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Instalar calefacción sin obras: todas las opciones y consideraciones

¿Te preguntas si instalar calefacción sin obras es posible? Te adelantamos que no solo es posible, sino que cuentas con todo tipo de posibilidades cada vez más eficientes, prácticas y accesibles.

Desde estufas de gas portátiles hasta radiadores eléctricos o chimeneas decorativas, vas a encontrar soluciones para cada tipo de espacio, presupuesto y necesidad.

Si esto te interesa, sigue leyendo porque en este artículo vas a descubrir las opciones disponibles, sus ventajas  y consideraciones clave para que elijas un sistema que te proporcione confort, facilidad de instalación y seguridad.

Instalar calefacción de gas sin obras: estufas portátiles prácticas y económicas

Instalar calefacción sin obras

Las estufas de gas portátiles funcionan con bombonas de gas butano o propano. Su gran ventaja es que no necesitan una instalación fija, por lo que puedes usarlas dónde y cuándo lo necesites.

Estufas catalíticas: calor suave, sin llama directa

Generan calor por radiación sin llama directa. Son ideales para un uso prolongado, siempre que los espacios estén bien ventilados. Son silenciosas, eficientes, seguras, y reparten de manera uniforme el calor.

Estufas de llama azul: muy eficientes, con poco consumo

Reducen el consumo de gas gracias a su combustión completa, algo que mejora su eficiencia. Ofrecen un calor rápido y estable, apropiado para estancias medianas o grandes.

Estufas radiantes: calor directo e inmediato

Emiten un calor inmediato mediante una llama visible y directa. Son potentes y eficaces para calentar rápidamente zonas puntuales. Sin embargo, no se recomiendan para un uso continuo porque consumen más gas que otras estufas.

Instalar calefacción de gas natural con obras mínimas

Otra opción es la de decantarte por una calefacción de gas con mínimas intervenciones que, si bien es cierto implican la intervención profesional, tienen un impacto mucho menor que los sistemas profesionales con rozas en las paredes.

¿Cómo instalar calefacción de gas natural con tuberías vista y radiadores?

La calefacción de gas natural es un sistema eficiente y duradero óptimo para viviendas con instalación previa o en las que deba hacerse una mínima obra para activar el suministro gracias al uso de tuberías vistas y flexibles.

Para su instalación solo vas a necesitar pequeños agujeros para conectar las estancias, aunque sí es necesario contar con una salida de humos y rejillas de ventilación exterior para garantizar su seguridad y respetar la normativa recogida en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).

Su mantenimiento es moderado y brinda una gran eficiencia energética. Eso sí, la instalación debe realizarla un profesional.

Por su parte, el gas natural te ofrece un suministro garantizado y una fuente de energía cómoda, con alto poder calorífico y no requiere espacio para almacenar bombonas.

Alternativas de calefacción sin obras que no son de gas

Además de las propuestas de gas que acabamos de proponerte, puedes valorar otras opciones como:

  • Radiadores eléctricos. Emiten un calor constante y silencioso, aunque su consumo es alto. Por ello, pueden ser una buena solución para usos puntuales y estancias pequeñas.

  • Calefactores eléctricos. Destacan porque son muy prácticos, económicos y calientan rápido. Puedes usarlos puntualmente para calentar espacios reducidos como un baño.

  • Chimeneas eléctricas. Son decorativas y funcionales, y no necesitan ningún tipo de instalación. Sin embargo, calientan moderadamente.

  • Estufas de parafina. Tienen una gran eficiencia térmica y una buena autonomía, pero necesitan ventilación y dejan un olor residual.

  • Estufas de bioetanol. Funcionan con biocombustible y no necesitan salidas de humos. Son perfectas para espacios decorativos creando ambientes acogedores, aunque aportan un calor moderado.

Comparativa de sistemas de calefacción sin obras: precio, eficiencia y seguridad

En la siguiente tabla, vamos a destacar las características más significativas de las opciones más habituales para instalar calefacción sin obras, así como las que requieren una mínima intervención.

Ten presente que los precios que te indicamos son meramente orientativos, ya que en el coste inicial entran en juegos múltiples factores como la marca del sistema, la tecnología que incluye, las funciones, su potencia, etc.

Tipo de calefacción

Coste inicial

Eficiencia energética

Seguridad

Espacios recomendados

Consideraciones adicionales

Opción 1: calefacción completamente portátiles

Estufas de gas portátil (butano / propano)

Bajo (oscila entre 80 € y 250 € + bombona)

Alta

Media. Requiere ventilación y uso responsable

Estancias medianas o grandes con ventilación, como calefacción complementaria o temporal

Consumen oxígeno y necesitan espacio para recambios. Calientan rápido. Es preciso revisar la válvula y la manguera

Radiadores eléctricos portátiles (emisores secos o fluidos)

Bajo - medio (entre 30 € y más de 300 € según tipo y potencia)

Baja - media generalmente más caros que las soluciones de gas

Alta. No emiten gases, aunque algunos modelos pueden quemar al tocarlos

Estancias pequeñas o medianas como dormitorios, baños, oficinas y zonas de uso puntual

Son plug & play, por lo que son muy prácticos, pero su uso prolongado puede derivar en un alto consumo

Calefactores eléctricos convectores o halógenos

Bajo - medio (entre 20 € y 100 €)

Baja - media

Alta

Espacios pequeños y usos puntuales.

