
Una central térmica es una instalación industrial utilizada para generar energía eléctrica a partir de combustibles como petróleo, gas natural o carbón.
Los combustibles sintéticos, también llamados combustibles de huella cero o e-fuels, han revolucionado la industria de los carburantes y se presentan como una alternativa prometedora y sostenible a los combustibles fósiles tradicionales.
Los combustibles sintéticos son un tipo de carburante obtenido a partir del hidrógeno y del dióxido de carbono (CO2) con capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Gracias a su compatibilidad con los sistemas de combustión actuales, ofrecen la posibilidad de lograr una transición hacia una energía más limpia y resiliente.
Los combustibles sintéticos pueden utilizarse en el transporte, especialmente en vehículos que recorren grandes distancias, como camiones, barcos o aviones.
Dado que cuentan con características similares a las de combustibles existentes, como el diésel o la gasolina, son compatibles con nuestros vehículos actuales.
De hecho, se plantea la pregunta de si los coches por hidrógeno junto al vehículo eléctrico serán suficientes para conseguir la descarbonización del transporte y la neutralidad climática en 2050, establecida en el Pacto Verde Europeo.
Los principales combustibles sintéticos son tres y los detallamos más en profundidad a continuación:
El diésel sintético o e-diésel es un combustible producido a partir de la biomasa (materiales de origen vegetal o animal) que, mediante procesos termoquímicos y biológicos, se combina con el hidrógeno para formar el combustible.
Sus propiedades son similares a las del diésel convencional, pero el e-diésel es una alternativa más sostenible que puede utilizarse en los motores existentes sin necesidad de realizar grandes modificaciones.
La gasolina sintética es un tipo de combustible producido a partir de la obtención de hidrógeno y carbono, la producción de metanol y un proceso de purificación o limpieza.
Su producción surge, sobre todo, a partir de las nuevas regulaciones sobre emisiones contaminantes, como las normas Euro V y Euro VI.
El queroseno sintético es un combustible sintético del hidrógeno verde producido mediante energías renovables y muy utilizado en el sector de la aviación.
Actualmente, se han iniciado proyectos que emplean avances tecnológicos para producir queroseno a partir de gas de síntesis, lo que representa un paso hacia la reducción de la huella de carbono.
Estas iniciativas buscan encontrar métodos más sostenibles y eficientes para fabricar queroseno.
Para la producción y distribución de los combustibles sintéticos, se pueden aprovechar las infraestructuras existentes, como refinerías y estaciones de servicio.
Estos combustibles se generan a partir de CO2 e hidrógeno renovable y el proceso promueve la eficiencia en el uso de recursos y la reutilización de residuos.
El resultado de este proceso es la obtención de combustibles sintéticos neutros en carbono, con emisiones cero, que contribuyen a la transición hacia una economía más sostenible.
La Unión Europea busca reducir el 100 % de las emisiones en 2035 y considera prohibir los coches nuevos con motores de combustión.
Sin embargo, los combustibles sintéticos han abierto una pequeña ventana de esperanza debido a las ventajas principales que ofrecen.
Sin duda, el futuro de los combustibles sintéticos será clave para reducir la huella de carbono en el transporte.
Una central térmica es una instalación industrial utilizada para generar energía eléctrica a partir de combustibles como petróleo, gas natural o carbón.
El calentador estanco es más seguro y eficiente que el atmosférico. Desde 2018 se instalan por normativa al ofrecer seguridad y eficiencia energética.
El Certificado de Gas es el documento que garantiza que las instalaciones de este suministro son totalmente seguras y cumplen con la normativa.