Evitar que las palomas se acerquen a los paneles solares es necesario para no dañarlos. Puedes colocar mallas, pinchos o sistemas de bloqueo antipájaros.
Almacenamiento de energía
El almacenamiento de energía es una solución que cada vez cuenta con más adeptos, algo entendible, dado que uno de los objetivos de la Unión Europea para 2050 es conseguir la neutralidad climática, siendo totalmente necesario para ello aumentar el porcentaje de almacenamiento energético que existe en la actualidad.
En este artículo queremos explicarte qué es el almacenamiento de energía, por qué es necesario y qué tipos existen.
¿Qué es el almacenamiento de energía?
El almacenamiento de energía consiste en acumular energías de distintos tipos que se generan pero no se consumen en el momento, así como buscar la forma de dosificar su uso en función de la demanda.
En un proceso de transición energética como en el que nos encontramos, conseguir la descarbonización implica integrar de forma efectiva las energías renovables y llevar a término la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP) que permita aumentar en tres veces más la capacidad de almacenamiento actual.
¿Por qué es importante el almacenamiento de energía?
Más que importante, resulta necesario aumentar la capacidad de almacenamiento energético, sobre todo en lo que a la generación de energía solar y energía eólica se refiere, y dada su discontinuidad en el proceso de producción.
En línea con lo anterior, el operador de la red, esto es, Red Eléctrica de España, es capaz de compensar picos de demanda de entre el 15 y el 20 %. Sin embargo, cuando estas variaciones son superiores al 20-25 % la generación renovable es insuficiente excepto si se puede almacenar.
Así las cosas, las opciones de almacenamiento energético basadas en las últimas tecnologías tienen todo lo necesario a su favor para destacarse como soluciones óptimas y para aportar mayor flexibilidad y equilibrio a la red.
Además de esto, estas soluciones dan a conocer y muestran a las energías renovables como las heroínas en cuanto a la descarbonización y al suministro de la red eléctrica.
Tipos de almacenamiento de energía
A continuación, vamos a desarrollar una lista con los distintos tipos de energía para almacenamiento.
Mecánico
El almacenamiento mecánico tiene como principal referente a las centrales hidráulicas de bombeo para almacenar energía a gran escala.
Entre sus bondades destacamos las siguientes:
- Sistema rentable.
- El más eficiente (en estos momentos).
- Estable.
- Seguro.
- Sostenible.
- No genera emisiones nocivas a la atmósfera.
- Produce gran cantidad de energía en poco tiempo.
Además de las centrales hidráulicas, el almacenamiento mecánico cuenta con el sistema de aire comprimido que gracias a un motor reversible acumula los excesos de energía en cubículos bajo tierra en forma de aire ambiente a altas presiones.
Otro método de almacenamiento mecánico son los volantes de inercia que acumulan la energía eléctrica en forma de energía cinética a partir de un disco metálico.
Químico
El almacenamiento químico se basa en la transformación de la energía eléctrica en energía de enlaces químicos. En este tipo de almacenamiento energético destaca el hidrógeno verde que se produce a través de la energía eléctrica en los parques eólicos.
Tenemos que aclarar en este punto que el hidrógeno no es una fuente energética por sí misma, sino un producto o vector de energía que para generarse requiere de que una fuente –como la eólica– le aporte energía.
El hidrógeno verde se puede acumular en depósitos durante breves lapsos de tiempo y en almacenes geológicos naturales si el periodo de almacenaje es mayor.
Son destacables las pilas de combustible de hidrógeno que permiten un abastecimiento constante.
Eléctrico
El almacenamiento eléctrico se puede hacer por medio de supercondensadores o mediante imanes superconductores.
Los supercondensadores almacenan cargas eléctricas en su interior para luego liberarlas transformadas en cargas electrostáticas. Actúan como un condensador de gran capacidad de almacenamiento en el que destaca la rapidez de carga y descarga (en cuestión de segundos). Esto hace que sean una excelente opción para dar respuesta a necesidades de puntas de suministro o ante breves interrupciones del mismo.
Los imanes superconductores, también conocidos como SMES (Superconducting Magnetic Energy Storage), almacenan la energía por medio de campos magnéticos generados por una corriente eléctrica. Su capacidad de respuesta es muy grande pero su capacidad de almacenamiento es pequeña. Así, su mayor propuesta de valor es aportar estabilidad al sistema eléctrico.
Térmico
El almacenamiento térmico está cobrando gran interés puesto que aprovecha los vertidos de energía eléctrica y los convierte en frío o en calor que poder usar directamente o que combinar con otras tecnologías energéticas en un formato híbrido.
Existen múltiples procedimientos entre los que destacan la refrigeración mediante acumulación de hielo o la exposición a temperaturas extremadamente altas, ambos permiten almacenar energía a gran escala.
Un ejemplo muy extendido son las centrales termosolares que generan electricidad con el calor del sol que luego almacenan en grandes tanques de sal para liberarla durante la noche.
La capacidad de las centrales termosolares sólo es superada por la de las centrales hidroeléctricas convencionales.
El almacenamiento de calor en masa permite generar sistemas de energía térmica sensible, latente y termoquímica.
Electroquímico
El almacenamiento electroquímico es el resultado de convertir energía eléctrica en química que luego almacenar con sistemas como las baterías o los condensadores electroquímicos, entre otros.
Las baterías se están afianzando en el mercado como una solución óptima gracias a sus múltiples bondades:
- Permiten cargas y descargas de forma fácil y rápida.
- Existe una gran variedad de modelos.
- Ofrecen múltiples y variadas funcionalidades.
- Son fáciles de instalar.
- Son escalables.
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