
El boletín eléctrico o CIE es imprescindible para realizar la primera conexión eléctrica y su coste varía en función de la vivienda y el instalador.
El mantenimiento de un coche eléctrico es inferior al de uno de combustión, ya que cuenta con menos elementos sometidos a desgaste. En contrapartida, debes supervisar una serie de componentes específicos para evitar averías y alargar su vida útil.
De modo que para disipar tus dudas, te hablamos del mantenimiento que necesita un coche eléctrico y de cuánto puede costar con respecto a un coche tradicional.
Es cierto que el mantenimiento del coche eléctrico es menor que el de un coche de combustión. Esto se debe a que su motor es mucho más sencillo, lo que explica que cuente con menos piezas que puedan estropearse.
No obstante, también requiere de un mantenimiento periódico para su correcto funcionamiento de componentes como:
Neumáticos.
Filtros para el aire del habitáculo.
Amortiguadores de suspensión.
Aislamientos del cableado.
Líquidos de dirección.
Limpiaparabrisas y escobillas.
Líquido de frenos.
Pastillas de frenos.
Líquido refrigerante.
Como puedes comprobar no tienes que preocuparte de otros sistemas y fluidos que corresponden al coche de combustión como el aceite de motor, los filtros de gasolina o aceite, el embrague, las bujías, la correa de distribución o el sistema de escape al carecer de ellos.
Pero sí queremos hacer hincapié en 3 aspectos del mantenimiento de un coche eléctrico dadas sus características especiales:
Revisión de los frenos.
Supervisión de los aislamientos.
Control de las baterías.
Los abordamos uno a uno para que entiendas los pormenores del mantenimiento de un coche eléctrico.
La frenada de un coche eléctrico es regenerativa, es decir, que el motor se recarga cuando utilizas los frenos por lo que las pastillas sufren menos presión que en un vehículo convencional.
Por otro lado, la conducción de este tipo de automóviles es más suave y los solicita menos alargando su vida útil.
Con carácter orientativo, y tal y como señalan los expertos, las pastillas de frenos deberían cambiarse a partir de los 75.000 km aunque estos elementos se ven influidos por el modo de conducción.
El aislamiento del cableado y las conexiones de un coche eléctrico es necesario para asegurar su correcto funcionamiento.
Ten presente que con el paso del tiempo los aislamientos pueden verse deteriorados por sobretensiones y caídas de tensión, ataques químicos por vapores o polvo, e incluso pueden erosionarse por cambios de temperatura que provocan dilataciones y contracciones de los materiales.
La batería supone en torno al 40% del precio de un coche por lo que muchos fabricantes ofrecen la posibilidad de alquilarlas, opción más rentable a corto y medio plazo.
Ten en cuenta que la vida útil de la batería no está ligada a los kilómetros recorridos sino a los ciclos de carga y descarga a los que la sometas. En ese sentido, tendrás que cambiar tu batería entre los 2.500 ciclos o los 3.000 ciclos completos de carga que equivalen de manera aproximada a unos 8 o 10 años de uso.
Aunque la batería no requiere de mantenimiento sí es necesario que realices un control anual y que prestes mucha atención al nivel de líquido refrigerante. Es verdad que algunas se enfrían por aire forzado, pero no es lo habitual en los nuevos modelos.
En lo que concierne a las baterías auxiliares de 12 V que alimentan las luces, los limpiaparabrisas o los elevalunas necesitan el mismo mantenimiento que en un coche de combustión.
El recambio más caro es el corazón del coche eléctrico: la batería. Cambiarla puede suponer entre 6.000 € y 10.000 €, una cifra que tendrás que afrontar aproximadamente cada 8 años o cada 150.000 km aunque, como ya te hemos avanzado, el desgaste se produce en base a los ciclos de carga y descarga.
Los especialistas exponen que es aconsejable, en líneas generales, realizar un mantenimiento de tu coche eléctrico cada 30.000 kilómetros y un servicio de inspección completo cada año.
El mantenimiento anual de un coche eléctrico puede suponer un precio un 20 % o un 30 % inferior que el de un coche tradicional, esto se puede traducir en un ahorro anual alrededor de los 200 €.
Algunas de las averías más frecuentes de un coche eléctrico son comunes al resto de vehículos. Toma nota de los elementos que deberás sustituir y controlar de manera recurrente en la vida útil de tu vehículo si es eléctrico:
Debes sustituirlos si la banda de rodadura es inferior a 1,6 mm de profundidad.
Los expertos aconsejan sustituirlos anualmente o cada 12.000 km, algo esencial para preservar la salud dentro del habitáculo.
Aunque ya te hemos explicado que en los coches eléctricos las pastillas de freno deben cambiarse con menor asiduidad que en un coche de combustión, sí es recomendable vigilar su rendimiento, así como el nivel de líquido de frenos.
Toma la precaución de supervisar el nivel de refrigerante del elemento más importante de tu vehículo y que no tienen los coches de combustión para su tracción.
Suele tener que realizarse a partir de los 120.000 km, dependiendo de las características de tu coche y del fabricante de la batería.
Los fallos en la toma de carga son una de las averías más habituales en estos coches y la mayoría se debe a malas manipulaciones de los usuarios al tirar del cable bruscamente o al forzar el sistema para que encaje, por ejemplo.
Ten la precaución de verificar siempre el estado de los puntos de carga de tu coche eléctrico y cargarlo con cuidado y siguiendo las instrucciones adecuadamente.
Quedarse sin batería sin haberlo previsto suele ser una avería recurrente en los conductores de coches eléctricos poco precavidos. Procura verificar su nivel antes de desplazarte porque puedes provocar graves daños en el sistema electrónico.
Y recuerda siempre optar por la electricidad verde para cargar tu coche al tiempo que ayudas a cuidar del medioambiente.
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