
Los vampiros eléctricos existen y consumen electricidad aún cuando no están funcionando. Hay soluciones como los enchufes inteligentes o la domótica.
El 28 de abril de 2025 se produjo un apagón eléctrico sin precedentes en España que afectó también a Portugal y al sur de Francia, un cero energético por el que millones de personas vieron interrumpidas sus actividades, servicios, medios de transporte, etc.
Las imágenes satelitales del apagón trasladan la magnitud del suceso, así como la recuperación progresiva del suministro durante la noche y la mañana del día siguiente.
El siguiente contenido tiene por objetivo ofrecer una visión global de lo sucedido y abordar las posibles causas del apagón que se barajan hasta la fecha en función de lo publicado por fuentes oficiales.
A las 12:33 horas, el sistema eléctrico de la Península Ibérica colapsó. España y Portugal quedaron desconectados de la red europea y sufrieron un total blackout o apagón total, lo que se conoce como cero energético. Una pequeña parte del sur de Francia, próxima a la frontera con España, también se vio afectada, pero durante una duración muy limitada.
Media hora antes del incidente, se produjeron dos periodos de oscilaciones: una entre las 12:03 y las 12:07 CET, y otra entre las 12:19 y las 12:21 CET, aunque los Gestores de Red de Transporte (GRT) de España y Francia tomaron medidas para mitigarlas.
De acuerdo con la información publicada por la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E, siglas correspondientes a la denominación inglesa European Network of Transmission System Operators for Electricity), la cronología del apagón fue la siguiente:
A partir de las 12:32:57: durante 20 segundos al parecer se registraron cortes de suministro de electricidad en el sur del país de aproximadamente 2.200 megavatios (MW). Según ha explicado Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en su intervención en el Congreso, los fallos se produjeron en Badajoz, Granada y Sevilla. Estos eventos provocaron un descenso de la frecuencia del sistema eléctrico español y un aumento de la tensión entre España y Portugal.
Entre las 12:33:18 y las 12:33:21: dado que la frecuencia continuó bajando, España y Portugal activaron los planes de defensa contra el deslastre automático de carga. Finalmente, las líneas aéreas de corriente alterna entre ambos países fueron desconectadas.
12:33:24: el sistema eléctrico de España colapsó.
Desde el momento del corte de suministro los GRT afectados comenzaron a trabajar juntos para restablecerlo lo antes posible.
De acuerdo con los datos publicados por Red Eléctrica Española (REE), a las 4:00 h de la madrugada del 29 de abril el 100 % de las subestaciones ya estaban energizadas y a las 7:00 h el 99,95 % de la demanda se había recuperado.
REE ha entregado a la Comisión para el análisis de la crisis de electricidad que provocó el cero energético toda la información sobre la operación del sistema necesaria para el análisis del evento.
Se ha creado un grupo de expertos para realizar una investigación sobre el incidente conformado por la ENTSO-E y sus Operadores de Sistemas de Transmisión (OST) miembros, la Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), las Autoridades Reguladoras Nacionales (ARN) y los Centros de Coordinación Regional (CCR).
Este estudio seguirá un procedimiento, la Metodología de escala de clasificación de incidentes, en virtud de los Reglamentos CE 714/2009 y 2017/1485.
En España, el apagón duró aproximadamente unas 16 horas si consideramos que comenzó a las 12:33 h y acabó a las 4:00 h de la madrugada del día D. No obstante, algunas localidades recuperaron la luz a lo largo de la mañana del día 29 de abril.
Al parecer, y con la información oficial publicada hasta el momento, el cero energético se produjo como consecuencia de una concatenación de acontecimientos.
Esta afirmación se justifica porque la red de transporte europea sigue el criterio de seguridad N-1 gracias al cual si un elemento de la red falla, el sistema puede seguir funcionando.
A continuación compartimos contigo las causas que se barajan actualmente, aunque debemos esperar a las conclusiones de las investigaciones en curso para poder determinarlas con rotundidad.
Desde REE indican que una fuerte oscilación antes del apagón ocasionó una pérdida de equilibrio entre energía producida y consumida. El sistema no pudo contrarrestar la variación de frecuencia originada.
En tan solo 5 segundos se perdió más de la mitad de la capacidad de generación eléctrica de la Península, supuestamente por dos desconexiones simultáneas de generación eléctrica en el suroeste peninsular, lo que provocó un desequilibrio en el sistema entre generación y demanda.
Este evento, que supuso la caída de 15 gigavatios (GW) de generación, activó mecanismos automáticos de protección que desconectaron a España y Portugal de la red europea con la finalidad de evitar un colapso mayor.
El apagón se produjo en un momento en que el mayor porcentaje de electricidad generada provenía de la energía solar (más del 55 %) –de un total de casi el 80 % del mix de las energías renovables–, y un pequeño porcentaje de la nuclear, la de ciclos combinados (gas) y la cogeneración.
Es importante señalar que la energía fotovoltaica no aporta inercia al sistema, y esto disminuye la capacidad de reaccionar ante variaciones rápidas como las que se dieron.
