¿Qué necesito para cargar mi coche eléctrico en casa?

La carga de un coche eléctrico en casa puede ayudarte a ahorrar al máximo, sobre todo si dispones de una tarifa del mercado regulado y si aprovechas a cargar tu coche durante la noche.

Contrariamente a lo que las personas puedan pensar, para cargar un coche eléctrico en la mayoría de los casos no necesitas aumentar la potencia contratada.

Además, puedes recargar tu coche con un enchufe convencional tipo Skudo, aunque siempre es recomendable instalar un punto de carga por su eficiencia y rapidez.

En este artículo vamos a responder a las dudas que puedas tener al respecto, explicándote de forma clara qué necesitas para cargar tu coche eléctrico en casa.

¿Cómo se carga un coche eléctrico en casa?

Existen dos maneras diferentes de poder cargar un coche eléctrico en tu casa: la primera, con un enchufe tipo Skudo, y la segunda, instalando un punto de carga específico.

Ahondamos más a detalle en cada una de ellas para que veas las características de ambas y lo tengas más claro.

Con un enchufe convencional

Un coche eléctrico puede cargarse con un enchufe convencional del tipo Skudo, utilizando un cargador de coche adaptado para ello.

Sin embargo, dado que el nivel de comunicación es bajo, la carga se realiza en corriente alterna y es muy lenta, a diferencia de los sistemas de carga rápida que utilizan corriente continua.

Por ponerte un ejemplo, un coche que cuente con una batería de 58 kWh puede tardar por cable unas 12 horas en cargarse, mientras que en un punto de carga el tiempo se reduce a la mitad.

Con un punto de carga

Instalar un punto de recarga, generalmente un cargador de pared o wallbox, es la mejor opción para cargar tu coche eléctrico en casa. Se trata de una solución segura y eficiente que debe ser ejecutada por un electricista autorizado.

Estos puntos de carga suelen contar con una potencia de 3,7 kW a 7,4 kW en corriente monofásica. En trifásica la potencia de carga se sitúa entre 11 y 22 kW aproximadamente.

Ten presente que toda instalación eléctrica de baja tensión queda regulada en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT) recogido en el Real Decreto 842/2002 con la finalidad de:

• Garantizar la seguridad de las personas y los bienes.
• Evitar daños o perturbaciones en otras instalaciones o servicios.
• Ofrecer soluciones fiables y eficientes.

Este reglamento se aplica a tensiones nominales de 1.000 voltios para una corriente alterna y 1.500 voltios en una corriente continua. 

Además, es recomendable que toda instalación eléctrica se adapte a las Normas UNE específicas, además de a las recomendaciones de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA).