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El GNC y el GLP son dos tipos de combustibles que juegan un papel importante en la descarbonización hacia una economía y movilidad más sostenibles. Ambos reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes si los comparamos con otros combustibles fósiles, además de ofrecer un precio más bajo.
Probablemente hayas oído hablar de estos gases, sin embargo, puede que sigas necesitando ampliar información al respecto.
Con la intención de ayudarte a entender qué pueden ofrecerte, te hemos preparado este artículo en el que vamos a abordar qué diferencias existen entre uno y otro, y cuál de los dos es mejor y en qué casos.
El GNC (gas natural comprimido) es un gas compuesto principalmente de metano –alrededor de un 80 %–, además de otros gases como el etano, propano o butano. Este gas ha de comprimirse a alta presión para poder almacenarse y utilizarse como combustible.
En la automoción, este gas natural comprimido se emplea tanto en turismos ligeros como en vehículos pesados como camiones o autobuses.
Existen 3 tipos de tecnología en el uso del GNC:
En cualquier caso los vehículos propulsados por GNC son considerados bastante limpios, ya que sus emisiones de gases nocivos son muy reducidas.
El GNC en todos sus usos resulta un gas mucho más seguro que la gasolina o el gasoil puesto que se dispersa con mayor facilidad en el aire por lo que su tasa de inflamabilidad es menor.
El GLP (gas licuado del petróleo) es un combustible compuesto por una mezcla de gas butano y propano que puede utilizarse en el ámbito doméstico, la restauración, en procesos industriales y en la automoción.
Aunque el porcentaje de uno y otro gas difiere de un país a otro, en España es el siguiente:
A pesar de tener un origen como combustible fósil, cabe destacar que se trata de gases que se queman por completo siendo muy eficientes. Además no contienen plomo, azufre ni otras sustancias agregadas.
Al GLP se le conoce también como autogás y su uso se va extendiendo por sus ventajas económicas pero también medioambientales, como acabamos de señalar.
Las diferencias entre GNC y GLP se manifiestan principalmente en los puntos que vamos a desarrollar a continuación.
Por su implicación en la transición energética, vamos a centrarnos en su uso en automoción, comenzando por el tipo de depósitos que necesitan cada uno de ellos.
El GLP, que es un combustible líquido, requiere de un depósito tórico, esto es, que por su forma circular se localiza en el espacio de la rueda de repuesto.
Por su parte el GNC, que es un combustible gaseoso, se almacena en varias bombonas de alta presión. Por ello ocupa algo más de espacio.
Aunque ambos suponen un ahorro si lo comparamos con combustibles como la gasolina o el diésel, el gas licuado del petróleo resulta algo más económico que el gas natural.
Sin embargo, sí es cierto, por poner un ejemplo, que la inversión en comprar un coche de GLP resulta más cara que en un modelo de gasolina.
De hecho, según un análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), solo necesitas unos 2 años y medio para recuperar la diferencia gracias a que el ahorro en combustible ronda el 30 % aproximadamente.
En este punto, existe una diferencia considerable con respecto al GLP y al GNC.
A día de hoy, los puntos de abastecimiento en España de GLP –más de 800– son más numerosos que los de GNC –poco más de 200 puntos de repostaje–.
La potencia a la hora de adaptar un motor convencional a uno de gas es otra de las diferencias entre GLP y GNC que es importante que conozcas.
Mientras un coche GLP no supone prácticamente ninguna diferencia, los de GNC sí experimentan una pérdida de potencia al adaptar el motor si lo comparamos con un motor de gasolina que se estima en torno al 10 %.
Esto está ligado a los cambios de presión en las cargas y descargas del combustible, así como a los cambios de temperatura.
Los coches propulsados con GNC o GLP cuentan con la etiqueta ECO de la DGT (Dirección General de Tráfico), pero si te preguntas qué combustible es mejor, la respuesta no es sencilla.
La potencia de los vehículos propulsados por GLP y GNC es parecida a la de la gasolina o del diésel. De hecho, un conductor habitual no notará ninguna diferencia con ninguno de los dos.
Asimismo, ambos combustibles abogan y participan en la transformación hacia modelos de movilidad más sostenibles.
A tenor de las diferencias que hemos ido desgranando en este artículo, elegir entre uno u otro depende directamente del tipo de prestaciones que estés buscando.
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