
El mantenimiento de las calderas de gas sirve para completar las inspecciones y revisiones obligatorias. Permite obtener el máximo rendimiento y evitar fallos.
Las chimeneas de gas son sistemas de calefacción que llenan tus espacios de calidez gracias a la belleza y el calor del fuego, pero puede ser complicado elegir la que necesitas entre todo el maremagnum de diseños, características y posibilidades que hay en el mercado.
Estas chimeneas son muy versátiles y las puedes combinar con otros sistemas de calefacción. Como fuente de energía utilizan gas natural, butano o propano y no necesitan salida de humo en el techo, lo que te permite disfrutar de ellas en un piso.
Te vamos a explicar más en profundidad estas y otras características que te servirán a la hora de discriminar entre todas las opciones.
Las chimeneas de gas te ofrecen tal variedad de diseños y opciones que pueden resultar apabullantes, por lo que te proponemos la siguiente clasificación en base a características como el diseño, la potencia, el tipo de gas, etc.
Las chimeneas de gas tienen versiones interiores y exteriores, de todos los tamaños y diseños que se adaptan fácilmente a cualquiera de tus estancias.
Puedes elegir entre frontales, rinconeras, empotrables e incluso suspendidas y portátiles.
Las chimeneas de gas te permiten, dependiendo de sus diseños, ver el fuego desde diferentes perspectivas:
Las posibilidades son numerosas si tienes en cuenta que también puedes elegir entre chimeneas horizontales y verticales.
Puedes elegir también el tipo de quemadores –en disposición recta, zigzag…–, así como la decoración interior, por ejemplo añadir leños cerámicos con vermiculita y filamentos metálicos, piedras blancas, volcánicas o cristales, luces LED, etc. Algunos modelos incluso permiten personalizar el revestimiento.
Por regla general, el rendimiento de las chimeneas de gas se sitúa entre 3 y 14 kW.
Para orientarte, calcula que una chimenea de unos 6 kW (kilovatios) puede calentar una superficie de 50 m2, aunque todo depende del aislamiento térmico de tu vivienda, de la localización, del revestimiento del suelo, etcétera, como ocurre con todo tipo de instalaciones de calefacción.
En todo caso, siempre es recomendable que consultes con un experto que te aconseje qué potencia necesitas.
Las chimeneas de gas son muy versátiles también en cuanto a su fuente de alimentación, ya que pueden funcionar con gas natural, con bombonas de butano o con gas propano –tanto en bombonas o conectadas a un depósito–.
El inconveniente de las bombonas de butano es que son pequeñas –de 12 kg frente a los 35 kg de las de propano–, por lo que se recomiendan para pequeños espacios.
Si nos centramos en la combustión, tienes dos tipos:
El funcionamiento de una chimenea de gas es similar al de una cocina de gas, debe estar conectada al suministroy cuenta con quemadores que se activan gracias a la chispa que provoca una bujía.
Además, necesitas que tengan acceso a una toma eléctrica para que su sistema de encendido y apagado pueda funcionar. Una gran ventaja es que son programables.
No es necesario que la salida de humos se sitúe en el techo, pero sí que sea del tipo coaxial, como la que se precisa en las calderas de condensación. Su instalación debe realizarse en horizontal por la fachada del edificio o de la vivienda unifamiliar.
Esto ofrece una ventaja con respecto a las chimeneas de leña o de pellets que sí necesitan una salida vertical por el techo o tejado –a no ser que el inmueble cuente con un shunt de ventilación, un hueco para renovar el aire de los edificios.
Si estás dudando entre una chimenea de gas o una de leña, debes reflexionar sobre 2 cuestiones principales:
En contrapartida, las ventajas de las chimeneas de gas son múltiples:
En lo que respecta a los inconvenientes, enumeramos estos 3:
El mantenimiento de las calderas de gas sirve para completar las inspecciones y revisiones obligatorias. Permite obtener el máximo rendimiento y evitar fallos.
Las calderas en viviendas que se fomentan según la normativa para viviendas son las de condensación y bajo NOx por razones de seguridad y eficiencia.
Una caldera de condensación es eficiente y segura. Necesita menos combustible para funcionar y emite menos gases contaminantes que una convencional.