La red eléctrica española cuenta con un elevado grado de mallado en alta tensión y con una buena capacidad de generación síncrona de centrales hidráulicas y térmicas.
No obstante, según apuntan los expertos, su punto débil siempre ha sido la limitada interconexión internacional que le confieren la denominación de “isla energética relativa”, algo que complica que pueda recibir apoyo internacional en momentos críticos.
Sin embargo, se espera incrementarla del 3 % actual de su capacidad instalada al 15 % en 2030, según el Marco de Políticas de Energía y Cambio Climático de la UE.
Esta necesidad de ampliar la capacidad de intercambio energético internacional queda recogida en la hoja de ruta establecida en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030).
Otro factor que se suma a los posibles elementos en cadena que pudieron ocasionar el blackout en España es que el incidente ocurrió en un momento en que la demanda eléctrica era baja. Se trata de una circunstancia que agrava el impacto de cualquier oscilación.
Sumado a este hecho, también en ese momento la generación síncrona, como la hidráulica y la térmica se redujo, disminuyendo la inercia y, por lo tanto, la capacidad de reacción de la red.
Aunque algunas de las primeras noticias sobre el apagón de España apuntaban a la posibilidad de haber sufrido un ciberataque, REE descartó prácticamente desde el principio dicha causa, así como otras ligadas a un fenómeno meteorológico o un error humano.
Aun así, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) podría estar realizando diferentes análisis en pequeñas y medianas instalaciones de energías renovables para prevenir incidentes futuros.
En un principio se barajaron otros factores desencadenantes como un posible fallo en la red francesa que apuntaría a una desconexión en una línea de alta tensión en Francia lo que habría desestabilizado el sistema peninsular, pero no existe a fecha de redacción de este artículo ninguna confirmación oficial al respecto.
La pérdida total de energía eléctrica durante horas ha paralizado el funcionamiento de infraestructuras, comunicaciones, transportes y todo tipo de servicios, si bien es cierto que centros como los hospitales han podido continuar llevando a cabo los servicios más urgentes gracias a sus grupos electrógenos de respaldo.
A todo ello se sumaron problemas generalizados en telecomunicaciones, siendo prácticamente imposible realizar llamadas telefónicas, y acceder a servicios de mensajería o internet.
Como consecuencia de este evento excepcional y extraordinario los gobiernos regionales de estas 8 Comunidades Autónomas han solicitado la declaración de emergencia de interés nacional:
El Ministerio de derechos sociales, consumo y agenda 2030 ha publicado una Guía para el ejercicio de derechos de consumo tras el apagón eléctrico del 28 de abril de 2025.
El apagón eléctrico que afectó a la Península no alcanzó a Canarias ni las Islas Baleares porque tienen una conectividad reducida con el sistema eléctrico del territorio peninsular.
En el caso de Ceuta y Melilla, al tratarse de sistemas eléctricos de menor tamaño pueden operar de manera independiente.
Llegados a este punto, la pregunta que planea es la de si un corte de suministro similar puede volver a producirse.
Aquí de nuevo, si nos remitimos a la opinión de los expertos, a pesar de que la probabilidad de que se reproduzca un evento de esta magnitud es baja, es necesario plantear medidas de prevención prioritarias entre las que se encuentran:
La modernización de la red de transporte que incluya la incorporación de sistemas automáticos de detección y respuesta ante oscilaciones, un proceso de mejora en el que ya se está enfocada REE.
Desarrollo de nuevos sistemas de control en tiempo real ante desviaciones de frecuencia o tensión.
Limitación puntual de la producción de energía renovable en periodos de baja demanda de manera a asegurar una proporción de generación síncrona que aporte estabilidad.
Mejoras de las interconexiones internacionales. Actualmente, se trabaja en el incremento de la interconexión con Francia y en el proyecto Gatika-Cubnezais, un sistema de interconexión por el Golfo de Vizcaya que tiene previsto duplicar la capacidad de intercambio con Europa en 2027 contemplado también en el PNIEC.
Incorporación de nuevos protocolos de respuesta rápida. Actualmente, el Centro de Control Eléctrico de Tres Cantos cuenta con simuladores avanzados para entrenar a los operadores en situaciones de cero energético. Se está trabajando en protocolos de sectorización que aíslen partes de la red en caso de fallos para evitar apagones en cascada.
Despliegue de microrredes locales y almacenamiento para reforzar zonas vulnerables.
Además de las medidas que se están implementando para reforzar el sistema y la transición energética, la cada vez más importante dependencia de fuentes renovables requiere una planificación cuidadosa para evitar futuros incidentes.
El apagón ha evidenciado la necesidad de que gobiernos, operadores energéticos y organismos internacionales sigan desarrollando su colaboración para garantizar la seguridad y estabilidad del suministro eléctrico en el futuro, y ha reforzado la idea de que las energías renovables son clave para construir una red eléctrica más flexible, resiliente y sostenible.
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