
Los vampiros eléctricos existen y consumen electricidad aún cuando no están funcionando. Hay soluciones como los enchufes inteligentes o la domótica.
El consumo de un radiador eléctrico varía de acuerdo a la tecnología que integra, a su potencia, a las características de tu vivienda y al uso que le vayas a dar.
Sin duda resulta una de las opciones más versátiles para disfrutar de una temperatura agradable en tus espacios con una inversión e instalación mínimas. Igualmente, puede ser una alternativa que valorar a la hora de buscar opciones de apoyo puntuales para tu sistema de calefacción.
De modo que, tanto si estás pensando en invertir en un radiador como si ya tienes uno, vamos a compartir contigo 9 consejos eficaces para reducir su consumo.
El consumo de un radiador eléctrico se encuentra supeditado a múltiples factores como su eficiencia. Además del mencionado, compartimos contigo otros más:
De acuerdo con el estudio ERESEE 2020 (de la estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España), la proporción de equipos existentes, englobando los radiadores, convectores y acumuladores eléctricos se sitúa entre el 16,2 % y el 28,1 %.
Como ves se trata de elementos con una presencia muy importante en las familias por lo que es importante que sepas calcular su consumo.
Para calcular el consumo de un radiador eléctrico debes considerar los metros cuadrados de la estancia y el tiempo que necesita para alcanzar una temperatura objetivo y mantenerla a lo largo del día.
Así las cosas, si te preguntas cómo saber cuánto consume un radiador eléctrico de 1.500 W que vas a tener encendido 5 horas, debes multiplicar 1.500 x 5, lo que supone 7.500 W, y acto seguido pasarlo a kilovatios (kW), lo que da 7,5 kW.
Este resultado debes multiplicarlo por el precio al que tengas contratado el kW y obtendrás finalmente el consumo de tu radiador en euros.
Por esta razón, la tarifa que tengas contratada es crucial y del mismo modo la eficiencia de tu aparato.
Para ayudarte a reducir el consumo de tu radiador, fíjate en las siguientes recomendaciones, ya que son eficaces y sencillas de poner en práctica.
Los enchufes y los cronotermostatos inteligentes te permiten programar diferentes modos de funcionamiento.
Algunos te permiten gestionarlos a distancia a través de una conexión wifi lo que te facilita realizar un consumo adaptado a tus necesidades con base en una temperatura de confort.
Evita colocar ropa sobre él o cualquier otro objeto que pueda impedir que el calor circule con normalidad.
El polvo también puede crear una capa que afecta al correcto funcionamiento de tu aparato.
En invierno, una temperatura de 19 ºC es suficiente durante el día, siempre que te encuentres en la vivienda. Si no vas a estar durante horas, puedes programarla a 15 ºC y por las noches apagarla.
Cuanto mejor etiqueta energética tenga el radiador eléctrico, más podrás ahorrar con él puesto que su rendimiento será más alto con un menor consumo.
Piensa que actualmente existe una gran variedad de radiadores de bajo consumo con diseños minimalistas con los que puedes aprovechar mucho más el espacio sin renunciar a la eficiencia.
Además, si utilizas el modo ECO, en caso de que cuente con él, el consumo se reducirá una vez alcanzada la temperatura objetivo.
No es preciso que abras las ventanas durante horas, con hacerlo algunos minutos es suficiente. Y si ventilas abriendo ventanas cruzadas, estarás facilitando renovar el aire sin perder demasiada energía.
Es necesario que revises tu aislamiento térmico, sobre todo en esas zonas de intercambio de temperatura que se convierten en vías de escape del calor, y también de la refrigeración en verano.
Analiza si tu tarifa de luz se ajusta a lo que necesitas. Resulta un factor determinante en el precio final de la energía.
El acumulador térmico puede ayudarte a ahorrar luz si estás sujeto a discriminación horaria puesto que acumula energía por la noche y la libera a lo largo del día.
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