Mecanismo de ajuste del gas

El mecanismo de ajuste del gas, MAG, se aplicó únicamente en España y Portugal y fue una medida temporal que se tomó con carácter de urgencia.

Quedó regulado en el Real Decreto-ley 10/2022, de 13 de mayo y tenía una validez inicial de 12 meses.

En la disposición final 1.1 del Real Decreto-ley 3/2023, de 28 de marzo, se prorrogó el mecanismo de ajuste de costes de producción para la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista por parte de la Comisión Europea hasta el 31 de diciembre de 2023.

¿Qué es el mecanismo de ajuste del gas?

El mecanismo de ajuste del gas fue un mecanismo temporal para limitar el impacto de la subida del precio del gas natural en los precios del mercado mayorista de electricidad.

Esta medida de ajuste del control de producción de tecnologías fósiles marginales en el precio de casación del mercado también se conoció con el nombre de “Tope de gas” o “Mecanismo de excepción ibérica”.

Este último nombre se debía a que, como hemos anticipado, el ámbito geográfico de aplicación se limitaba a la Península Ibérica y Portugal.

Los clientes de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla no estaban sujetos al mecanismo de ajuste del gas, excepto si tenían contratado el PVPC.

Qué es el mecanismo de ajuste del gas

¿A qué consumidores afectaba el tope de gas?

La aplicación del tope de gas afectaba a los siguientes consumidores de gas:

  • A aquellos con contratos firmados con comercializadoras del mercado regulado.
  • A aquellos con contratos firmados con comercializadoras del mercado libre con precios variables.
  • A los consumidores con renovación o prórroga de contratos de suministro de electricidad desde el 26 de abril de 2022.
  • A los consumidores con contratos de precios fijos con comercializadoras sin coberturas de precios en los mercados a plazo.

¿Qué relación guarda el precio del gas con el precio de la luz?  

El mercado eléctrico se rige, como otros mercados, por la ley de la oferta y la demanda pero con algunas diferencias.

En su caso, para calcular el precio de casación de la electricidad (oferta y demanda) se aplica el precio de todas las tecnologías que intervienen en el proceso, y se tiene en cuenta la que ha intervenido en último lugar, arrastrando al resto de energías a asumir su coste independientemente de que el precio de salida y de producción de la electricidad sea menor.

Este cálculo y forma de establecer el precio se basa en el funcionamiento marginalista del mercado.

Volviendo al cálculo y a la relación entre el precio de ambas energías, las centrales térmicas de ciclo combinado usan el gas para producir electricidad y es precisamente éste el último tipo de energía que entra en el proceso de producción.

Como según lo explicado, el precio de la luz se marca con un sistema marginalista, el hecho de que el gas sea el último del proceso hace que sea quien finalmente determina el precio en el mercado mayorista.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, cuando se recurre al gas para producir electricidad y dar así respuesta a las demandas de la red, los precios de la luz se disparan arrastrados por el mayor precio del gas.

Esta operación de subida de precio se traslada a las comercializadoras que, a su vez, la trasladan al consumidor final que ve cómo su factura de la luz se dispara.