Gas ciudad

El gas ciudad es un combustible destilado que se ha utilizado en los últimos dos siglos para abastecer las ciudades hasta la llegada del gas natural, que ha aprovechado las canalizaciones existentes para su distribución.

Este sustituto, el gas natural, además de aprovechar las instalaciones disponibles de su predecesor ha sumado una serie de ventajas que detallamos para argumentar su transición. 

¿Qué es el gas ciudad?

El gas ciudad en un principio era un combustible destilado de la hulla –del carbón mineral– que se utilizaba para abastecer, mediante una canalización, las cocinas de las viviendas y el alumbrado urbano, por lo que se le conoce también como gas de alumbrado o en su forma primigenia como gas hulla o gas coque. 

Posteriormente, con el desarrollo industrial de las fábricas, las más modernas lo obtenían de las naftas –un producto derivado de la destilación del petróleo–. 

Así, este tipo es el resultado de una mezcla de gases que reaccionan al acercarse a una llama. De su proceso de fabricación surgen subproductos como el alquitrán de hulla, el coque y el amoníaco.  

Como ya hemos anticipado, en España el gas natural ha sustituido al gas ciudad aunque para su distribución se aprovecharon las redes existentes. 

Gas ciudad

Fabricación del gas ciudad 

El primer gas ciudad se obtenía por la destilación de la hulla a temperaturas de 1.200 ºC a 1.300 ºC en vasijas cónicas –llamadas retortas– sin contacto con el aire. Como resultado de este proceso se generaban gases y vapores que se derivaban a un colector en el que condensaban alquitrán y agua. 

A continuación, pasaban a otros condensadores donde quedaban restos de más alquitrán y amoníaco, obteniendo como resultado una solución más pura. 

Para eliminar el sulfuro de hidrógeno y otras impurezas se pasaban a una suerte de lavadores o scrubbers. 

Finalmente, se almacenaban en gasómetros que controlaban su presión y los preparaban para ser canalizados por los conductos de gas ciudad. 

A su vez, en lo que respecta al derivado de las naftas, se logra mediante la técnica de cracking que consiste en la descomposición de hidrocarburos pesados para obtener otros más ligeros.

Ventajas del gas natural con respecto al gas ciudad

El hecho de que el gas natural haya sustituido al gas ciudad se justifica a través de las importantes ventajas que brinda tanto para su consumo como para su distribución.

Obtención más sencilla

El gas natural se obtiene mediante la técnica de perforación por rotación directa, por lo que se utiliza prácticamente tal como se extrae. 

En cambio, el gas ciudad requiere de un procedimiento mucho más complejo y, por lo tanto, necesita más recursos, hecho que encarece su producción. 

Composición más segura y estable

El gas ciudad contiene monóxido de carbono y un alto porcentaje de hidrógeno –a diferencia del gas natural cuyo componente principal es el metano–. Esto convierte al primero en un gas muy inflamable e inestable, además de más perjudicial para la salud al ser inhalado.  

Poder calorífico mayor

El gas natural ofrece un Poder Calorífico Inferior (PCI) de 11,98 kcal / m³ (kilocalorías por metro cúbico), mientras que el gas ciudad ofrecía un poder calorífico considerablemente inferior. 

En la actualidad, a nivel coloquial y de calle se suelen mezclar ambas denominaciones a pesar de que no tienen mucho en común, como has podido descubrir. 

Las medidas de seguridad de las instalaciones de gas natural, su continuidad en el abastecimiento y su precio lo han convertido en una de las fuentes de energía térmica más utilizada en los núcleos urbanos frente a otros gases como el gas butano, por ejemplo. 

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