
Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
La temperatura ideal para dormir varía en función de la estación, pero también depende directamente de a qué tipo de personas nos estemos refiriendo. Así, la temperatura de confort para dormir de los bebés, personas mayores o enfermas es, de entrada, distinta a la del resto de grupos de población.
Abusar de la calefacción o del aire acondicionado puede impactar negativamente en la salud de las personas que cohabitan en una vivienda, por lo que es necesario tomar una serie de precauciones para evitarlo.
Por otro lado, un uso excesivo de los sistemas de climatización se traduce inevitablemente en un aumento injustificado de tu factura energética.
Estos argumentos cuentan por sí mismos con la suficiente importancia como para animarnos a que te hayamos preparado un artículo en el que vas a descubrir cuál es la temperatura ideal para dormir en invierno y en verano.
Antes de entrar a analizar qué temperatura es recomendable para tus espacios por la noche, es preciso matizar estos 2 conceptos:
En el mejor escenario, la temperatura ideal y la de confort confluyen en los mismos parámetros, tanto por salud como por eficiencia energética.
No obstante, existen varios factores que pueden provocar que no coincidan y que vamos a ir desgranando a lo largo de este artículo.
Si bien es cierto que la temperatura ideal de una casa en invierno, siguiendo las recomendaciones del Instituto de Diversificación y Desarrollo de la Energía (IDAE), es de 19 ºC, es preciso diferenciar entre temperatura de confort diurna y nocturna.
En este sentido, ten en cuenta que durante el día te encuentras más activo por lo que la sensación de confort térmico es diferente que en el momento de acostarte y conciliar el sueño.
El rango de temperaturas para dormir recomendado por los expertos consultados se sitúa entre los 15 y los 18 ºC, ya que el cuerpo descansa mejor en un ambiente fresco. Cuando la temperatura del organismo se enfría, este se prepara para dormir, aumentando, a su vez, la calidad del sueño.
Por otra parte, un ambiente muy seco en la habitación puede provocar irritaciones de garganta, tos o picores en el aparato respiratorio que, además, pueden agravarse si padeces cualquier tipo de afección respiratoria.
Sin duda, existen una serie de elementos a considerar cuando se habla de la temperatura ideal para dormir en invierno que abordamos ya mismo.
Cuando se trata del sueño de los más pequeños, la temperatura ideal cambia puesto que su sistema regulador no está totalmente desarrollado.
Una buena temperatura para los peques de la casa se sitúa entre los 18 y los 20 ºC, aunque en lo que respecta a los bebés es recomendable seguir los consejos de tu pediatra de confianza.
Para evitar que se destape y se enfríe por la noche puedes ayudarte de un saquito de dormir.
Los enfermos y las personas mayores pueden ver mermadas o alteradas las funciones de su sistema nervioso central y su control neurohormonal, lo que afecta a su percepción térmica de forma que pueden sentir más frío que una persona en condiciones normales.
Así las cosas, es importante que tengas en cuenta esta realidad a la hora de programar tu calefacción.
Si sientes frío por las noches en invierno, quizá no le estés prestando toda la atención que debes a tu ropa de cama.
Es importante que sea transpirable y que no sobrecaliente el cuerpo.
El algodón, la coralina o la sedalina son algunos de los materiales más cómodos para tus sábanas.
En lo que respecta a la temperatura ideal para dormir en verano, y siguiendo con las consideraciones expuestas por IDAE, se encuentra alrededor de los 25 ºC.
Ahora bien, es esencial tener en consideración la temperatura exterior y no sobrepasar los 12 ºC de diferencia térmica entre el interior y exterior.
Por ejemplo, si en el exterior hace 35 ºC, la temperatura interior es recomendable que no descienda de los 23 ºC.
Aquí también es necesario considerar las habitaciones con bebés y personas mayores que pueden necesitar que subas uno o dos grados la temperatura, ya que son más sensibles a los cambios bruscos.
En las noches más calurosas y para evitar bajar demasiado los grados con tu sistema de climatización, valora instalar un ventilador de techo. Esta opción es una solución muy eficiente, ya que al mover el aire, la sensación térmica puede descender hasta en 5 ºC, mientras evitas un consumo excesivo de energía.
De nuevo, también en verano es necesario que adaptes el pijama y la ropa de cama a la época.
Si deseas combatir el calor, los tejidos ideales son los que ayudan a transpirar a tu organismo. En ese sentido las fibras naturales como el lino y el algodón son excelentes aliadas.
Recuerda evitar las prendas pegadas al cuerpo para un mayor confort.
En lo tocante a las sábanas, el algodón, el satén, las sedas o también el bambú ofrecen tejidos ligeros y transpirables que te van a ayudar a conciliar el sueño.
La temperatura ideal para dormir se encuentra íntimamente ligada al ahorro energético.
Piensa que una pequeña variación de 1ºC en la programación de tu calefacción puede suponer un ahorro en tu consumo energético de un 7 %.
Lograrlo fácilmente se encuentra al alcance de tu mano gracias a la tecnología que ofrece soluciones como los cronotermostatos o los sistemas de domótica.
Estos sistemas facilitan un control más eficiente de la energía pudiendo programar diferentes modos de funcionamiento.
Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
La vida útil y costes de una batería de coche eléctrico dependen de su tecnología y del uso. Al cabo de los años pierden parte de su capacidad de carga.
Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) impulsan la responsabilidad corporativa, competitividad y resiliencia ante desafíos globales.