Qué es la huella hídrica y por qué es importante calcular el impacto de tu consumo de agua

La huella hídrica mide la cantidad total de agua dulce que se consume en la producción de bienes y servicios, y es un indicador clave para la sostenibilidad de las personas, empresas, sectores de producción y los gobiernos.

Calcularla ayuda a entender mejor el impacto real de nuestro consumo en los recursos hídricos, identificar áreas de mejora y promover un uso más consciente y eficiente del agua.

¿No sabes lo que es? No te preocupes, en este artículo te vamos a explicar de manera clara y con ejemplos, qué es la huella hídrica y por qué es importante calcularla.

¿Qué es la huella hídrica?

Huella hídrica

La huella hídrica es un indicador del volumen de agua dulce total que se consume y contamina para producir un bien o un servicio, desde un enfoque de análisis de todo el ciclo de vida. Por ello, para medirla, se debe tener en cuenta todo el ciclo de producción y la cadena de suministro, incluyendo también el uso indirecto del agua.

Para contabilizar la huella hídrica se analizan los siguientes factores: cada etapa del proceso productivo, el producto específico, el consumidor o usuario final, la empresa, el área geográfica y el país.

En las empresas, la huella hídrica incluye también una huella operacional, que es directa, y la de la cadena de suministro, que es indirecta.

¿Cuáles son los 3 tipos de huella hídrica?

Existen 3 tipos de huella hídrica que es preciso que conozcas:

  • Huella hídrica azul. La propia del agua superficial y la subterránea consumida.
  • Huella hídrica verde. Se trata del agua de lluvia evaporada o la que consumen las plantas, resto de ecosistemas y áreas improductivas.
  • Huella hídrica gris. Hace referencia a la cantidad de agua que se necesita para asimilar la contaminación generada, como es el nivel de nitratos de los fertilizantes.

Diferencia entre huella hídrica, huella de agua y huella ecológica

Es importante detenernos en la diferencia entre la huella hídrica, el volumen total de agua consumido y contaminado, y la huella de agua, que mide los impactos potenciales relacionados con el agua.

En definitiva, la huella de agua se centra en evaluar la repercusión ambiental del uso y contaminación del agua, como la ecotoxicidad o el agotamiento de los recursos hídricos.

Así las cosas, la huella hídrica se utiliza para establecer la huella de agua. Esto incluye el análisis de impacto ambiental mediante modelos específicos conforme a la norma ISO 14046 centrada en los principios, requisitos y directrices de gestión ambiental y huella de agua.

Por su parte, la huella ecológica es un indicador ambiental más amplio que se centra específicamente en medir la superficie necesaria para producir recursos y absorber los residuos generados por una población o actividad.

¿Por qué es importante para el medioambiente calcular la huella hídrica?

A tenor de la definición de huella hídrica y lo que acabamos de comentar, puedes deducir que se trata de un concepto estrechamente relacionado con la sostenibilidad. En ese sentido, la huella hídrica analiza la sostenibilidad en función de:

  • Si la huella incrementa o se encuentra en la raíz de problemas locales de escasez o contaminación en zonas concretas, o también, en períodos del año que pueden ser críticos.
  • Si se detecta que la huella puede ser reducida o incluso evitada, pero siempre que el coste social sea razonable.

Aquí, los índices de impacto de huella hídrica son de gran relevancia en el análisis de la repercusión local de un producto o servicio, puesto que ayudan a realizar una ponderación entre la escasez de agua o el nivel de contaminación.

¿Para qué sirve la huella hídrica? Ejemplos prácticos

Estos 3 ejemplos de huella hídrica te van a ayudar a entender su importancia en cuanto a la sostenibilidad:

  1. Identificación de las áreas de mejora en las empresas. La huella hídrica permite a las empresas conocer cuánta agua consumen directa o indirectamente en sus procesos, para poder corregir desperdicios o reducir su consumo, y por ende, sus costes operativos. Por ello, es importante que forme parte de los criterios ESG (ambientales, sostenibles y de gobernanza de las empresas).
  2. Cumplimiento con las regulaciones medioambientales sobre el agua. Lo que ayuda a las empresas a evitar sanciones y mejorar su imagen corporativa, atrayendo nuevos clientes y socios preocupados por el medioambiente
  3. Planificación urbana y mejora de la gestión hídrica de las ciudades. Ayuda a identificar y dar prioridad a proyectos relacionados con el transporte, saneamiento, energía y gestión de residuos para la mejora del uso del agua para mitigar el cambio climático y reducir las emisiones contaminantes.

¿Existen calculadoras de huella hídrica?

Sí, en España, por ejemplo, existen calculadoras oficiales y herramientas para calcular la huella hídrica como la que ofrece el Ministerio de Derechos sociales, Consumo y Agenda 2030 para la huella de la persona consumidora. Este recurso permite evaluar los impactos ambientales (incluida el agua) con base en metodologías europeas y del Joint Research Center de la UE. 

En este mismo orden de cosas, existen plataformas como EsAgua, impulsada por Cetaqua y respaldada por la Universidad Politécnica de Madrid y la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor), que proporciona una herramienta para evaluar la huella hídrica de países, cuencas hidrográficas y productos, mediante la metodología internacional del Water Footprint Network.

¿Cómo puede reducirse la huella hídrica?

La huella hídrica, como la huella de carbono, puede reducirse. Para ello, consumidores, empresas, agricultores y gobiernos deben trabajar de manera conjunta.

Cada tipo de consumidor o gestor puede actuar de diferentes formas, como puedes comprobar con los siguientes ejemplos:

  • Consumidores. Pueden utilizar dispositivos de ahorro y modificar sus patrones de consumo.
  • Empresas. Pueden centrarse en reducir la huella operacional potenciando el reciclaje, reduciendo el consumo y gestionando la cadena de suministro de manera más eficiente.
  • Agricultores. Pueden aplicar técnicas de riego más eficientes, reducir el uso de productos químicos o realizar cambios en los cultivos.
  • Gobiernos. Pueden integrar la huella hídrica en políticas ambientales, agrícolas, energéticas y comerciales, y promover la cooperación internacional para potenciar las estrategias.

Ahora ya sabes que la huella hídrica resulta esencial para cuantificar y gestionar el uso del agua a diferentes escalas, y que permite evaluar la sostenibilidad ambiental, social y económica del agua. En el proceso, asegurar un cálculo riguroso y coherente a través de metodologías avanzadas es muy necesario.

El Manual de Evaluación de la Huella Hídrica del Water Footprint Network es un documento que establece principios, procedimiento y criterios para cuantificar los 3 tipos de huellas, y que te puede servir para seguir profundizando sobre este tema.

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