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La tecnología BIPV se posiciona como una de las soluciones clave para la descarbonización del parque inmobiliario europeo para alcanzar los objetivos establecidos por la Directiva Europea de Eficiencia de los Edificios.
Se basa en reemplazar elementos arquitectónicos tradicionales por componentes fotovoltaicos que generan electricidad verde o limpia gracias al aprovechamiento in situ de la energía solar.
El gran valor añadido de la BIPV es que no solo cumple con una solución energética, sino también estructural, estética y funcional al mejorar el aislamiento térmico, lumínico y acústico.
¿Quieres seguir descubriendo qué es la energía solar integrada en edificios y qué ventajas proporciona? Te lo vamos a explicar en detalle en este artículo.
La tecnología BIPV (del inglés Building Integrated Photovoltaics o integración fotovoltaica en edificios en español) sustituye elementos arquitectónicos tradicionales por módulos fotovoltaicos integrados estéticamente en el inmueble que producen energía solar, en lugar de hacerlo a través de paneles convencionales.
El objetivo es lograr lo que se conoce como edificios de energía cero o zero energy buildings (ZEB) definidos en el Pacto Verde Europeo.
Techos, tragaluces, fachadas se ponen al servicio de la arquitectura bioclimática para aprovechar al máximo los recursos naturales, integrarse de manera armoniosa con el entorno y aumentar la eficiencia energética de las construcciones desde las etapas iniciales de su diseño.
La Directiva (UE) 2024/1275 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la eficiencia energética de los edificios estipula en su artículo 10 que deben diseñarse optimizando su potencial para generar energía solar, siempre que sea viable desde un punto de vista económico y funcional.
El calendario de aplicación de esta medida queda recogido en el documento citado de la siguiente manera:
Tipo de edificio |
Características |
Fecha de aplicación límite |
---|---|---|
Edificios públicos y no residenciales nuevos |
Superficie útil superior a 250 m2 |
31 de diciembre de 2026 |
Edificios públicos existentes |
Superficie útil superior a 2.000 m2 o edificios existentes de más de 500 m2 que sean objeto de una importante reforma |
31 de diciembre de 2027 |
Edificios públicos existentes |
Superficie útil superior a 750 m2 |
31 de diciembre de 2028 |
Edificios públicos existentes |
Superficie útil superior a 250 m2 |
31 de diciembre de 2030 |
Edificios residenciales nuevos |
Todos |
31 de diciembre de 2029 |
Aparcamientos cubiertos nuevos adyacentes a edificios |
Todos |
31 de diciembre de 2029 |
En esta misma dinámica de transformación energética de los edificios, se insta, también cuando sea viable, a construir edificios cero emisiones.
El funcionamiento de la tecnología BIPV consiste en integrar módulos fotovoltaicos directamente en los elementos constructivos del edificio como cubiertas, tejados, muros, fachadas, claraboyas, ventanas, tejas, barandillas, pérgolas, o incluso pavimentos.
Funciona como un sistema de autoconsumo solar, solo que a diferencia de las instalaciones tradicionales que se instalan como añadidos sobre estructuras preexistentes, como tejados, los elementos BIPV reemplazan los materiales convencionales que forman parte de la estructura de la construcción.
De esta forma, cumplen con una doble función: estructural y energética, mientras se integran completamente en la estética del inmueble.
Este tipo de tecnologías arquitectónicas, que utilizan materiales inteligentes como las celdas solares adaptativas, son idóneas en zonas urbanas protegidas, donde es fundamental preservar el aspecto del entorno sin necesidad de renunciar al uso de energías renovables.
La BIPV proporciona grandes ventajas muy valoradas para el desarrollo de las smart cities o ciudades inteligentes, diseños urbanísticos donde la interconexión y la sostenibilidad son pilares para lograr una mayor eficiencia del uso de los recursos y de la oferta de servicios.
La construcción BIPV contribuye de manera significativa a crear ciudades más sostenibles gracias a la diversificación de la producción de electricidad. La envolvente de los edificios, las ventanas y muchos otros elementos captan radiación solar para abastecer la demanda energética de los inmuebles, aprovechando al máximo los espacios.
Asimismo, fomenta una mayor eficiencia de construcción a través del ahorro económico en materiales y de mano de obra, reduciendo a su vez los costes energéticos. El impacto en el medioambiente es positivo al mitigar los gases de efecto invernadero (GEI) y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
En ese sentido, participa en la protección del entorno consiguiendo una mayor concienciación de la importancia de la responsabilidad energética.
Otro aporte importante de esta tecnología es que acorta el periodo del retorno de la inversión, lo que permite amortizar el coste del sistema fotovoltaico rápidamente.
Esto es posible a través, como hemos comentado, del ahorro en materiales de construcción, y también de la generación de electricidad para el autoconsumo, que reduce el importe de la factura de la luz.
La tecnología BIPV integra totalmente la energía renovable a la estructura de los edificios, respetando sus requisitos técnicos y la normativa vigente.
Las opciones que ofrece son muy versátiles potenciando al máximo la personalización y la estética gracias a opciones como los grados de opacidad de los componentes, las texturas y tamaños. Cada proyecto puede disfrutar de un diseño personalizado.
La eficiencia energética de los inmuebles se encuentra íntimamente relacionada con el aislamiento térmico. Un buen aislamiento contribuye a un menor consumo de energía y un mayor confort térmico interior.
Las construcciones con energía fotovoltaica integrada están más protegidas frente a los daños del sol, disminuyendo el sobrecalentamiento que puede provocar la radiación solar directa, pero sin sacrificar la entrada de luz natural a los espacios interiores.
Por ejemplo, las ventanas solares equilibran iluminación y privacidad, gracias a células solares transparentes o semitransparentes.
La versatilidad es una cualidad inherente a este tipo de construcción que puede convertir un sinfín de elementos arquitectónicos en captadores de energía solar sin comprometer la estética del edificio.
Sumado a ello, estos componentes están fabricados con materiales muy resistentes, como puede ser el vidrio laminado o templado, que proporcionan durabilidad frente a agentes externos y condiciones climáticas adversas.
La BIPV utiliza la energía solar para construir edificios de energía cero, capaces de cubrir la demanda energética de climatización y ACS.
Esto se consigue realizando un estudio preliminar que permite calcular la energía que puede requerir una construcción, para después dimensionar correctamente los sistemas de climatización.
Al colocar la eficiencia energética en el centro del proyecto desde el principio, reduce la huella de carbono, mejora su aislamiento, es capaz de producir electricidad verde y ofrece a las ciudades una estética renovada e integrada en el entorno.
Y sus ventajas aún pueden ir más allá, ya que en los casos en los que se generan excedentes, es decir, que produces más energía de la que consumes, puedes compensarlos económicamente o maximizarlos almacenando energía o gestionándola para, por ejemplo, cargar tu coche eléctrico en casa.
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