
Los huertos solares permiten generar energía limpia y renovable aprovechando la energía del sol. Conoce todas las ventajas de esta solución innovadora.
Las comunidades solares son proyectos de producción y distribución de energía de iniciativa pública privada a los que pueden adherirse otras personas, empresas o entidades para acceder a una energía limpia y de proximidad.
Los modelos de participación son diversos y los marca el promotor del proyecto que es quien asume los gastos de poner en marcha este tipo de comunidad energética.
Esta clase de organizaciones resultan claves para el proceso de transición energética, y por ello es importante que sepas qué son y cómo funcionan. Este hecho nos ha impulsado a prepararte este artículo.
Una comunidad solar es un emplazamiento en el que se genera y distribuye energía fotovoltaica para todo tipo de persona o entidad que desee disfrutar de una energía limpia y renovable, pero que no disponga de espacio o capacidad económica para instalar paneles solares.
Así pues, una entidad pública o privada (promotor) es la encargada de realizar y gestionar dicha instalación, ofreciendo a otras personas la posibilidad de suscribirse al proyecto a cambio de una cuota o tarifa mensual que se establece con base en la energía que va a necesitar.
En otras palabras, el pago de la tarifa se adecúa en función de la demanda, y la energía generada se inyecta en la red y se distribuye entre los participantes. El resultado se traduce en última instancia por una reducción en la factura de luz.
Así las cosas, las comunidades solares se basan en el autoconsumo compartido en comunidades de vecinos o cualquier espacio aprovechable, y son una fuente de energía de proximidad que, además, refuerza la seguridad de la red eléctrica.
Existen 4 tipos básicos de comunidades solares que se clasifican según el lugar en el que se instalan y la naturaleza del promotor. Son los siguientes:
El funcionamiento de las comunidades solares es muy sencillo. Ya hemos abordado cómo funciona a nivel organizativo: un promotor público o privado asume el precio de la instalación y personas, organizaciones o asociaciones pueden adherirse al proyecto para acceder a electricidad verde, es decir limpia y renovable.
En realidad, este tipo de instalación fotovoltaica compartida no difiere mucho de una instalación de autoconsumo eléctrico privada:
En el proyecto puedes asumir tres roles:
Para desarrollar una comunidad solar debes remitirte, en lo que respecta al marco legal, al Real Decreto 244/2019 que regula las condiciones técnicas, administrativas y económicas de las instalaciones de autoconsumo colectivo.
Además, vas a tener que considerar las especificaciones municipales que puedan ser de aplicación en cuanto al aprovechamiento de espacios, modelos energéticos, etc.
Antes de comenzar debes entender que la evaluación de viabilidad es un primer paso esencial, ya que analiza aspectos como el espacio disponible y características, la inversión necesaria y el potencial de producción. Se trata de aspectos esenciales para que el proyecto sea un éxito.
Luego debes abordar otras cuestiones como los aspectos legales de la constitución del proyecto, definir el modelo de financiación, contratar a profesionales cualificados, etc.
Para finalizar nuestra exposición queremos explicarte la diferencia entre estos 3 modelos de autoconsumo:
Los huertos solares permiten generar energía limpia y renovable aprovechando la energía del sol. Conoce todas las ventajas de esta solución innovadora.
Evitar que las palomas se acerquen a los paneles solares es necesario para no dañarlos. Puedes colocar mallas, pinchos o sistemas de bloqueo antipájaros.
Las ventanas solares o fotovoltaicas cumplen la función de paneles solares, pero dejan pasar la luz. Se integran con la estética y refuerzan el aislamiento.