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Gas natural vs. gas butano: ¿en qué se diferencian?

¿Butano o gas natural? Esta es una de las preguntas que con mayor frecuencia se plantean los usuarios de los hogares españoles y más en tiempos en los que hay que afrontar una crisis energética. La demanda de gas cada vez es mayor por lo que se impone elegir la mejor opción de suministro en cada caso.  

En línea con lo que acabamos de mencionar, la demanda de gas en España ha ido aumentando en los últimos años según informa la CNMC –Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia– pero, ¿sigue siendo rentable este tipo de energía para una vivienda? 

Con la intención de arrojar algo de luz en esta elección te vamos a hablar de las diferencias entre gas butano y gas natural en base a 5 criterios básicos.

¿Qué diferencias hay entre el gas butano y el gas natural?

Si nos centramos en las diferencias entre el gas butano y el gas natural, la primera se encuentra en su naturaleza. El gas butano –C4H10– forma parte de los denominados GLP –Gases Licuados del Petróleo–, una mezcla de gases en estado líquido mientras que el gas natural es un hidrocarburo, una mezcla de gases en la que predomina el metano. 

Pero esta es solo una de sus diferencias, para marcar el resto podemos fijarnos en estos otros 5 factores:

  1. Precio.

  2. Seguridad.

  3. Poder calorífico.

  4. Contaminación.

  5. Infraestructura de abastecimiento.

Veamos las implicaciones de cada una de ellas. 

Precio

Cuando hablamos de precio debes fijarte en tu consumo o previsión de consumo anual. 

El gas natural cuenta con un precio variable según la tarifa de gas natural contratada –que puede responder al mercado libre o regulado– y un término fijo supeditado al consumo anual del usuario para el que existen dos tramos actualmente: el RL1 para consumos de hasta 5.000 kWh/año y el RL2 para un consumo desde 5.001 hasta 15.000 kWh/año. 

Para que puedas realizar la comparativa entre ambas fuentes de energía, ten en cuenta que la bombona de gas butano de 12,5 kg proporciona 160 kWh. De modo que calcula en base a tu consumo anual, el número de bombonas que necesitas y multiplícalas por su precio actual.  

Por regla general, los grandes consumos resultan más rentables con gas natural que con gas butano.

Seguridad

En principio ambos gases son seguros y deben cumplir con una serie de requisitos de seguridad exhaustivos. 

Una de sus diferencias en este ámbito la hallamos en el almacenamiento, ya que el gas butano al distribuirse en bombonas obliga a disponer de un espacio dedicado específicamente a ello. 

Otra cuestión señalable, en este caso sobre el gas natural es que no huele por sí mismo, se le añade un aditivo aromático por seguridad aunque el olor es más suave que el del gas butano. Esto provoca que muchas personas lo consideren menos seguro. 

No obstante, en caso de fuga el gas natural, al pesar menos que el aire, asciende rápidamente diseminándose con facilidad lo que reduce el riesgo de explosión.

Poder calorífico

El gas butano es más eficiente que el gas natural en términos de poder calorífico. Cuenta con un Poder Calorífico Inferior –PCI– de 12,73 kWh/kg y un Poder Calorífico Superior –PCS– de 13,79 kWh/kg frente al PCI de 10,83 kWh/Nm3 y al PCS de 11,98 kWh/Nm3 del gas natural. 

En el caso de que finalmente optes por el gas natural recuerda que para aprovechar su Poder Calorífico Superior es necesario que elijas una caldera de condensación, al estar específicamente diseñadas para conseguir un mayor rendimiento. 

Contaminación

El gas natural a pesar de ser finito y ser de origen fósil, sí contamina menos que el butano emitiendo 204 gr CO2/kWh frente a los 238 gr CO2/kWh del butano. 

Sumado a ello, el gas natural quema de una forma más eficiente y segura, sin producir dióxido de azufre ni partículas sólidas. 

Por contra, los escapes de gas natural crudo suponen un aporte muy significativo de metano –su principal componente– que contamina hasta 25 veces más que el CO2.

Infraestructura de abastecimiento

La infraestructura de abastecimiento de gas natural es accesible en prácticamente todos los núcleos urbanos aunque todavía no está extendida a todo el territorio. 

Sin embargo, existe otro parámetro que puede inclinar la balanza hacia el gas butano: el precio de la instalación que es, sin duda, más elevado en el caso del gas natural.

En ese sentido, recuerda que puedes acceder a subvenciones para la instalación de gas natural en tu vivienda tanto para instalaciones individuales como colectivas. 

Gas natural o gas butano

Consejos para elegir entre gas butano y gas natural

Llegados a este punto, si todavía tienes dudas entre el gas butano y el gas natural, atento a estos 4 factores que te pueden ayudar:

  1. El tipo de vivienda.

  2. El clima.

  3. El presupuesto inicial.

  4. El uso.

Antes de tomar una decisión al respecto, puedes contactar con profesionales que realicen una auditoría energética en tu vivienda. 

El tipo de vivienda

Si vives en una casa aislada, difícilmente llegará el gas natural, en ese caso puedes recurrir al gas butano o al gas propano, aunque recuerda que el gas butano se congela por debajo de los 0 ºC por lo que debes tomar las medidas de protección de la instalación oportunas. 

Puedes recurrir también a combinar diferentes fuentes de energía como una instalación de autoconsumo fotovoltaico y una minieólica con el gas butano o propano.

El clima

Si vives en un clima frío tu opción es el gas natural, dado que vas a solicitar mucho la calefacción. 

En cambio si no vives en un lugar muy frío pero tu casa es espaciosa, la aerotermia puede ser una solución más eficaz y proporcionarte un ahorro de entre un 25 % y un 50 % según los expertos. 

En todos los contextos, revisa el aislamiento térmico de tu vivienda, ya que resulta decisivo en el ahorro energético.

El presupuesto inicial

La instalación de gas natural como hemos visto requiere de una inversión inicial superior, sin embargo se compensa a través del consumo a medio plazo, la accesibilidad y el confort que te proporciona. 

El uso

El butano puede ser la solución perfecta para un uso esporádico y, por supuesto, para dispositivos portátiles para segundas viviendas puesto que te ofrece mayor autonomía en el consumo.

En vista de estos datos, podemos concluir que el gas natural es más barato que el butano, contamina menos y resulta mucho más cómodo de utilizar. 

Sin embargo, tiene un poder calorífico menor que se puede compensar a largo plazo en tus facturas, siempre y cuando dispongas de una tarifa de gas competitiva y adaptada a ti.

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