¿Qué es la estanqueidad de una casa?
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La estanqueidad es una cualidad de las superficies estrechamente relacionada con la eficiencia energética. Por ello las pruebas de estanqueidad son necesarias para evitar pérdidas y accidentes.
¿Qué es la estanqueidad?
La estanqueidad es una cualidad de las superficies basada en la capacidad para evitar, por un lado, que penetren partículas externas en el interior de una pieza, de un habitáculo o de un circuito y, por el otro, que se produzcan fugas del interior al exterior de los mismos.
El control de la estanqueidad es necesario, ya que actúa a diferentes niveles:
Asegura la eficiencia de los sistemas, circuitos o aparatos.
Disminuye las averías.
Evita accidentes por fugas.
Para entender de manera precisa qué significa la estanqueidad debemos conocer cuál puede ser el origen de los problemas de estanqueidad más comunes.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de estanqueidad?
Las causas de los problemas de estanqueidad son múltiples dependiendo del lugar en el que se produzca puesto que puede ocurrir en sistemas de calefacción, en el aislamiento de inmuebles, en vehículos, etc.
Te enumeramos 4 de las más habituales según los expertos:
Desgastes de juntas, empaques y otros materiales de sellado.
Uniones defectuosas.
Manipulación inadecuada de válvulas y drenajes.
Fallos de soldadura.
En cualquier caso, puedes evitar estos problemas realizando los mantenimientos necesarios en tus equipamientos y circuitos, dado que la prueba de estanqueidad es ineludible.
¿Qué es una prueba de estanqueidad de gas?
La prueba de estanqueidad de gas viene regulada por la norma UNE 60670-8 en la que se habla de las pruebas necesarias para la entrega de la instalación receptora de gas y debe ser realizada por operarios cualificados.
De acuerdo con la guía técnica de instalaciones de calefacción individual del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía –IDAE– la prueba de estanqueidad consta de 3 fases:
Prueba preliminar de estanqueidad.
Prueba de resistencia mecánica.
Prueba final de estanqueidad.
Antes de comenzar esta prueba es necesario preparar y limpiar las tuberías internamente con la intención de eliminar cualquier residuo que pudiera haber. Para ello, se llenan y vacían las tuberías las veces que sea necesario.
Una vez están perfectamente limpias, los profesionales pueden comenzar la prueba con seguridad, tal y como te explicamos en los siguientes apartados.
Prueba preliminar de estanqueidad
El objetivo principal de esta prueba que se realiza a baja presión es el de detectar fallos importantes en el flujo del circuito para evitar daños que puedan originarse en la siguiente fase.
Esta prueba inicial puede ser:
Hidráulica. Se utiliza el propio fluido o agua en la mayoría de los casos.
Neumática. Se lleva a cabo con aire o gas inerte.
Una vez se supera con éxito este paso, se pasa a la siguiente prueba.
Prueba de resistencia mecánica
En este momento se aplica la presión de prueba aplicable en cada caso y también puede ser hidráulica o mecánica, según el fluido empleado a lo largo de la prueba.
Prueba final de estanqueidad
Por su peligrosidad, esta última fase no puede abordarse si no se realizan las dos anteriores con éxito. Por ello se realiza una primera prueba a baja presión y una segunda a presión reducida.
Este proceso permite que los operarios efectúen el control visual y auditivo de la red con el mínimo riesgo.
En las instalaciones individuales de calefacción y Agua Corriente Sanitaria –ACS–, estas pruebas se realizan con agua a una presión de 6 bares, antes de colocar las calderas que habitualmente cuentan con válvulas de seguridad a 3 bares.
Finalmente, se procederá a reparar las fugas que hayan sido localizadas repitiendo el proceso las veces que sean necesarias.
Relación entre estanqueidad y eficiencia energética
La estanqueidad está íntimamente relacionada con la eficiencia energética. Piensa que un circuito de calefacción con fugas de gas o de agua, además de peligroso, te obligará a incrementar el consumo de tu caldera de gas para equilibrar la pérdida.
Esta variable es esencial también en los edificios. Descubre cómo impacta en la eficiencia energética a través de dos ejemplos:
Estanqueidad al aire.
Estanqueidad al agua.
Veamos en qué consisten.
Estanqueidad al aire
Las posibles infiltraciones de aire en un edificio condicionan la demanda energética tanto de calefacción como de refrigeración de manera considerable.
Esta es la razón por la que la estanqueidad del aire es una variable que se valora en el diseño pasivo de los edificios para conseguir una envolvente estanca que tiene grandes y positivas repercusiones en el aislamiento térmico.
Estanqueidad al agua
La estanqueidad de agua está relacionada con las condensaciones del edificio que afectan directamente en su temperatura y humedad interiores acelerando el deterioro y provocando un mayor consumo de calefacción por la alteración de la sensación térmica.
En ese sentido la estanqueidad al agua resulta una variable necesaria para asegurar una barrera de aislamiento térmico y de impermeabilización que se consigue a través de capas separadoras para evitar el contacto entre materiales químicamente incompatibles.