Poco eficientes en espacios grandes. Calor inmediato, pero consumo alto y poco duradero

Estufas y chimeneas  de bioetanol

Medio (entre 100 € y 300 €)

Media

Media, ya que emiten CO2 requieren ventilación ocasional

Ambientes decorativos, salas de reunión, etc.

Atractivas visualmente, aunque no calientan grandes espacios

Aire acondicionado con bomba de calor

Medio  - alto (entre 250 € - 600 €)

Alta

Alta

Ideal para pisos pequeños, oficial y uso dual en invierno y verano

Puede ser ruidoso. Buena solución para zonas templadas

Alfombras calefactoras y suelos eléctricos móviles

Bajo (entre 30 € y 100 €)

Baja - media

Alta

Interesante para bajo de escritorios, baños, salas de juegos de niños y personas que sufren de pies fríos

Muy localizados. Para uso puntual y complementario, no sustitutivo

Opción 2: calefacción sin obra mayor, pero con instalación ligera

Calefacción de gas natural con tubería vista y radiadores

Alto (desde 1.500 € con una instalación básica)

Muy alta

Alta

Viviendas medianas y grandes con acceso a la red de gas

Requiere que lo instale un profesional, pero no necesita grandes obras. Importante ahorro a largo plazo. Ideal si hay preinstalación de gas

Aerotermia por aire (tipo split mural)

Alto (entre 1.200 € y 2.000 €)

Muy alta

Alta

Casas bien aisladas, y viviendas en zonas templadas

Se instala como un aire acondicionado. Requiere mayor inversión inicial, pero ofrece ahorro a largo plazo

Radiadores eléctricos conectados por wifi

Bajo- medio (entre 100 € y 300 €)

Alta

Alta

Toda la casa si se zonifica

Necesita una instalación eléctrica mínima con soporte mural y toma de corriente. Facilitan el control inteligente. Una buena gestión evita el alto consumo

Estufas de pellet con salida exterior simple (sin obra mayor)

Alto (entre 1.200 € y 2.000 €)

Alta

Media. Necesita salida de humos y mantenimiento mínimo

Viviendas grandes con uso continuo

Instalación sencilla, pero especializada. Requiere espacio para almacenar la fuente de energía

Radiadores de gas independientes (sin empotrar)

Medio (250 € y 600 e)

Alta

Media - alta

Espacios amplios, viviendas sin calefacción central

Necesita suministro de gas con una ligera instalación. Útil en reformas mínimas

 

A raíz de esta comparativa, podemos establecer las siguientes conclusiones:

  • La estufa de gas portátil aparece como la opción más rentable si quieres instalar calefacción sin obras.

  • La calefacción con radiadores es una solución muy eficiente, cómoda para hogares medios y grandes que requiere una obra mínima si optas por tuberías superficiales y radiadores, sobre todo si ya tienes la preinstalación de gas natural.

  • Los emisores eléctricos y convectores son efectivos para usos puntuales, pero no tan eficientes a largo plazo.

  • La aerotermia y los sistemas híbridos con split murales proporcionan un alto rendimiento sin grandes obras.

En cualquier caso, los fabricantes y comercializadoras consultadas parecen ponerse de acuerdo en que la clave se encuentra en buscar el equilibrio entre potencia, consumo y tipo de uso.

6 consejos prácticos para elegir bien la calefacción sin obras que te conviene

Como complemento de la información que hemos ido compartiendo contigo en este artículo, hemos recopilado 6 consejos que te van a ayudar en tu decisión y a hacer una mejor gestión de tu calefacción para ahorrar:

  1. Elige un sistema de calefacción con la potencia necesaria para tus espacios y en función de sus características y el uso que les des. Si sobredimensionas tu sistema, vas a consumir más de manera innecesaria; si lo subdimensionas no va a calentar lo suficiente. 
  2. Ten en cuenta la ubicación y la zona climática de tu vivienda. Por ejemplo, en zonas muy frías, el gas es una buena opción por su eficiencia energética, frente a una bomba de calor que puede perder eficiencia en esas condiciones, a pesar de que han evolucionado mucho.
  3. Comprueba el aislamiento térmico. La eficiencia de cualquier tipo de calefacción mejora de manera considerable con un buen aislamiento de ventanas, puertas, paredes y tejado.
  4. Utiliza termostatos inteligentes o programables para controlar de forma precisa la temperatura y eficiencia, adaptando el consumo de energía a tus hábitos y necesidades precisas. Esto te permite, además, zonificar tu vivienda y adaptar el sistema de calefacción a las necesidades de cada espacio.
  5. Analiza el mantenimiento que necesitan las opciones que más te gusten. Recuerda que aunque instales calefacción sin obras, todos los sistemas necesitan un mantenimiento mínimo.
  6. Consulta las regulaciones y normativas locales y nacionales sobre instalaciones de calefacción, ya que existen diversas ayudas y subvenciones a la eficiencia energética que pueden abaratar la inversión inicial considerablemente.
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