El funcionamiento del termo eléctrico es sencillo y consiste en calentar el agua fría de su depósito mediante una o varias resistencias eléctricas.
Instalación monofásica o trifásica: ¿cuál tienes y cuál deberías tener?
Conocer si tu instalación es monofásica o trifásica, más allá de una curiosidad técnica, es un dato clave a la hora de determinar la potencia eléctrica más adecuada para tu vivienda o local y para empezar a ahorrar en tu factura.
Así, en este artículo vamos a abordar cómo puedes saber si tu instalación es monofásica o trifásica, en qué se diferencian y cómo conocer este dato te puede ayudar a economizar luz.
Además, en nuestra sección de trámites de luz te mostramos que cambiar la tarifa de luz puede ser una opción para ajustar tu gasto en electricidad pero no es la única manera.
Tanto o más importante que lo anterior, es calcular la potencia contratada que realmente necesitas para cubrir tus necesidades energéticas sin quedarte corto.
Diferencia entre instalación monofásica y trifásica
Existen dos tipos de instalaciones eléctricas: las monofásicas y las trifásicas, cada una orientada a diferentes usos y necesidades de energía.
Antes de abordar sus aplicaciones recomendadas, lo primero que vamos a hacer es repasar las diferencias técnicas entre estos dos modos de energía eléctrica.
Energía e instalación monofásica
La energía monofásica es aquella que tiene una sola fase de corriente alterna, es decir, que consta de una fase y un neutro (dos cables más la toma de tierra) y admite un voltaje de entre 220-230 V (voltios).
La monofásica es el tipo de energía que se utiliza de manera estándar en la mayoría de las instalaciones eléctricas de hogares, pequeños comercios y oficinas, siempre que la potencia contratada no supere los 13,86 kW (kilovatios) para 220 V y los 14,49 kW para 230 V.
Energía e instalación trifásica
Por su parte, la energía trifásica cuenta con tres fases, es decir, un neutro y tres fases más la toma de tierra.
La trifásica permite voltajes mayores, de entre 380-400 V (alta tensión) y es la energía que se recomienda para grandes comercios, naves industriales y fábricas que tienen que alimentar motores eléctricos (por ejemplo, bombas, montacargas, grúas, elevadores, etc.), siempre que la potencia contratada sea superior a 13,86 kW.
¿Cómo saber si tu instalación es monofásica o trifásica?
Existen dos maneras rápidas de saber si tu instalación de luz es monofásica o trifásica:
Observando los principales interruptores (magnetotérmicos) del cuadro eléctrico de tu casa
Observando tu factura de la luz: el peaje o tarifa de acceso y la tensión del suministro.
Revisa si los interruptores son monofásicos o trifásicos
Si accedes a la caja del cuadro eléctrico, que suele estar ubicada en una pared cercana a la puerta, deberás fijarte en el número de palancas de cada uno de los interruptores:
Si los interruptores son dobles, es decir, si van de dos en dos, significa que tu instalación es monofásica.
Si los interruptores son triples o más, significa que es trifásica y que por tanto llegan tres o más cables por interruptor.
Revisa tu factura de la luz
Las tarifas de luz trifásicas por lo general corresponden a la tarifa de acceso 3.0 TD, específicamente dirigida a pequeñas y medianas empresas.
Por tanto, si en tu recibo de la luz aparece mencionado el peaje de acceso 3.0 TD, tu instalación eléctrica será trifásica.
En algunas facturas, según las compañías, también puede aparecer el dato correspondiente a la tensión de la potencia contratada del suministro:
Si la tensión de tu suministro de luz se sitúa entre los 380-400 V, se trata de una instalación trifásica.
Por contra, si se encuentra entre los 220-230 V es una instalación monofásica.
¿Cuándo te conviene cambiar de instalación?
Ahora que ya sabes si tu instalación es monofásica o trifásica y conoces sus diferencias, es el momento de pensar si te merece la pena cambiar entre una y otra.
Desde todoluzygas.es nuestra recomendación es que primeramente calcules la potencia a contratar a partir del consumo de los aparatos eléctricos de tu vivienda.
Una vez hayas realizado esta estimación, tendrás una idea más aproximada de tus necesidades de energía y, por tanto, del tipo de instalación de luz que más te conviene.
Es importante que tengas en cuenta también que el cambio de instalación conlleva unos costes, como toda reforma, a los que habría que sumar el de emitir un nuevo Boletín Eléctrico (CIE) que podría rondar los 50-200 euros de promedio, dependiendo de las tarifas del técnico o electricista autorizado y de la Comunidad Autónoma.
Revisamos ahora los criterios para escoger entre ambas instalaciones.
Cambiar de instalación trifásica a monofásica
Si no vas a necesitar una potencia contratada mayor de 13,86 kW, tu instalación recomendada es la monofásica, lo que además te hará pagar menos en tu factura.
Los aparatos monofásicos (la mayor parte de los domésticos) son más económicos, por tanto se amortizan antes, y consumen menos luz que los trifásicos.
Las instalaciones eléctricas monofásicas son también más sencillas y baratas –otro punto importante a tener en cuenta–, además de ser más fácil controlar su uso, ya que al haber solo una fase la potencia se distribuye igual para todos los aparatos.
Si tu vivienda es muy antigua podrías tener una instalación trifásica, en este caso, te recomendamos que cambies a un sistema monofásico, puesto que así ahorrarás bastante dinero cada mes.
Eso sí, siempre y cuando la potencia que contrates sea inferior a 13,86 kW y no vayas a enchufar a la luz electrodomésticos o aparatos eléctricos que requieran de gran potencia.
Cambiar de instalación monofásica a trifásica
Por contra, si necesitas una potencia mayor de 13,86 kW, la mejor elección es un sistema trifásico.
Recuerda que en este caso tampoco podrás utilizar aparatos monofásicos, ya que ambos sistemas no son compatibles.
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