
Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
La movilidad eléctrica impulsa el transporte de personas y mercancías en vehículos alimentados por electricidad con el fin de reducir las emisiones contaminantes y proteger el medioambiente de su impacto nocivo.
En este contexto, la electrificación del sector del transporte es uno de los puntos de desarrollo fundamentales de la transición energética de la economía a este suministro y afectará a todos los ámbitos de la sociedad.
Antes o después, la movilidad eléctrica acabará impactándote. Por esta razón, consideramos que es importante que sepas qué es y cuáles son sus ventajas.
La movilidad eléctrica es todo desplazamiento de personas, bienes o mercancías por un medio de transporte alimentado por energía eléctrica.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) apunta las oportunidades económicas, que se suman a las medioambientales, ofrecidas por el proceso de descarbonización de la economía promulgada por la Unión Europea.
Esta transformación de la economía será posible a través de nuevos modelos de negocio ligados a la movilidad sostenible, el autoconsumo y las energías renovables innovadoras, donde la electromovilidad cuenta con un papel destacado.
La movilidad eléctrica hace referencia a diferentes tipos de transporte, tanto de personas como de mercancías, que abordamos en las siguientes líneas.
En esta clasificación se engloban 6 tipos de vehículos eléctricos:
En lo que respecta a los MHEV y dadas sus características, algunos expertos los excluyen de la categoría de vehículos de movilidad eléctrica en favor de los híbridos puros o enchufables.
Los vehículos de movilidad personal (VMP) engloban todos los vehículos de una única plaza propulsados por motores eléctricos.
En esta categoría se incluyen las bicicletas eléctricas, scooters, patinetes, monociclos, hoverboard o segways.
Es importante señalar que este tipo de vehículo no puede exceder los 25 km/h.
Uno de los elementos más desafiantes a la hora de impulsar la movilidad eléctrica es el desarrollo de una infraestructura de recarga mucho más robusta que la existente, sobre todo, de alta capacidad.
El impulso de las electrolineras busca facilitar la realización de desplazamientos interurbanos de larga distancia extendiendo las aplicaciones de los vehículos eléctricos.
En este mismo orden de cosas, este esfuerzo acerca la industria del automóvil a la meta marcada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 para alcanzar los 5 millones de vehículos eléctricos en 2030.
La apuesta por la movilidad eléctrica se sustenta en ventajas estratégicas para el desarrollo de un nuevo paradigma económico y social.
La movilidad eléctrica permite mitigar el daño ocasionado en el medioambiente por la combustión de combustibles fósiles.
Cabe recordar llegados a este punto, que la meta marcada por el Pacto Verde Europeo es la de que Europa alcance la neutralidad climática en 2050.
La eficiencia energética del motor eléctrico es muy superior a la del motor de combustión.
La cantidad de energía mecánica aprovechada en el movimiento de un automóvil de combustión interna en relación a la energía almacenada es muy inferior al de un vehículo eléctrico.
La transformación del parque automovilístico en movilidad eléctrica ayuda a reducir la contaminación acústica de las ciudades y que es debida en gran medida al tráfico de vehículos de combustión.
Según el Anuario 2022/2023 de la movilidad eléctrica de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), la movilidad eléctrica ha supuesto la creación de más de 5.000 puestos de trabajo directos en el año 2022.
Concretamente, en empleos vinculados a las infraestructuras de recarga, así como servicios de renting y alquiler de vehículos eléctricos, y también de movilidad compartida.
La implementación a gran escala de la movilidad eléctrica debe afrontar retos de I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación tecnológica), así como retos en el desarrollo de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y digitalización.
Lo ilustramos con algunos ejemplos de ambas áreas de actuación:
Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
La vida útil y costes de una batería de coche eléctrico dependen de su tecnología y del uso. Al cabo de los años pierden parte de su capacidad de carga.
Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) impulsan la responsabilidad corporativa, competitividad y resiliencia ante desafíos globales.