Las baterías de coches eléctricos son elementos claves cuyas características es preciso conocer. Influyen en el precio del coche y su autonomía.
Coches solares: qué son y cómo funcionan
Los coches solares son un clarísimo ejemplo del imparable avance y la carrera que se vive a nivel tecnológico por desarrollar nuevos sistemas de movilidad eléctrica que contribuyan a respetar en mayor medida el medioambiente gracias al uso de energías renovables, limpias y sostenibles.
Para que conozcas un poco más de este tipo de vehículos, a lo largo de este artículo te desvelaremos su definición, así como los tipos de coches solares que existen y el funcionamiento de esta solución sin impacto medioambiental.
¿Qué es un coche solar?
Un coche solar es un tipo de vehículo que se sirve de la energía del sol para, de forma total o parcialmente ayudado por la energía eléctrica, convertirse en una opción válida como medio de transporte sostenible con una mayor o menor autonomía de viaje.
A pesar de que la idea de coche solar suena fenomenal, a día de hoy sigue contando con una serie de inconvenientes que limitan su apuesta por ser el adalid de la movilidad eléctrica.
Para comprender de forma más global lo que un coche solar es y ofrece realmente, creemos necesario hacer una pequeña parada en los tipos de vehículos que se consideran coches solares.
Tipos de coches solares
La clasificación para determinar los tipos de coches solares se centra prácticamente en tres opciones:
- Vehículos que funcionan sólo con el sol.
- Vehículos que funcionan con paneles para acumular energía.
- Vehículos eléctricos con carga solar extra.
Vehículos que funcionan sólo con el sol
Este tipo de vehículos entra dentro de la clasificación de coches solares puros al ser prácticamente autónomos gracias a la energía solar y no depender casi de batería externas.
El mayor inconveniente, como es fácil de deducir, se encuentra en que al circular de noche, por zonas sombrías o en días nublados, su funcionamiento se puede ver bastante resentido disminuyendo su capacidad o directamente provocando que el coche se quede completamente parado.
Por otro lado, los vehículos que funcionan solo con energía solar son coches de gran envergadura por lo que su uso está limitado a situaciones muy concretas que escapan del uso cotidiano al que estamos acostumbrados: desplazamientos urbanos, interurbanos, etc.
Vehículos que funcionan con paneles para acumular energía
En este caso, el coche funciona mediante una serie de paneles solares para acumular la energía que, posteriormente, se almacena en una o varias baterías con las que se alimenta el motor que facilita el desplazamiento.
Las células fotovoltaicas de los paneles solares se instalan no sólo en el techo del vehículo, sino que pueden ir también incorporadas en otras partes concretas de la carrocería.
Su dimensión es mucho más cercana a un vehículo convencional, superando de esta manera uno de los principales escollos de los coches solares puros.
Vehículos eléctricos con carga solar extra
Son coches eléctricos que cuentan con pequeños paneles para mantener cargada la batería pero que garantizan su movimiento a través de recargas de energía procedentes de la red eléctrica.
¿Cómo funciona un coche solar?
El funcionamiento de un coche solar tiene unos protagonistas principales que no son otros que los paneles solares que lleva instalados en su superficie. Por superficie, tal y como ya hemos adelantado, nos referimos a que los paneles pueden situarse no solo en el techo del vehículo, sino también en otras partes de la carrocería.
La clave está en que la disposición de las células fotovoltaicas sea la adecuada para captar en la mayor medida de lo posible los rayos de sol que luego transformar en energía solar o en energía eléctrica a través de las baterías solares.
En línea con lo anterior, el principal obstáculo de los coches solares reside en que la eficiencia de las células fotovoltaicas sigue presentando muchas limitaciones para cargas exclusivamente procedentes del astro rey, dado que el número de ellas que se puede instalar en un coche es limitado y la energía de la que se nutren puede no estar disponible siempre que el vehículo está circulando (por la noche, en días nublados o en zonas de penumbra).
Estos condicionantes abocan en multitud de ocasiones a la necesidad de que la alimentación no sea exclusivamente solar sino que se deba generar parte de energía eléctrica con la que compensar los hándicaps ya mencionados.
Si usamos el modo técnico para explicarlo, el funcionamiento de los coches solares se basa en que las células fotovoltaicas de las placas solares se ionizan al recibir los rayos de sol y automáticamente liberan electrones que cuando interactúan entre sí producen energía eléctrica para que, o bien el motor se ponga en funcionamiento, o bien se genere energía a almacenar en la batería.
Creer en las posibilidades presentes y futuras de la energía solar puede tener sus recompensas. Consulta las ayudas y subvenciones relacionadas con este tipo de energía y que promueven la eficiencia energética.
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