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Si necesitas bajar o subir la presión de la caldera lo primero que tienes que saber es cómo hacerlo de manera segura.
La presión de tu caldera debe encontrarse siempre en unos 1,5 bares para asegurar el correcto funcionamiento de tu instalación de calefacción. Valores superiores o inferiores van a afectar a su rendimiento, pero también pueden ponerte en peligro.
En este artículo vas a aprender a ajustarla tú mismo de manera segura paso a paso.
La presión de la caldera es la fuerza con la que circula el agua en tu sistema de calefacción. Si hay demasiada presión la caldera o las tuberías pueden dañarse; si no hay presión suficiente, tu caldera puede dejar de calentar de manera eficaz o, directamente, dejar de funcionar.
Sea como sea, si la presión no es la correcta tu calefacción va a reducir su rendimiento, además de poder suponer un peligro. Los síntomas que delatan que algo no va bien suelen ser:
Los valores ideales para la presión suelen situarse entre 1 y 1,5 bares en frío, y 1,5 y 2 bares en caliente, aunque asegúrate siempre consultando el manual del usuario de tu electrodoméstico.
Normalmente, tu caldera dispone de un manómetro en el que puedes verificar la presión y la mayoría de ellos te indican si es correcta o no.
Una presión de la caldera demasiado alta puede causar múltiples daños que pueden afectar a la válvula de seguridad, al vaso de expansión, al rendimiento e incluso impedir que pueda funcionar.
De manera que, si tu presión se sitúa por encima de los 2 bares, sigue estos 4 pasos para bajarla:
Si tras los primeros 3 pasos, la presión sigue sin bajar, o si detectas que el vaso de expansión no cumple con su función, llama al servicio técnico y no manipules más tu instalación.
Una presión demasiado baja va a afectar a la eficiencia de tu sistema de calefacción, pudiendo bloquearse para evitar daños mayores. Te explicamos algunas recomendaciones para que puedas subirla con seguridad:
Es posible que en el proceso pueda entrar aire en tus radiadores. Si oyes ruidos como gorgoteos o golpecitos, púrgalos empezando por el que se encuentra más cerca de la caldera, que es el primero de la instalación.
Un síntoma de alarma es que la presión vuelva a bajar al poco tiempo. En ese caso, verifica que no tengas ninguna fuga de agua y que la válvula de llenado se encuentre perfectamente cerrada.
El mantenimiento preventivo es la clave para alargar la vida útil de tus electrodomésticos, incluida tu caldera. Compartimos contigo 5 consejos para que asegures su correcto rendimiento:
Mantener una presión adecuada de la caldera garantiza un funcionamiento eficiente, alarga su vida útil y evita reparaciones costosas. Estos 3 factores confluyen en una misma consecuencia: afectan a tu bolsillo.
En este artículo has descubierto lo importante que es saber cómo bajar o subir la presión, y lo recomendable que es para asegurar tu confort y seguridad contactar con un técnico especializado cuando es necesario.
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