Las chimeneas eléctricas son una opción más limpia y fácil de instalar que las tradicionales. Puedes optimizar su consumo utilizando temporizadores.
¿Cuántos kWh consume un frigorífico o una nevera?
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Calcular el consumo en kWh del frigorífico no es difícil si sabes qué fórmula aplicar y cuál es el consumo de tu electrodoméstico al año. A que el volumen de consumo sea mayor o menor contribuye la eficiencia energética del propio electrodoméstico que queda recogida en la etiqueta energética homologada y en vigor desde marzo de 2021 de cada aparato, así como a un uso correcto.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) el consumo del frigorífico representa por sí mismo alrededor del 18 % del consumo total [1] del hogar seguido por el televisor y la lavadora.
Esto es algo bastante lógico si tenemos en cuenta que este electrodoméstico está prácticamente en funcionamiento las 24 horas del día los 365 días del año, exceptuando los momentos que lo desconectas cada cierto tiempo para realizar labores de limpieza y mantenimiento.
Así las cosas, en este artículo te vamos a enseñar a calcular el consumo de tu nevera y aprovecharemos para mostrarte algunos trucos que pueden ayudarte a optimizar su uso para reducir tu factura de la luz.
¿Cómo se calcula el consumo del frigorífico en kWh al día?
El cálculo del consumo del frigorífico en kWh al día no tiene mayor misterio y resulta de aplicar una sencilla fórmula que te mostramos a continuación:
Consumo diario en kWh frigorífico = Consumo anual del electrodoméstico / 365 días
Una vez vista la teoría pasemos a la práctica y, más concretamente, a mostrarte cuántos kWh consume en promedio un frigorífico atendiendo a su etiqueta energética.
CLASE |
CONSUMO EN kWh por día |
|
---|---|---|
Clase A |
175 kWh |
0,5 kWh |
Clase B |
286 kWh |
0,78 kWh |
Clase C |
322 kWh |
0,88 kWh |
Clase D |
374 kWh |
1,02 kWh |
Clase E |
507 kWh |
1,39 kWh |
Clase F |
646 kWh |
1,77 kWh |
Estas cifras son, como ya hemos subrayado, un promedio calculado en función de la clase energética pero en el que no se han tenido en cuenta otros factores como la carga en comida a la que se somete a la nevera, si se usa un programa ECO o no, el mantenimiento que se le da al aparato, etc.
Algunos de estos aspectos con influencia directa en el consumo de tu nevera los desarrollamos en profundidad a continuación en el siguiente punto.
¿Cómo ahorrar en el consumo del frigorífico?
Hay varias acciones sencillas que ayudan a optimizar el consumo de tu frigorífico y que queremos compartir contigo.
Apuesta por una etiqueta energética de clase A
El primer punto de ayuda que tienes para reducir el consumo en kWh de tu aparato es adquiriendo un modelo que cumpla con los mayores estándares de eficiencia energética del mercado.
En este sentido, si tu nevera cuenta con la etiqueta energética A puedes llegar a beneficiarte de un ahorro en torno al 50 % según el Informe de etiquetado de los electrodomésticos del IDAE.
Si por el contrario, tienes un electrodoméstico de clase F, su consumo será bastante mayor.
Invierte en mantenimiento mejor que en reparaciones
Cuando un electrodoméstico, en este caso el frigorífico, funciona mal, automáticamente incrementa su consumo. Invertir en mantenimientos periódicos y sencillos como el control de las gomas de cierre, ayuda a que su rendimiento, y por ende, su consumo, sean menores y más adecuados.
Piénsalo de este modo: tu frigorífico es más eficiente cuanto menos frío sea capaz de perder. Así, es lógico pensar que un aislamiento insuficiente o deteriorado es responsable en gran medida de la pérdida de frío en él.
Echa un vistazo a las principales causas de pérdida de frío en tu nevera:
- Aislante: 68%
- Alimentos: 13%
- Junta de la puerta: 8%
- Aperturas: 7%
- Otros: 4%
En este mismo sentido, una nevera limpia es una nevera que no tendrá problemas de óxido, por ejemplo. Que sus piezas estén en buen estado hace que su consumo no se vea alterado.
Haz un uso adecuado y no desperdicies energía
Asociado al consumo eficiente está el uso consciente de tu electrodoméstico.
Como ya te hemos mostrado en el punto anterior, los malos hábitos de abrir y cerrar constantemente la puerta del frigorífico puede suponer una pérdida de frío del 7 %.
Un uso racional en este sentido acaba repercutiendo favorablemente en tu bolsillo mes a mes y ponerlo en práctica es muy sencillo.
Antes de abrir la nevera piensa en todo lo que vas a necesitar y sácalo de una vez. Este simple gesto no solo te ayuda a no estar abriendo y cerrando innecesariamente, sino también a que el tiempo de apertura sea el mínimo posible.
Carga tu nevera con cabeza
Cuanto más cargada esté tu nevera mayor será el trabajo que el electrodoméstico tendrá que hacer para mantener todo fresco a la temperatura ideal.
Por otro lado, una sobrecarga de alimentos puede interferir en la circulación del aire dentro del aparato incidiendo negativamente en un mayor consumo.
Aléjalo de fuentes de calor
Parece de perogrullo, pero tu frigorífico debe estar ubicado en una zona ventilada y fresca.
Situarlo al lado de fuentes de calor como el horno, la vitrocerámica o placa de inducción o incluso de los radiadores puede influir en su desempeño.
Asegura siempre la temperatura ideal
Conocer la temperatura ideal del frigorífico y mantenerlo en ella es primordial para un correcto consumo.
En línea con lo anterior, la temperatura ideal para tu frigorífico en invierno se sitúa alrededor de 5 ºC mientras que en verano se sitúa en torno a los 3 ºC. Por su parte, asegúrate de que tu congelador está en torno a los -18 ºC.
Apuesta por programas ECO
Apostar por un programa ECO también tiene su repercusión en el consumo de tu nevera. De hecho, en el caso del frigorífico puede llegar a suponer un ahorro en tu factura de la luz de hasta el 30 %.
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En las subidas y bajadas del precio de la luz intervienen factores como la dependencia de los combustibles fósiles o el desabastecimiento energético.
El funcionamiento del termo eléctrico es sencillo y consiste en calentar el agua fría de su depósito mediante una o varias resistencias eléctricas.