La lectura del contador del gas es un procedimiento necesario para pagar en tus recibos por la energía que realmente estás consumiendo en tu hogar o negocio.
Conocer cómo funciona y saber tomar e interpretar los datos que proporciona este medidor de energía te ayudará a entender tus consumos de gas a la vez que compruebas si te están cobrando correctamente.
A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el contador del gas: cómo funciona, cuánto cuesta y cómo realizar lecturas tú mismo.
¿Qué implica la lectura del contador del gas?
El contador del gas es el dispositivo tecnológico que se encarga de registrar los consumos de tu instalación gasística en un período determinado.
También conocido como medidor del gas, mide la cantidad de este elemento que has utilizado en metros cúbicos (m3), que luego deberán convertirse a kilovatios horas (kWh), ya que el precio del gas -al igual que la luz- se calcula en esa magnitud.
El contador del gas se instala al mismo tiempo que se da de alta el suministro de este servicio, y son las empresas distribuidoras de gas o los instaladores autorizados los únicos que pueden colocar este aparato de medición.
A partir de los datos contabilizados por el medidor del gas, y una vez hecha de forma automática la conversión a kWh, tu compañía comercializadora calculará la parte variable de la factura de gas, según la tarifa que te corresponda.
Estos son los datos en kWh que te encontrarás en tu factura:
Como es lógico pensar, cuanto más gas utilices, más pagarás en tu recibo en el apartado relativo a los consumos, por lo que obtener una lectura correcta del contador del gas es determinante para abonar por la energía que realmente has utilizado.
Puedes disponer del contador del gas en propiedad -comprándolo- o puedes obtenerlo a través de un alquiler mensual con tu compañía distribuidora.
El factor de conversión en la factura de gas
Como hemos explicado, la unidad de medida del gas natural es el metro cúbico (m3), pero la facturación se tiene que realizar en kWh (unidad de energía), por lo que es necesario hacer la conversión de m3 a kWh para poder calcular cuál ha sido el consumo realizado.
¿Y cómo se hace este cálculo?
Convertir los metros cúbicos consumidos a kWh es posible multiplicando la cifra de m3 por el denominado factor de conversión. Esta operación matemática la realizan automáticamente los propios contadores de gas, y en este factor de conversión influyen tanto las características del suministro como las condiciones de la zona geográfica donde se encuentre.
La empresa Enagás es la encargada en España de establecer el valor del factor de conversión, a partir de cálculos que toman como base el poder calorífico del gas y otros criterios de calidad de esta materia prima.
El factor de conversión es un dato público que se puede consultar en el Boletín Oficial de Estado (BOE), y también lo podrás encontrar en tu factura de gas si tu tarifa es del mercado regulado (tarifas TUR), no así en los recibos del mercado libre, que no tienen obligación de proporcionar esta información.
Contadores de gas analógicos y digitales
La mayoría de los contadores de gas en España -el 72% según estimaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)- son analógicos, por lo que no cuentan con capacidad de transmitir los datos de las lecturas de manera remota ni otros servicios avanzados, como ya ocurre en el caso de los contadores de la luz, que desde enero de 2019 ya son todos digitales.
Por tanto, para efectuar las lecturas del contador del gas natural, todavía un técnico de la compañía distribuidora tiene que desplazarse a los domicilios o comunidades de vecinos para acceder a este dispositivo y anotar los datos de consumo de gas.
El Gobierno está preparando un plan para la sustitución masiva de los contadores analógicos, sobre todo de los más antiguos, que se prevé se ponga en marcha a lo largo de 2022.