Baterías de estado sólido: qué son y qué suponen para la movilidad eléctrica

Las baterías de estado sólido representan la última generación de baterías de almacenamiento de energía para la movilidad eléctrica.

Proporcionan una alternativa más segura y eficiente a las baterías tradicionales, aunque se trata de una tecnología que se encuentra actualmente en desarrollo para salvar desafíos como los altos costes de producción.

Te invitamos a seguir leyendo y descubrir qué son las baterías de estado sólido y qué ventajas ofrecen a la hora de cargar vehículos eléctricos.

¿Qué son las baterías de estado sólido?

Baterías de estado sólido

Las baterías de estado sólido son dispositivos de almacenamiento de energía que reemplazan el electrolito líquido tradicional por uno sólido. Con este diseño se busca eliminar los riesgos de fugas y potenciar la reducción del tamaño de las baterías, mientras se aumenta su densidad energética.

¿De qué están hechas las baterías de estado sólido?

Las baterías de estado sólido cuentan con 3 componentes clave:

  1. Ánodo. Puede ser de litio metálico, silicio o grafito.
  2. Cátodo. Suele utilizar óxidos metálicos, sulfuros o fosfatos.
  3. Electrolito sólido. Puede ser inorgánico cristalino (cerámico o sulfuro), polímeros (ofrecen menor conductividad, pero mayor flexibilidad), una combinación de ambos o de otros materiales inorgánicos como el vidrio iónico. Permite el transporte de iones de litio entre el ánodo y el cátodo, y ayuda a evitar la formación de dendritas.

Por todo ello, estas baterías suponen un gran avance hacia una movilidad eléctrica más segura y sostenible.

Ventajas y desventajas de las baterías de estado sólido en coches

Las baterías de estado sólido suponen un avance para la movilidad eléctrica, impulsando el desarrollo de vehículos más eficientes y respetuosos con el medioambiente, al proporcionar mayor seguridad, eficiencia y sostenibilidad. Sin embargo, plantean retos como la escalabilidad o los costes de producción, entre otros.

Para que puedas valorar por ti mismo sus implicaciones, te presentamos las ventajas y desventajas más relevantes a continuación.

Ventajas de las baterías de estado sólido

Este tipo de baterías ofrecen beneficios como:

  • Mayor seguridad. Al sustituir un electrolito sólido por uno líquido se evitan fugas y formación de compuestos tóxicos. Esto minimiza peligros de explosión e incendio, así como de emisión de gases nocivos.
  • Mayor densidad de energía. Al utilizar litio metálico en el ánodo se consigue un mayor almacenamiento energético que los ánodos tradicionales de grafito de las baterías convencionales.
  • Mayor vida útil. Como se reemplaza, como hemos visto, un electrolito líquido por uno sólido, se reduce la posibilidad de que se formen filamentos metálicos (dendritas) en el ánodo de litio. Si esto ocurre, puede dar lugar a cortocircuitos y degradar la batería prematuramente.
  • Menor tamaño. El diseño sólido facilita el diseño de modelos más compactos, como microbaterías, que son mucho más flexibles. Esto, a su vez, en los vehículos eléctricos proporciona tiempos de carga mucho más rápidos, pudiendo reducirlos de horas a minutos.
  • Mejor funcionamiento en rangos de temperatura amplios. Como son más ligeras y compactas, necesitan menos sistemas de enfriamiento, en comparación con las de litio tradicionales. El electrolito sólido es más estable térmicamente hablando. Aunque es preciso señalar que en temperaturas muy frías pueden presentar problemas de rendimiento.

Sumadas a todas estas ventajas, cabe destacar que las baterías de estado sólido son compatibles con materiales avanzados como materiales cerámicos, vitrocerámicos y otros compuestos innovadores y menos contaminantes. Esta cualidad permite potenciar la innovación en el sector, pero también trabajar en mejorar la durabilidad y estabilidad de las celdas.

Desventajas de las baterías de estado sólido

Frente a las ventajas que acabamos de ver y que pueden suponer un impulso en la mejora de uno de los desafíos más importantes de la movilidad eléctrica, a saber los tiempos de carga y la seguridad, es necesario abordar también algunas de las desventajas más importantes de las baterías de estado sólido:

  • Limitaciones en la eficiencia por una baja conductividad de algunos electrolitos como los no cristalinos o los polímeros.
  • Costes elevados de los materiales y los procesos de fabricación en comparación con las tecnologías tradicionales.
  • Desafíos a la hora de reciclar algunos de sus componentes y materiales, sobre todo en lo tocante a la estandarización de las técnicas de recuperación.
  • Retos en cuanto a la estabilidad. Algunos componentes pueden ser inestables frente a la humedad y el oxígeno de la atmósfera. Este hecho puede complicar la manipulación y almacenamiento de estos dispositivos.
  • Procesos industriales de fabricación inmaduros lo que puede complicar la producción en masa.
  • Necesidad de rediseñar vehículos y sistemas que puedan integrar este tipo de baterías.

La tecnología de las baterías sólidas sigue en fase de desarrollo y su lanzamiento ha sufrido retrasos debido a obstáculos técnicos y económicos, como los que acabamos de ver. Sin embargo, se sigue trabajando para poder desarrollar su adopción masiva en los próximos años.

Baterías de estado sólido vs. litio: ¿en qué se diferencian?

A través de la siguiente tabla vamos a presentarte las diferencias más importantes entre las baterías de estado sólido y las de litio, para que puedas acabar de fijar lo que hemos ido comentando a lo largo de este artículo:

Características

Baterías de estado sólido

Baterías de litio tradicional

Tipo de electrolito

Sólido, puede ser cerámico o polímero

Líquido o en gel

Seguridad

Mayor seguridad, menor riesgo de fugas, corrosión e incendio

Más inflamable y posibles fugas

Densidad energética

Mayor densidad con menor tamaño

Menor densidad y mayor tamaño

Durabilidad

Menor formación de dendritas que alarga la vida útil de las baterías

La formación de dendritas puede degradar la batería

Velocidad de carga

Tiempos de carga mucho más rápidos

Carga más lenta

Materiales

Utiliza más litio metálico en el ánodo, pero menos grafito, y pueden reducir el cobalto en el cátodo, según el diseño

Ocurre lo contrario, utiliza más grafito y cobalto y menos litio

Costes y producción

Costes más elevados y procesos de producción complejos y menos maduros

Procesos maduros que ofrecen precios más asequibles

Estado de la tecnología

En desarrollo

Tecnología madura

¿Qué batería es mejor para un coche eléctrico? ¿LFP o NCM?

Cuando hablamos de baterías de coches eléctricos, es común preguntarse cuál de las tecnologías actuales es mejor, la LFP (litio-ferrofosfato) o la NCM (níquel-manganeso-cobalto).

Si bien es cierto que las baterías de estado sólido representan el futuro por las muchas ventajas que ofrecen, actualmente, ante el dominio actual de las baterías líquidas, resulta necesario determinar cuál de ellas es mejor.

Entre ellas, las LFP y las NCM son las más utilizadas:

  • LFP: son más seguras, cuentan con mayor vida útil y ofrecen un menor coste y menor riesgo térmico. Son ideales para usos urbanos, o modelos económicos de uso intenso.
  • NCM: proporcionan mayor densidad energética y autonomía, ideales para vehículos de alto rendimiento. Su coste es más elevado y son más sensibles a los cambios de temperatura.
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