
Si tu instalación fotovoltaica tiene sombras, orientación mixta o deseas un control total por panel solar, un optimizador es tu mejor aliado y te ayuda a ahorrar.
Las placas solares flotantes aumentan la capacidad de generación eléctrica limpia a través de la radiación solar, tanto en instalaciones de autoconsumo como en sistemas conectados a la red eléctrica. Dada su importancia, se están convirtiendo en uno de los pilares de la transformación energética.
De hecho, para alcanzar el objetivo de descarbonizar completamente la economía europea en el año 2050, es preciso adoptar medidas enfocadas en el fomento de las energías renovables y este tipo de instalaciones es una de ellas.
Si aún no sabes qué son las placas solares flotantes y tienes curiosidad por saber cómo funcionan, sigue leyendo porque te hablamos de todo ello en las siguientes líneas.
Las placas solares flotantes son módulos fotovoltaicos para la generación de energía eléctrica gracias a la radiación solar. Son análogos a los terrestres pero se disponen sobre una plataforma flotante que permite su instalación sobre el agua.
Esta estructura puede ubicarse en diferentes localizaciones de dominio público hidráulico como son:
Se trata de una tecnología reciente que puede enfocarse al autoconsumo eléctrico, como ocurre con las instalaciones fotovoltaicas terrestres, o bien puede conectarse a la red eléctrica, en el caso de plantas fotovoltaicas flotantes.
Esta versatilidad en la generación de energía limpia responde a las necesidades de impulso de las fuentes de energía eléctrica renovable en Europa para alcanzar los objetivos planteados en el Pacto Mundial.
El artículo 3 de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética establece las metas en cuanto a reducción de los gases de efecto invernadero.
Una de ellas es que en 2030 la penetración en el sistema eléctrico de las energías renovables, concretamente en el consumo de energía final, suponga el 42 %.
Así las cosas, las instalaciones fotovoltaicas flotantes participan en la diversificación de la generación de electricidad verde mientras combaten factores adversos como la alta densidad de población o la escasez de suelo disponible que afecta a algunos enclaves.
Los paneles solares flotantes funcionan del mismo modo que los terrestres.
En este sentido, ambos están compuestos por materiales que son capaces de absorber partículas lumínicas, llamadas fotones liberando a su vez electrones. Este proceso genera corriente eléctrica.
Luego, dependiendo del tipo de instalación, esta energía puede acumularse en baterías eléctricas o bien volcarse a la red.
Sin embargo, los paneles solares flotantes están compuestos por una serie de sistemas de los que carecen los terrestres y que permiten que la estructura pueda instalarse sobre el agua.
Una plataforma fotovoltaica flotante se compone básicamente de 4 partes:
El funcionamiento de una instalación de placas solares flotantes se enfrenta a retos considerables supeditados a la ubicación de la misma, el tamaño, el tipo de estructura, las condiciones del cuerpo del agua, así como a condicionamientos ambientales.
Por ejemplo, en el estudio de viabilidad inicial deben considerarse cuestiones tales como que en el caso de las balsas de agua, la estructura pueda posarse en el fondo cuando la balsa se queda sin agua.
Tal y como venimos abordando, las placas solares flotantes ofrecen beneficios de gran interés en lo que respecta a la generación de electricidad renovable.
Nos apoyamos en la siguiente lista para enumerar sus ventajas:
Frente a las bondades anteriores, cabe destacar 3 inconvenientes principales si los comparamos con las placas solares terrestres:
Si tu instalación fotovoltaica tiene sombras, orientación mixta o deseas un control total por panel solar, un optimizador es tu mejor aliado y te ayuda a ahorrar.
Si tienes una instalación de autoconsumo con excedentes debes instalar por ley un contador bidireccional fotovoltaico para compensar tu energía sobrante.
Si estás pensando instalar placas solares debes saber qué son y para qué sirven los códigos CIL y CAU, sobre todo en el autoconsumo con excedentes.