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Saber cuánto consume el aire acondicionado según las condiciones específicas de la vivienda o el local que quieres enfriar debe ser el paso previo antes incluso de elegir el posible modelo y la marca a comprar.
Buscar aquellas marcas en las que el ratio de eficiencia del aparato de aire acondicionado influye disminuyendo el consumo eléctrico y, por tanto, el precio a pagar en el total de la factura, es algo que no todos los usuarios saben pero que deberían saber.
En este artículo te vamos a hablar de aquellos aspectos en los que has de fijarte para conseguir ahorrar gracias a un menor consumo al enfriar tu casa o local.
Para calcular el consumo energético de un aparato de aire acondicionado tienes que multiplicar la energía que gasta por el precio del kWh –kilovatio hora—. Así, cuanto mayor sea la eficiencia energética del equipo menor potencia necesitará para alcanzar la misma temperatura.
La energía que consume en una hora se obtiene dividiendo la potencia entre el coeficiente SEER –Seasonal Energy Efficiency Ratio– que es el coeficiente estándar europeo utilizado como factor de eficiencia energética estacional y que se calcula tomando como base la demanda anual de refrigeración de referencia dividida entre el consumo anual de electricidad para refrigeración.
Eficiencia energética |
SEER –Seasonal Energy Efficiency Ratio– |
---|---|
A+++ | SEER > 8,5 |
A++ | 6,1 < SEER < 8,5 |
A+ | 5,6 < SEER < 6,1 |
A | 5,1 < SEER < 5,6 |
B | 4,6 < SEER < 5,1 |
C | 4,1 < SEER < 4,6 |
D | 3,6 < SEER < 4,1 |
E | 3,1 < SEER < 3,6 |
Por ejemplo, que un equipo tenga un SEER de 8,5 significa que por 1 kW de energía eléctrica gastada devuelve 8,5 kW de energía fría.
A mayor SEER mayor ahorro, tal como se deduce de la tabla de eficiencias anterior.
Algunos usuarios piensan que elegir un aparato de aire acondicionado primando una potencia mínima es una buena estrategia para economizar, pero esto no siempre se cumple. La razón es sencilla si tienes en cuenta que la refrigeración de una estancia depende de aspectos tales como su tamaño, ubicación, orientación, nivel de aislamiento del exterior, etc.
Además de todo lo mencionado hasta aquí, no debes olvidar los considerados condicionantes básicos como son el tipo de clima (recuerda que el grado de humedad ambiental eleva la sensación de calor) y la zona climática donde vives.
Dicho de forma general, cada estancia necesita de una potencia mínima para alcanzar la refrigeración ideal que depende de muchos factores externos.
En línea con lo anterior y a fin de calcular otros costes relacionados con la refrigeración residencial o de locales, recuerda que al precio recurrente del consumo que vayas a tener has de sumarle el precio del equipo de aire acondicionado que compres y que este precio es indirectamente proporcional –los equipos de menor consumo son los más caros– al consumo que tenga el modelo elegido.
El primer consejo que te damos es ajustar tanto como sea posible tus necesidades reales de refrigeración a las prestaciones ofrecidas por cada marca.
Elegir un modelo por encima de lo que necesitas solo servirá para enfriar la estancia muy rápidamente pero a cambio de un consumo innecesario y de una falta de confort al hacer más frío del debido para que estés a gusto.
Una buena práctica en este sentido pasa por medir los metros cuadrados de la estancia en la que instalarás el aire acondicionado además de valorar su ubicación y su exposición al sol. Piensa que no es lo mismo un equipo para una habitación situada al sur que para una al norte, por ejemplo.
Asimismo, la cantidad de sol que reciba el cuarto o local por las ventanas también es determinante. Una habitación con grandes ventanales expuestos al sol del mediodía o de la tarde actúa en mucha mayor medida como una lupa sobrecalentando la estancia de forma natural.
En algunos momentos del año (y dependiendo de la zona) una correcta ventilación puede ser una buena estrategia para reducir el tiempo de encendido del aire acondicionado.
Busca ventilar por las mañanas y por las noches para intentar sacar la máxima rentabilidad de las corrientes de aire más frescas sin sol y cierra tan pronto veas que el calor arrecia para que no se “meta” en casa.
Si la vivienda o la estancia está muy expuesta al sol, y siempre que sea posible, mantén las persianas bajadas o busca crear zonas de sombra que alivien el interior de algunos grados extra.
Otra forma de hacer que el consumo de tu aire acondicionado sea óptimo pasa por que los equipos sean lo más energéticamente eficientes como sea posible. Ten presente que los modelos muy antiguos pueden exponerte a mayores consumos por peor funcionamiento o por prestaciones obsoletas o inexistentes.
Por último, estudia hacia donde dirigir el aire acondicionado para que sus efectos se hagan notar en la mayor medida posible.
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