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Saber qué son las fuentes de energía te abre las puertas a conocer que la energía es fundamental para producir luz y calor, así como para favorecer el desarrollo de la sociedad.
Así las cosas, consideramos importante explicarte los diferentes tipos de fuentes de energía que existen, su clasificación y su importancia en nuestra vida cotidiana.
Las fuentes de energía son recursos naturales o artificiales de los que obtenemos la energía necesaria para llevar a cabo múltiples actividades, como el transporte, la iluminación o la producción industrial.
Estas fuentes pueden clasificarse en función de su origen, disponibilidad y utilización.
Ahora que ya sabes qué son las fuentes de energía, el siguiente paso es profundizar en los tipos y fuentes que existen.
Es la energía almacenada debido a la presencia de un campo electromagnético y transportada a través de las ondas, como la luz visible, la radio, los rayos ultravioleta o los rayos X.
Este tipo de energía es importante para la fotosíntesis, la visión, la radioterapia y múltiples aplicaciones tecnológicas, como las comunicaciones inalámbricas.
Además, es capaz de moverse en el espacio sin necesidad de que haya un medio que pueda vibrar.
La energía química se suministra por reacciones, generalmente, exotérmicas, en forma de calor y se almacena en las sustancias.
Estas reacciones necesitan una entrada de calor que pueda almacenar algo de esa energía bajo su compuesto químico.
Los explosivos, la gasolina y las pilas eléctricas son algunos ejemplos de este tipo de energía.
La energía cinética se asocia a los cuerpos en movimiento y está presente en el desplazamiento de los vehículos, el movimiento del agua en los ríos y otros fenómenos relacionados directamente con esta acción.
Se aprovecha en la industria eólica, donde el viento impulsa las turbinas para generar electricidad, y en la hidroeléctrica, para aprovechar la fuerza del agua en movimiento.
La energía térmica o calórica es el grado de energía interna que contiene un sistema termodinámico en equilibrio.
Se asocia a la temperatura de los objetos y se obtiene a partir del calor. No obstante, la temperatura de un sistema y su capacidad para crear movimiento dependen de su nivel de energía térmica.
Es utilizada en aplicaciones como la calefacción y la generación de electricidad en centrales térmicas.
La energía eléctrica se relaciona con el movimiento de cargas eléctricas, se genera por el flujo de electrones a través de un conductor y es una de las fuentes de energía más utilizadas en la actualidad.
La energía eléctrica se encarga de alimentar una amplia variedad de dispositivos y sistemas, desde la iluminación hasta los electrodomésticos de los hogares.
La energía nuclear se libera durante las reacciones nucleares (desde el núcleo) como las que ocurren en los reactores, y puede generarse de dos maneras: mediante fusión o mediante fisión.
Esta forma de energía tiene un gran potencial, pero también plantea desafíos en términos de seguridad y manejo de residuos nucleares.
La energía gravitacional es la que posee un objeto debido a su posición en este campo.
Se utiliza en sistemas de energía hidroeléctrica que aprovechan la energía potencial gravitatoria del agua almacenada en embalses, y, sobre todo, para calcular la velocidad de un objeto que se acerca a la superficie terrestre.
Se estima que la aceleración gravitacional constante es de 9,8 m/s2.
Para clasificar las fuentes de energía se utilizan distintos criterios que hemos resumido a continuación.
Atendiendo al origen de las fuentes de energía tenemos que pueden ser:
En base al grado de disponibilidad, las fuentes de energía se clasifican de la siguiente forma:
Si nos fijamos en la utilización de las fuentes de energía tenemos:
Las fuentes de energía juegan un papel vital en nuestras vidas, ya que alimentan una amplia gama de dispositivos y máquinas que se utilizan tanto en las industrias como en nuestras rutinas diarias.
Desde encender un interruptor para iluminar nuestros hogares hasta operar equipos industriales pesados, un suministro constante de energía es esencial para que estas tareas se lleven a cabo con éxito.
En este contexto, debemos buscar el desarrollo sostenible, que es clave para encontrar formas de usar la energía de manera eficiente y así reducir la contaminación.
En pocas palabras, necesitamos satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las de las generaciones futuras.
De hecho, una de las metas incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es, precisamente, mitigar el cambio climático. Y para ello, recalca la necesidad de usar fuentes de energía renovables, optimizar el uso de recursos y proteger el medioambiente.
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