HVO o hidrobiodiésel: qué es, cómo se produce y sus ventajas para un transporte más sostenible

Combustible HVO o hidrobiodiésel

El HVO o hidrodiésel es una alternativa más sostenible y respetuosa con el medioambiente que el diésel convencional. 

Además, es compatible con muchos motores diésel por su composición química que es prácticamente idéntica al diésel fósil. Por ello, puede usarse en la mayoría de vehículos diésel.

Se produce mediante el hidrotratamiento de aceites vegetales, grasas animales y aceites usados. Permite reducir las emisiones de CO2 y otros contaminantes en el sector del transporte, sobre todo en el pesado, que plantea grandes retos frente a la electrificación. 

En este artículo, te explicamos qué es el HVO, qué tipos de motores pueden utilizarlo sin modificaciones y qué ventajas ofrece para ser considerado el diésel del futuro.

¿Qué es el HVO o hidrobiodiésel?

El HVO o hidrodiésel es un biocarburante avanzado que se produce con materias primas sostenibles como aceites de fritura, residuos de grasa o aceites vegetales. 

Las siglas HVO responden al inglés Hydrogenated Vegetable Oil, en español aceite vegetal hidrotratado. Puede encontrarse en su forma pura (HVO100) o mezclado con diésel en varias proporciones (HVO25, HVO50, etc.) y es compatible con motores diésel que cumplan con la especificación UNE EN 15940.

Presenta una pureza mayor que el diésel convencional, al contener menos azufre. Por esta razón, realiza una combustión más limpia y reduce considerablemente las emisiones de CO2 y otros contaminantes. 

¿Qué tipos de motores pueden utilizar carburante hidrobiodiésel?

El HVO es lo que se considera un carburante drop-in, esto es, compatible con la mayoría de motores diésel actuales sin tener que realizar ningún tipo de adaptación. 

Así las cosas, puede utilizarse en: 

  • Motores diésel modernos de la mayoría de fabricantes que pueden usar el HVO puro o mezclado. 
  • Motores diésel del transporte pesado de flotas de camiones, autobuses, vehículos industriales y maquinarias, vehículos municipales y furgonetas comerciales. 
  • Motores ferroviarios y marítimos como barcos costeros, embarcaciones de trabajo, locomotoras diésel, etc. 
  • Motores de vehículos de trabajo como tractores y maquinaria agrícola, equipos de construcción y forestales. 
  • Motores de generadores diésel

En conclusión, la mayoría de motores diésel pueden utilizar este biocarburante, siempre que cuenten con la homologación necesaria del fabricante. 

¿Cómo se produce el combustible hidrobiodiésel?

El HVO se produce por hidrogenación (hidrotratamiento) de lípidos renovables como aceites vegetales, como la colza, el aceite de cocina usado o las grasas animales.

Los pasos para su producción son los siguientes: 

  • El proceso comienza con el pretratamiento de las materias primas para eliminar impurezas como metales, agua, ácidos libres u otros contaminantes. 
  • A continuación, en la etapa de hidrotratamiento se añade hidrógeno en presencia de un catalizador, como el níquel-molibdeno (NiMo) o el cobalto-molibdeno (CoMo), bajo altas temperaturas (aproximadamente de entre 300 °C y 400 °C) y presión (entre 30 y 100 bar) para eliminar el oxígeno y romper los triglicéridos en hidrocarburos parafínicos. Esto se consigue mediante 3 reacciones principales: desoxigenación, hidrogenación y descarbonización o descarboxilación. 
  • Después, llega la isomerización. Consiste en modificar la estructura molecular para mejorar las propiedades del producto como el punto de congelación. 
  • Finalmente, se separa por destilación o fraccionamiento los productos valiosos como diésel renovable, nafta, propano y otros gases, y se purifica para que cumpla con la norma EN 15940.

Con este proceso se consigue un combustible muy similar al diésel fósil, pero con menos impurezas y con una huella de carbono más baja. 

¿Cuáles son las ventajas del diésel HVO?

El HVO presenta ventajas estratégicas en comparación con el diésel fósil: 

  • Reduce las emisiones de CO2 hasta en un 85 % si se compara con carburantes fósiles. Asimismo, minimiza las emisiones dañinas de azufre y compuestos aromáticos que predominan en los combustibles fósiles actuales. 
  • Es compatible con muchos camiones, autobuses y turismos sin tener que hacer modificaciones, siempre que hayan sido aprobados para utilizar combustibles adaptados a la norma estandarizada EN 15940
  • Puede utilizarse puro o mezclado con diésel tradicional, pero siempre que el vehículo sea apto para este biocarburante. 
  • Ofrece una mejora en la eficiencia de la combustión gracias a su alto nivel de cetano que permite reducir el ruido, que el motor funcione más suave y sea sometido a menos tensiones. 
  • Proporciona un buen comportamiento en condiciones frías, en las que otros biocombustibles pueden disminuir su rendimiento o convertirse en gel o cera. 
  • Cuenta con una vida útil mayor y una buena estabilidad de almacenamiento, evitando problemas de oxidación y formación de sedimentos. 
  • Reduce la dependencia a la materia prima virgen, favorece la economía circular y potencia la descarbonización del país.

A tenor de estos beneficios, muchos expertos apuntan al HVO como una de las vías rápidas para reducir las emisiones nocivas generadas por el sector del transporte sin necesidad de cambiar las flotas de vehículos. 

Principales desafíos del biocombustible hidrobiodiésel

Con el fin de que su uso se extienda es necesario trabajar en desafíos como que el origen de las materias primas sea realmente sostenible y el coste de su producción y su escalabilidad. 

En ese orden de cosas, se necesita también mayor claridad en la regulación española en materia de biocombustibles avanzados. 

La realidad del HVO en España

En Europa, Finlandia fue el primer país en producir este biocombustible para su comercialización en 2007. En España, la compañía Repsol, por ejemplo, ha creado la primera planta a gran escala de combustibles de origen 100 % renovable, entre los que se encuentra el HVO. 

Sea como sea, este biocombustible puede convertirse en la oportunidad de descarbonizar el transporte pesado, sector donde la electrificación es más complicada. Además, puede suponer una puerta abierta a la mejora de criterios ESG de las empresas que desean reducir su huella de carbono.

Su despliegue se beneficia de directivas europeas como la Directiva (UE) 2018/2001 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, que apoyan los biocarburantes avanzados como el hidrobiodiésel para cumplir con los objetivos climáticos establecidos en el Pacto Verde Europeo.  

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