibilidad de escoger dos potencias diferenciadas, según dos franjas horarias diferentes: punta y valle.
Los horarios de cada período son los siguientes:
Horario punta (más caro): de 8:00 a 24:00 horas de lunes a viernes, salvo festivos nacionales.
Horario valle (más barato): de 00:00 a 8:00 horas de lunes a viernes y todas las horas de los sábados, domingos y festivos nacionales.
Debes tener en cuenta que el precio de la potencia contratada en periodo de valle es un 95% inferior al del periodo de punta, por lo que con dos potencias contratadas -una para el horario valle y otra para el punta- es posible ajustar tu uso de la energía y ahorrar todos los meses en tu factura.
Por ejemplo, si trasladas tu uso de la luz a los períodos valle de potencia y evitas poner todos los aparatos eléctricos a la vez, podrías contratar una potencia menor para las horas más caras y otra mayor para las más baratas. Así, el ahorro en la factura es directo, ya que, como hemos explicado, el término de potencia se cobra de manera fija todos los meses al margen de los consumos que hayas realizado.