08/10/24
El frío en casa provoca que pagues más de lo que deberías en tu factura energética. Hay soluciones sostenibles y económicas que puedes aplicar.
Smart City: ¿qué es una ciudad inteligente y sostenible?
Una smart city es una ciudad inteligente y sostenible que crea una red de infraestructuras interconectadas para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. En la hoja de ruta para el despliegue de las ciudades inteligentes, la combinación de la innovación tecnológica con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es clave.
Así, la inteligencia artificial, el internet de las cosas o la sensorización, entre otros recursos, se utilizan para alcanzar objetivos de sostenibilidad, eficiencia, resiliencia y desarrollo.
Si aún no has oído hablar de este concepto, es un buen momento para que descubras qué es una ciudad inteligente en detalle.
¿Qué es una smart city?
Una smart city o ciudad inteligente es un modelo urbanístico interconectado y sostenible que se sirve de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), así como de las innovaciones en otras áreas, para mejorar los servicios que propone y para potenciarlos.
De esta forma, la economía, la gobernanza, el medioambiente, la sanidad, la seguridad y la movilidad se retroalimentan para ser más eficientes, y responder de manera óptima y eficaz a las necesidades cambiantes de los habitantes, empresas y Administración Pública gracias a la tecnología.
Para que todo esto sea posible, una smart city integra elementos en todos sus sistemas y áreas de desarrollo tales como la sensorización, los algoritmos, el big data, la inteligencia artificial, el blockchain o el internet de las cosas (IoT), utilizando datos abiertos y desarrollando colaboraciones público-privadas.
En virtud de los datos manifestados por la Organización de Naciones Unidas, las ciudades y áreas metropolitanas contribuyen aproximadamente al 60 % del Producto Interior Bruto (PIB) del planeta.
Sin embargo, son responsables de alrededor del 70 % de las emisiones de carbono y consumen más del 60 % de los recursos.
Por este motivo, el objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles 2030 –ODS 2030– se centra en la transformación energética, económica y social de las ciudades.
Para ello, resulta indispensable el desarrollo de infraestructuras inteligentes interconectadas y sostenibles que recojan y analicen datos, se retroalimenten y cuenten con una gran capacidad de adaptabilidad y resiliencia.
¿Qué es el territorio inteligente?
El territorio inteligente es un conjunto de espacios interrelacionados que se comunican entre sí y es un concepto directamente ligado al de ciudad inteligente. Hay que aclarar que los territorios inteligentes abarcan tanto las urbescomo los espacios rurales.
De acuerdo con el Plan Nacional de Territorios Inteligentes comparten los siguientes objetivos con las ciudades inteligentes:
- Ofrecer servicios de calidad a los ciudadanos.
- Responder a las necesidades de los territorios más desfavorecidos.
- Impulsar la economía con nuevos modelos de negocio.
Por su parte, y de forma adicional, los territorios inteligentes en el ámbito rural deben hacer frente a un gran reto: la dispersión de la población en lo concerniente al acceso a los servicios públicos e infraestructuras.
Claves de la smart city
Una smart city debe cumplir con objetivos de sostenibilidad, productividad, seguridad y eficiencia, y para lograrlos se vale de distintos instrumentos y mecanismos.
Servicios inteligentes
La iluminación, la energía distribuida para climatización y la innovación en la gestión de recursos son aspectos centrales de una smart city.
La producción, distribución y almacenamiento de la energía deben equilibrar la oferta y la demanda en beneficio de productores y consumidores.
Edificios inteligentes
Los edificios inteligentes optimizan su estructura, sistemas, servicios y administración para crear ambientes de descanso y trabajo eficientes y saludables. El foco se pone en encontrar el equilibrio entre sostenibilidad y ahorro.
Por ejemplo, estas construcciones incorporan elementos pasivos orientados a la reducción del consumo energético y se apoyan en criterios de arquitectura bioclimática. Esto es, una arquitectura que diseña edificios eficientes que aprovechan los recursos locales.
Transporte inteligente
Los servicios de transporte inteligente utilizan fuentes de energía renovable y sostenible, donde la movilidad eléctrica juega un papel determinante.
La red pública de transporte en las smart city se refuerza hasta convertirse en el medio de transporte de personas prioritario al aumentar su frecuencia y calidad.
Ofrece así un servicio cómodo y eficaz, que proporciona a los usuarios información real sobre accidentes, congestiones de tráfico y cualquier otra circunstancia de interés.
Zonas verdes y espacios de ocio inteligentes
Las zonas verdes de una ciudad inteligente se revalorizan gracias a la tecnología y la innovación.
Herramientas como la telegestión del riego, la sensorización (instalación de sensores para una gestión eficiente de los recursos), la monitorización o la tecnología RFID ( Radio Frequency Identification) se ponen al servicio de parques y espacios de ocio.
Gobierno inteligente
Llegados a este punto es fácil concluir que la gobernanza de una smart city debe estar a la altura de sus ambiciones, por lo que su hoja de ruta se centra en objetivos como:
- Disminución de la burocracia.
- Optimización de los procesos públicos.
- Intercambio de comunicación entre Administraciones públicas en tiempo real.
- Sistemas electrónicos de la Administración accesibles.
- Acciones de fomento de la participación de los ciudadanos.
Normalización para ciudades inteligentes
Por último, con la intención de impulsar las ciudades inteligentes, la normalización se hace necesaria para asegurar un resultado óptimo.
Así las cosas, el Comité Técnico de Normalización 178 (CTN 178) es el encargado de la normalización de requisitos, técnicas, directrices, herramientas e indicadores para desarrollar comunidades inteligentes.
Este comité está conformado por más de 700 expertos en smart cities que comparten su conocimiento y experiencia, además de coordinar iniciativas para la creación de una red española de ciudades y territorios inteligentes.
Trabajan conjuntamente con la Organización Internacional de Normalización.
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