Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
El reciclaje de las baterías de los coches es clave para evitar contaminar el medioambiente con materiales que pueden ser peligrosos que se encuentran en las baterías, como el plomo o el ácido sulfúrico.
España ya posee instalaciones para ello, como la gigafactoría de baterías de coches eléctricos en Alicante (Comunidad Valenciana), que es la primera en Europa en ofrecer un ciclo de reciclaje completo, y se prevén nuevas instalaciones en el futuro en el país.
Dado el esperado incremento en su demanda, la Unión Europea ha puesto sobre la mesa la necesidad de desarrollar medidas para impulsar el reciclaje de estos elementos mediante una legislación adaptada a las nuevas necesidades de la movilidad eléctrica.
En este artículo vamos a detallarte qué procesos se utilizan para reciclar las baterías de los coches eléctricos y dónde se puede hacer de manera segura.
Sí, y su reciclaje es fundamental para proteger el medioambiente, conservar los recursos ilimitados como el litio y reducir la huella ecológica en la producción de baterías.
Al reciclarlas se busca extraer los metales valiosos (níquel, cobalto, manganeso, aluminio o litio) para poder utilizarlos para fabricar nuevas baterías.
Ahora bien, el proceso de reciclaje se enfrenta a desafíos como la complejidad de su desmontaje, la variedad de tecnologías, la necesidad de desarrollar infraestructuras o la escasa regulación al respecto.
El Reglamento (UE) 2023/1542 del Parlamento Europeo y del Consejo pone de manifiesto que, en espera de que el mercado de las baterías de coches eléctricos aumente en los próximos años, es preciso “actualizar el Derecho de la Unión en materia de gestión de los residuos de pilas y baterías”.
Para ello, va a ser necesario adoptar medidas para proteger el medioambiente y la salud de las personas, así como para fomentar la economía circular.
El documento establece un objetivo ambicioso para 2030: reciclar el 80 % de las baterías y pilas. Para conseguir esta meta y minimizar el impacto de estos elementos, propone medidas como las que hemos recopilado en la siguiente enumeración:
Estas y otras medidas vienen acompañadas de sanciones en caso de incumplimiento de la normativa vigente en todos los Estados miembros de la Unión Europea.
A la hora de reciclar las baterías de coches eléctricos, tanto de plomo-ácido como de ion-litio, se pueden seguir varios métodos cuyo objetivo es obtener los materiales valiosos que se encuentran en ellas y poder reutilizarlos.
Básicamente, los pasos para conseguirlo son los siguientes:
Abordamos qué tecnologías pueden utilizarse para reciclar la “masa negra” a continuación.
El reciclaje pirometalúrgico es un proceso a altas temperaturas por el que se funden las baterías para recuperar metales valiosos, sobre todo para el desarrollo de la movilidad eléctrica.
Es una tecnología madura, pero el reto que plantea es su baja viabilidad técnica por sus altos costos energéticos, aunque es muy útil para grandes volúmenes.
El reciclaje hidrometalúrgico consiste en la disolución química con ácidos y soluciones selectivas para poder disolver y extraer los componentes de interés.
Es más eficiente energéticamente hablando que la pirometalurgia porque requiere menos recursos y recupera los metales con mayor pureza.
Su desventaja principal, además de la generación de residuos líquidos, es que requiere procedimientos de purificación múltiples.
El reciclaje electroquímico es un método que utiliza la corriente eléctrica para separar metales, pero que por el momento se encuentra en fase experimental.
La biohidrometalurgia es uno de los modos de reciclaje de estos componentes que se encuentra aún en fase de experimentación. Se basa en utilizar microorganismos para extraer los metales.
La reutilización consiste en el reciclaje directo, reacondicionando el material del cátodo, y en ocasiones del ánodo, sin descomponerlo por completo. Se trata del proceso más sostenible: consume menos energía que los anteriores y tiene menor coste.
Sin embargo, es un procedimiento en desarrollo que exige que se procese cada tipo de química por separado, al menos por el momento.
A corto plazo, los métodos tecnológicamente más avanzados, como la biohidrometalurgia, resultan menos viables al ser tecnologías emergentes que requieren de una inversión importante para poder desarrollarse.
Las pueden reciclarse de manera segura en diferentes puntos autorizados y su recogida se encuentra regulada en España por el Real Decreto 106/2008, de 1 de febrero, sobre pilas y acumuladores y la gestión ambiental de sus residuos.
Para concretar te ponemos algunos ejemplos de los centros que las gestionan:
Sea como sea, las baterías de coches eléctricos no deben depositarse nunca en la basura ni en puntos limpios convencionales que no ofrezcan ese servicio porque requieren medidas de seguridad adaptadas.
A día de hoy, en España no se paga a los particulares directamente por reciclar las baterías de su coche eléctrico. Las empresas de reciclaje cobran por recibir y procesar estos componentes.
Los costes siguen siendo elevados debido a la complejidad de los procesos y el manejo de los materiales peligrosos. El precio del reciclaje es asumido por el Estado y por el consumidor final cuando compra el vehículo, a través de impuestos y costes asociados.
Ahora bien, es de esperar que con la mejora de las infraestructuras y tecnologías de reciclaje, así como la obligación establecida por la legislación europea de incluir materiales reciclados en baterías nuevas, puedan generarse incentivos para fomentar un reciclaje más justo y sostenible de las baterías de coches.
Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
La vida útil y costes de una batería de coche eléctrico dependen de su tecnología y del uso. Al cabo de los años pierden parte de su capacidad de carga.
Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) impulsan la responsabilidad corporativa, competitividad y resiliencia ante desafíos globales.