
¿Apagar la caldera por la noche es un ahorro o un riesgo? Descubre cuándo es recomendable, así como claves para incrementar tu ahorro y bienestar.
Entender cómo funcionan las barbacoas de gas te va a servir para comprender por qué se están convirtiendo en una opción cada vez más popular para disfrutar de buenos momentos con amigos y familiares.
Son muy versátiles, su limpieza es sencilla, permiten un control preciso de la temperatura de cocción y hacen las delicias tanto de principiantes como de amantes de la parrilla más experimentados.
Ahora bien, si quieres dominar el arte de cocinar con una barbacoa de gas sigue leyendo. Te vamos a explicar cómo funciona, qué tipos hay y cómo puedes usarla para sacarle el mayor partido.
El funcionamiento de una barbacoa de gas es similar al de una cocina de gas, es decir, cuenta con quemadores que al encenderse distribuyen el calor por toda la parrilla y/o plancha, dependiendo del diseño. La temperatura puede ajustarse utilizando las perillas de control. Suelen funcionar con gas butano, propano o con gas natural.
El gas, como ocurre con la mayoría de los aparatos que lo utilizan, es inyectado a través de una manguera especial que une un depósito con los quemadores.
Casi todas las barbacoas de gas modernas cuentan con un encendedor electrónico que enciende los quemadores instantáneamente al provocar una chispa, lo que proporciona gran comodidad.
En principio, cuantos más quemadores tenga tu barbacoa mayor potencia va a poder alcanzar y mayor puede ser la superficie de cocción que presente, aunque esto también depende de su diseño.
En todo caso, pueden incluir algunos o todos los elementos que te enumeramos:
Un quemador aparte en el que al mismo tiempo que puedes asar carnes, pescados y verduras, puedes colocar una olla para hacer pasta, arroz o hervir huevos para una ensalada.
Un termómetro que te permite cocinar cada alimento a su temperatura ideal.
Ruedas en los modelos tipo carros para que puedas colocarlas donde lo necesites.
Rejillas o parrillas, que suelen ser de acero fundido y se pueden regular en altura por lo general, sobre las que puedes asar todo tipo de alimentos que van a mostrar una vez cocinados las típicas marcas de asado.
Una plancha o una superficie lisa que puede ser de acero inoxidable, hierro fundido o cualquier otro tipo de material resistente, sobre las que puedes cocinar los alimentos más delicados como pueden ser huevos o mariscos.
Una tapa que convierte a tu barbacoa de gas en un horno muy eficaz, aumentando su versatilidad.
Un recoge grasas incorporado que facilita su limpieza y muchos de sus componentes pueden incluso lavarse en el lavavajillas.
Existen múltiples tipos de barbacoas de gas por lo que, sea cual sea el espacio de que dispongas, vas a poder encontrar una que se ajuste a tus necesidades, sobre todo considerando que existen versiones que se pueden personalizar.
Por ejemplo, las hay:
Portátiles, perfectas para acampadas o jardines pequeños.
De sobremesa, manejables y prácticas para tus reuniones más íntimas.
Con carro, se trata de los modelos más completos.
Empotrables que puedes insertar en un conjunto modular con fregadero.
Híbridas que funcionan tanto con gas como con carbón y leña. La única precaución que debes tener al respecto es elegir el tipo de bombona de butano que pueden necesitar.
Las barbacoas de gas pueden clasificarse igualmente por los materiales que las componen y que van a aportar, según el caso, mayor resistencia al óxido, rayaduras, etc.
Puedes optar por barbacoas de acero cromado, esmaltado, vitrificado u oxidable, hierro fundido, de aluminio fundido o de una combinación de materiales en función del tipo de elemento.
Una barbacoa de gas te proporciona grandes ventajas como su facilidad de limpieza y encendido, un buen control de la temperatura, una distribución homogénea del calor, y mucha seguridad y durabilidad.
La mejor forma de potenciar todas estas bondades, es sabiendo cómo utilizarla. Te lo explicamos ya mismo:
Antes de encenderla. Potencia el sabor de tus alimentos marinándolos con tus especias favoritas al menos una hora antes. Procura que todo esté listo antes de utilizarla, y ten a mano las herramientas que puedas necesitar (pinzas largas, espátula, guantes que resistan al calor), etc.
Precalentamiento. Enciende la barbacoa de gas y mantenla con la tapa bajada unos 10 minutos para una cocción uniforme de tus alimentos.
Limpieza antes de cocinar. Si la parrilla está sucia, enciéndela unos 15 minutos a fuego fuerte y cepilla posteriormente la parrilla con un cepillo especial para eliminar restos. Así vas a evitar humos o llamaradas por restos de aceite quemado.
Durante la cocción. Resulta esencial que cocines tus alimentos sin amontonarlos. Si tienes que hacer mucha cantidad a la vez valora invertir en accesorios como soportes para costillas. No necesitas engrasar tu parrilla, piensa que el aceite de quema a altas temperaturas rápidamente.
Después de cocinar. Deja unos minutos la barbacoa para quemar los posibles residuos y facilitar su limpieza. Cierra las válvulas y el suministro de gas. No coloques la funda hasta que no vuelva a estar fría.
Recuerda: no pierdas de vista tu barbacoa mientras esté encendida y si quieres apagar llamaradas usa la tapa para reducir el oxígeno y regula la temperatura con los quemadores.
Se trata de un tipo de barbacoa que cuentan con una bandeja de piedras volcánicas que se colocan sobre los quemadores de gas. Estas se calientan y transmiten ese calor a los alimentos, como lo harían las ascuas de carbón.
Para usarla, el truco se encuentra en distribuir las piedras de manera uniforme por la superficie prevista para ello para que se calienten de manera homogénea.
A continuación, enciende los quemadores y deja que el fuego actúe durante 15 minutos con la cubierta de la barbacoa de gas bajada. Así vas a conseguir que las piedras se pongan al rojo vivo.
A continuación, ya puedes empezar a cocinar tus alimentos que van a tener ese sabor tan característico de barbacoa gracias a la grasa quemada que se va evaporando.
Tras su uso, espera a que las piedras se hayan enfriado completamente y cepíllalas un poco en seco. Estas piedras no se mojan.
Las barbacoas de gas están preparadas para cocinar con la tapa bajada, ya que permite mantener el calor y la humedad perfectas. El calor asciende hasta la tapa y esta lo envía hacia los alimentos cocinándolos por ambos lados. Esto resulta ideal para grandes piezas de carne, por ejemplo.
De hecho, es el secreto según los fabricantes consultados para obtener una carne jugosa y llena de sabor. Eso sí, nunca la enciendas con la tapa bajada porque puede acumularse gas.
¿Sabías que con este tipo de barbacoas puedes utilizar una caja para ahumar o ahumador? Es una cajita con virutas de madera humedecidas en agua durante unos 15 minutos que se coloca encima de un quemador encendido.
El consejo estrella es que elijas el tipo de madera que mejor marina con tus alimentos, añadas un poco de romero y tomillo si la preparación lo acepta, y que cierres la tapa.
¿Apagar la caldera por la noche es un ahorro o un riesgo? Descubre cuándo es recomendable, así como claves para incrementar tu ahorro y bienestar.
Existen diferentes tipos de bombonas de butano: modelos con precios regulados, más ligeros o especiales para usos exteriores. Descubre cuál te conviene.
Los repartidores de costes de calefacción se instalan cuando no se pueden colocar contadores individuales. Se basan en el consumo real de cada hogar.