¿Qué es el estrés térmico laboral y cómo evitarlo?

Combatir el estrés térmico laboral es posible si sabes identificarlo y si conoces las medidas de prevención y de actuación a poner en práctica en cada caso. Es importante saber que este problema afecta a todos los sectores de actividad y que existen una serie de factores que pueden agravarlo, llegando a suponer incluso un riesgo para la salud del trabajador. 

Por lo general, cuando se habla de estrés térmico laboral se hace alusión al producido por el calor. Sin embargo, en ciertas actividades y sectores, el riesgo por estrés térmico por frío es un hecho.

Para que tengas una visión completa de la temática, sobre este último tipo de estrés térmico laboral haremos una mención al final del artículo, aunque centraremos el grueso en el que puedes sufrir a consecuencia del calor.

Así, en este artículo vamos a repasar lo que es, sus síntomas, los factores de riesgo que le influyen y para terminar te daremos una serie de consejos y medidas para prevenir que lo sufras.

¿Qué es el estrés térmico laboral?

El estrés térmico laboral es la carga neta de calor a la que está expuesta una persona en su desempeño profesional y es un riesgo que está presente en todos los sectores de actividad.

El estrés térmico por calor es la causa de varios efectos patológicos que producen que el calor se acumule de forma excesiva en el cuerpo y resulta de la interacción de condiciones ambientales del lugar de trabajo, de la actividad física realizada y de la ropa que el trabajador tenga que usar.

Cuando una persona realiza una actividad sometida a estrés térmico, su cuerpo sufre una sobrecarga fisiológica motivada por el aumento de temperatura corporal y se produce una reacción automática de los mecanismos de defensa del cuerpo para contrarrestar esa sobrecarga con una pérdida de calor.

Si a pesar de la activación de estos mecanismos de control, la temperatura corporal supera los 38 ºC el riesgo de daños en la salud será una realidad y su gravedad dependerá de la cantidad de calor acumulado en el cuerpo. 

La principal normativa de evaluación de estrés térmico y de prevención de riesgo es:

Estrés térmico laboral

¿Qué es el índice WBGT?

El índice WBGT es el acrónimo de Wet Bulb Globe Temperatures, en español temperatura de globo y bulbo húmedo, y es la medida que evalúa la existencia de calor térmico en el entorno laboral para el ser humano bajo los parámetros de temperatura, humedad, velocidad del viento y radiación visible e infrarroja.

Para calcular el índice WBGT se mide la temperatura del trabajador durante una hora y en el peor escenario posible, esto es, en las condiciones más desfavorables en cuanto a temperatura, humedad y consumo metabólico.

En línea con lo anterior y por lo general, las mediciones se realizan durante los meses de verano y en las horas más cálidas de la jornada.

Si en estas circunstancias no se llega a alcanzar el riesgo de estrés térmico, se da por supuesto que en el global de la jornada laboral tampoco se producirá.

Síntomas del estrés térmico laboral

Existen una serie de señales que ponen de manifiesto los síntomas más comunes de que una persona está sometida o sufriendo estrés térmico laboral.

  • Dolor de cabeza.
  • Fatiga.
  • Debilidad.
  • Palpitaciones.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Calambres musculares.
  • Sudoración excesiva.
  • Confusión y/o desorientación.
  • Mareos.
  • Irritabilidad.
  • Respiración agitada y superficial.
  • Temperatura corporal elevada.
  • Piel caliente y seca.

Si una persona presenta algunas de estas señales y trabaja en un entorno y en unas condiciones en las que el riesgo por estrés térmico es alto, es importante, por no decir vital, tomar medidas con la mayor celeridad posible a fin de evitar consecuencias que incluso pueden ser fatales.

Factores de riesgo del estrés térmico laboral

Los factores de riesgo implícitos al estrés térmico laboral dependen en algunos casos del tipo de actividad realizada o del sector donde se practica.

En cualquier caso, existen una serie de factores más o menos comunes que te detallamos a continuación:

  • Exposición prolongada a temperaturas elevadas.
  • Actividad física intensa.
  • Uso de equipos de protección laboral que propician una mayor sudoración y dificultan la evaporación del sudor.
  • Mal diseño y gestión de los ciclos de trabajo-descanso.
  • Mala o inadecuada condición física del trabajador.
  • Consumo excesivo de alcohol, cafeínas u otras sustancias nocivas.
  • Tratamiento con medicamentos como antihistamínicos, antidepresivos o diuréticos.

Cómo prevenir el estrés térmico laboral

Las posibles medidas para aliviar o incluso neutralizar el riesgo por estrés térmico laboral son muchas, variadas y, en muchos casos, sencillas de poner en práctica.

  • Asegurar una ventilación adecuada o incluso instalar sistemas de aire acondicionado.
  • Habilitar zonas de sombra para realizar descansos.
  • Facilitar a los trabajadores ropa ligera, transpirable y de colores claros que cumpla con las homologaciones correspondientes en el resto de materias de seguridad.
  • Adquirir y fomentar el uso de equipamientos de protección individual diseñados especialmente para combatir el estrés térmico.
  • Adaptar en la medida de lo posible las jornadas de trabajo a las horas de menor calor.
  • Asegurar la hidratación constante y el acceso directo y continuo a agua potable.
  • Fomentar la programación de pausas regulares que incluyan ciclos de trabajo-descanso.
  • Diseñar calendarios de trabajo que incluyan rotaciones de tarea para limitar el tiempo y la intensidad de exposición a situaciones de riesgo.
  • Capacitar a los trabajadores para que sepan lo que es, cómo prevenirlo y cómo tratarlo.
  • Controlar por parte de las empresas las condiciones meteorológicas extremas y plantear medidas extraordinarias cuando así sea aconsejable y a modo preventivo.

Estrés térmico en el trabajo por frío

Al igual que en el caso de su homólogo por calor, el estrés laboral por frío corresponde a una carga térmica negativa que resulta de la combinación de factores climáticos y físicos.

El riesgo de sufrir esta situación de disconfort térmico por frío se ve agravado o propiciado ante ciertos hechos y situaciones.

  • Trabajos sedentarios. La falta de movimiento agrava la sensación de frío y la pérdida de temperatura corporal.
  • Trabajos dentro de un inmueble o local. Cobran especial relevancia las actividades en espacios sin sistemas de calefacción o mal aclimatados, los de preparación de alimentos en sectores relacionados o los de mantenimiento de sistemas de frío, entre otros.
  • Trabajos en el exterior. En los que los trabajadores se ven expuestos durante su jornada laboral a condiciones adversas.
  • Trabajos en altitud. La exposición del trabajador es superior debido a la propia naturaleza del trabajo.
  • Trabajos en contacto con agua fría. Incluso con equipos especialmente diseñados para esta coyuntura.

En lo que respecta a los factores que influyen en la exposición del trabajador al frío, los principales son:

  • Edad.
  • Género.
  • Morfología/antropometría.
  • Problemas circulatorios.
  • Fatiga y cansancio.
  • Hidratación y nutrición deficientes.
  • Consumo de alcohol, cafeína y otras sustancias nocivas.
  • Uso de ropa de trabajo inadecuada.
  • Falta de aclimatación.

Como puedes comprobar, algunos de ellos son comunes con los asociados al estrés térmico laboral por calor.

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