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La eficiencia del aire acondicionado es un factor a tener en cuenta a la hora de elegir un aparato tanto por el rendimiento como por el impacto en tu factura eléctrica. Actualmente es posible acceder a dispositivos de refrigeración con un bajo consumo y grandes prestaciones con los que potenciar esa eficiencia.
De hecho, puedes llegar a ahorrar hasta un 60% de energía con gestos tan sencillos como instalar toldos en las ventanas donde da el sol, evitar la entrada de aire frío o aislar adecuadamente los techos y los muros de tu vivienda, tal y como señala el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía –IDAE–.
De eso queremos hablarte, de impulsar tu inversión con 8 trucos para mejorar la eficiencia de tu aire acondicionado.
Un aire acondicionado de alta eficiencia se basa en la energía que necesita para funcionar en las mejores condiciones con el menor consumo de energía, esto se traduce en los kilovatios –kW– que consume el dispositivo para llegar al umbral óptimo de rendimiento.
A diferencia de la eficiencia de la calefacción que se mide por el SCOP –de sus siglas en inglés Seasonal Coefficient Of Performance–, es decir por el coeficiente de eficiencia estacional, el aire acondicionado responde al SEER –de sus siglas en inglés Seasonal Energy Efficiency Ratio– que es el factor de eficiencia energética estacional.
Este ratio SEER se define según el Reglamento Delegado –UE– nº 626/2011 de la Comisión, como el factor de eficiencia global de la unidad y es representativo de toda la temporada de refrigeración, es decir, de toda la demanda anual de refrigeración de referencia dividida por el consumo anual destinado a la refrigeración.
La relación entre eficiencia energética del aire acondicionado y el indicador SEER es directamente proporcional: a mayor SEER, menor resulta el consumo del aire acondicionado para realizar de manera óptima su labor por lo que la eficiencia energética es mayor.
Al interpretar esta información tenemos que si buscas un aire acondicionado de alta eficiencia debes seleccionar un SEER alto –no inferior a 10– y un aparato con tecnología inverter que garantiza que el equipo no consuma más energía de la necesaria.
Elegir un aire acondicionado eficiente y adaptado a tus necesidades es el primer paso para ahorrar en tu factura sin perder potencia energética.
Para ello es indispensable que te acerques lo que más puedas a la etiqueta A de eficiencia energética, distintivo que debe estar presente en todos los electrodomésticos y donde se indican las características de consumo, así como los programas ECO.
Además, toma nota de los siguientes consejos que te ayudarán a mejorar la eficiencia de tu aire acondicionado de manera sencilla.
En la tecnología tienes un gran aliado para la eficiencia. Si eliges un aire acondicionado inteligente –que cuente con la llamada tecnología smart– podrás programarlo para adaptarlo a tus hábitos incluso a través de una aplicación desde tu teléfono móvil.
Algunos modelos pueden integrarse con el sistema de domótica de tu vivienda, la precaución que debes tener en ese sentido es elegir aparatos con protocolos compatibles entre sí.
El lugar ideal de instalación del emisor del aire frío es muy importante. Procura que se encuentre en una localización que facilite la circulación del aire y sin obstáculos próximos. Fíjate que no reciba tampoco el sol de manera directa.
Si tienes instalado un sistema de aire por conductos –tanto si es aerotermia como si es únicamente refrigeración– verifica que nada obstruya la salida de aire frío en sus diferentes localizaciones de expulsión.
Ajusta el termostato de tu aire acondicionado a una temperatura realista y constante, las variaciones provocan que consumas más energía de la necesaria. Si atendemos a las recomendaciones de los expertos una temperatura entre 22 ºC y 26 ºC es la ideal.
Si llegas acalorado a tu vivienda no te empeñes en poner tu aire a 15 ºC hasta que alcance la temperatura idónea, lo mejor es programar tu aparato para disfrutar de una temperatura confort cuando llegues.
Programa tu aire acondicionado para que se apague mientras duermes. Durante la noche puedes reemplazarlo por un ventilador en el techo con menos consumo y menos efectos negativos en tu salud (especialmente afecciones de garganta).
Como en todos los equipamientos, el mantenimiento es crucial para sacar el mayor partido a tus dispositivos. Mantén tu aire acondicionado libre de polvo y telas de araña, verifica las rejillas, los filtros y los conductos si los tienes.
Si tu aire acondicionado se distribuye en tu hogar por conductos, una buena solución para mejorar la eficiencia es optar por la zonificación, de esta manera solo enfrías los espacios que estés utilizando ahorrando una cantidad considerable de energía.
Este consejo es también aplicable para la calefacción.
El aislamiento térmico de tu vivienda influye muchísimo en el consumo de energía por eso es algo que se tiene tan en cuenta en la arquitectura bioclimática.
Si no puedes realizar grandes inversiones por el momento, piensa en colocar toldos o persianas en las ventajas en las que incide el sol.
¿Sabes cuál es la mejor tarifa eléctrica? La que se adapta a ti, a tus necesidades. Sin una buena tarifa eléctrica todas tus inversiones en equipamientos eficientes caerán en saco roto.
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