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El biogás es una de las grandes apuestas europeas para el fomento de la economía circular, la optimización de residuos y la descarbonización.
Aunque plantea grandes retos, esta energía renovable proporciona múltiples beneficios que pueden ayudar a España a alcanzar los objetivos de neutralidad climática para el año 2050 establecidos por Europa. La hoja de ruta ya está marcada.
Con la intención de ayudarte a entender sus implicaciones vamos a profundizar en este artículo en la definición de biogás, y te vamos a explicar cómo se obtiene y para qué se utiliza.
El biogás es un combustible gaseoso renovable que utiliza como materia prima la fracción biodegradable de productos, desechos y residuos de origen biológico generados por la actividad humana, conocidos como biomasa.
Concretamente, la biomasa puede provenir de desechos de:
En la composición del biogás destaca su alto contenido en metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), aunque se pueden encontrar pequeñas cantidades de otros gases como el nitrógeno (N2) o el sulfuro de hidrógeno (H2S).
La gran aportación del biogás para impulsar la descarbonización de la sociedad y alcanzar los objetivos de neutralidad climática fijados por el Pacto Verde Europeo reside en que se trata de la única energía renovable que puede utilizarse para generar electricidad, calor y un biocombustible.
Este gas renovable se produce en una planta de biogás, principalmente a través de la fermentación bacteriana de la biomasa, un proceso que se lleva a cabo en vertederos o reactores cerrados herméticamente que reciben el nombre de digestores anaerobios o biodigestores.
En la biodigestión, la materia pasa del estado sólido al gaseoso y se desarrolla en ausencia de oxígeno (es anaeróbica) en 4 fases: hidrólisis, acidogénesis, acetogénesis y metanogénesis.
La biodigestión puede ser continua –sin interrupciones– o discontinua –se puede añadir o extraer materia sin detener la producción–.
En muchos casos, se utiliza la codigestión, un proceso que consiste en mezclar diferentes clases de sustratos para maximizar la producción.
El biogás es una energía alternativa muy versátil, ya que puede ser utilizado para generar energía eléctrica, energía térmica y un carburante, en concreto biometano. Este último puede ser inyectado en la red de gas natural o ser utilizado como biocombustible.
En los apartados sucesivos vamos a profundizar en algunos usos más específicos.
El biogás puede utilizarse en el lugar en el mismo lugar en que se produce para sustituir otras fuentes de energía menos sostenibles.
Esto permite un mayor aprovechamiento de la energía, mientras se reducen los costes ambientales del transporte.
La instalación de pequeñas plantas de biogás para la cogeneración de energía en la industria agropecuaria, principalmente, facilita el acceso del sector a una electricidad verde o limpia, y participa en la reducción de sus residuos.
El biogás puede emplearse como combustible en vehículos adaptados para usarlos con gas natural.
Por otro lado, el biometano es un combustible que puede favorecer la descarbonización del transporte pesado con camiones, como el de recogida de residuos, y de servicios ferroviarios en las líneas aun sin electrificar.
A la reutilización de los desechos se le añade la posibilidad de inyectar biometano en la red de gas natural existente en lugares que se encuentran próximos a plantas de biogás.
Esto va a permitir optimizar la gestión de los residuos y el aprovechamiento de los recursos.
Instalar pequeños sistemas de este gas renovable puede ayudar a cubrir con éxito las necesidades energéticas de electricidad, cocina y calefacción a las viviendas situadas en zonas con pocos recursos.
La biodigestión anaeróbica que genera biogás, proporciona, en determinadas condiciones, un biofertilizante –también llamado fertilizante de biogestor o digestato–, en forma de residuo sólido o líquido.
Sin embargo, es preciso señalar que debe ser tratado para eliminar los posibles contaminantes que puede contener.
España cuenta con un gran potencial en la producción de esta energía renovable gracias a sus más de 200 plantas de biogás activas, de acuerdo con los datos arrojados por la Asociación Española de Biogás (AEBIG) y la European Biogas Association (EBA).
La Hoja de ruta del Biogás, aprobada en 2022, tiene como objetivo mínimo multiplicar la producción actual en un 3,8 hasta el año 2030.
Para conseguirlo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) va a realizar estudios de viabilidad para el aprovechamiento del biogás para consumo térmico y eléctrico.
En esta iniciativa se incluye la reconversión de las EDAR en biofactorías de biometano.
El biogás ofrece grandes ventajas como energía renovable, pero también plantea grandes retos de los que te hablamos seguidamente.
Las bondades del biogás son indiscutibles. Compartimos en la siguiente enumeración las más relevantes:
Uno de los grandes retos que plantea el biogás es la inversión elevada que requiere la instalación de sus plantas de producción.
A esta desventaja se le suma la necesidad de simplificar las barreras administrativas existentes.
Por otro lado, la generación de biogás puede provocar malos olores por su contenido en ácido sulfhídrico, aunque existen métodos para controlarla de manera a evitar problemas de salubridad a los vecinos.
Y por último, el hecho de que dependa de la disponibilidad y proximidad de las materias primas, así como la competencia desfavorable frente a otras fuentes de energía más baratas, puede que dificulte su consolidación en algunas zonas.
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