El frío en casa provoca que pagues más de lo que deberías en tu factura energética. Hay soluciones sostenibles y económicas que puedes aplicar.
Pintura térmica: qué es y cómo aplicarla
La pintura térmica te ayuda a ahorrar en tu consumo energético mediante el refuerzo del aislamiento interior y exterior de tu vivienda. Gracias a su composición crea un efecto de cámara de aire que elimina los puentes térmicos, llegando a reducir considerablemente las pérdidas de calor.
Otra ventaja de este tipo de pintura es que puede ofrecer un efecto antimoho, anticondensación, antihumedad e incluso puede ayudar a aislar tus espacios del ruido.
Se trata de un tratamiento aislante que puedes aplicar tú mismo sin necesidad de obras, pero antes de nada sí debes saber qué es la pintura térmica y conocer algunas nociones preliminares de los pasos a seguir para aplicarla correctamente.
¿Qué es la pintura térmica?
La pintura térmica o pintura termoaislante es un compuesto acrílico de resinas y microesferas cerámicas que le otorgan propiedades aislantes tanto para combatir el frío como el calor.
Este tipo de pintura disminuye los puentes térmicos, causantes de la pérdida del calor interior en invierno o de la penetración del calor exterior en verano, gracias a la creación de un efecto de cámara de aire que refuerza el confort de tu hogar.
Su alto porcentaje en microesferas de cerámica le confiere una baja conductividad térmica y una importante capacidad de reflejar el calor. En las épocas de frío las pérdidas de calor se reducen entre un 30 % y un 35 %, según los expertos.
Existen diferentes tipos de pintura térmica tanto para interiores como para exteriores, e incluso puedes encontrar una pintura térmica aislante para tejados. Estos productos suelen ser además permeables al vapor, facilitando que las superficies respiren.
Puedes encontrar pinturas térmicas antimoho y antihumedades, e incluso soluciones que te ofrecen un refuerzo del aislamiento acústico a través de un efecto fonoabsorbente.
¿Cómo se aplica la pintura térmica?
En principio, la pintura térmica para interiores y exteriores se aplica de la misma manera que cualquier otro tipo de pintura, a diferencia de que tarda más en secar.
En lo que respecta a la pintura térmica para tejados también puedes aplicarla tú mismo, aunque en este caso es más práctico y eficaz en tiempo que sea un especialista quien realice el trabajo con las herramientas y medidas de seguridad adecuadas.
Este profesional te ayudará también a elegir un tipo de pintura con el rendimiento y las características impermeabilizantes que necesita tu tejado y te asegurará que el resultado sea perfecto, alargando su ciclo de vida que puede llegar a los 10 o 12 años.
A priori, no necesitas experiencia ni conocimientos previos para utilizar la pintura térmica como vas a comprobar en los siguientes pasos que vamos a compartir contigo. Sin embargo, sí te recomendamos que solicites asesoramiento profesional para elegir el tipo de pintura que mejor se adapte a tus necesidades.
Te detallamos a continuación los pasos a dar.
Prepara la superficie
Este paso es esencial para que obtengas un resultado óptimo. Antes de aplicar la pintura térmica, prepara la superficie. Debe estar limpia, seca y sin irregularidades ni grietas. Tampoco debe tener moho, si es así ráscalo para eliminarlo. Si es necesario corrige las imperfecciones con cemento o mortero.
Si la superficie está pintada previamente y hay zonas desconchadas o descascarilladas, sírvete de una lija de grano medio para homogeneizar la pared que vayas a pintar.
Añade imprimación
El segundo paso es añadir una o dos capas de imprimación para aislamiento térmico. No dejes ninguna zona sin tratar, ya que facilita que la pintura se absorba de manera uniforme, sella los posibles poros y consolida las superficies.
La imprimación es especialmente útil antes de aplicar la pintura térmica para exterior porque refuerza la protección.
Antes de proseguir, debes esperar que la imprimación esté completamente seca.
Aplica la pintura térmica
Remueve la mezcla antes de aplicarla, ya sea manualmente o con una batidora.
La pintura térmica puede aplicarse de varias maneras:
- Con una espátula. Este método te asegura un resultado uniforme en la pared puesto que la textura de esta pintura es similar a la masilla. En este caso se usa sin diluir.
- Con brocha. Este método es ideal para superficies pequeñas o de difícil acceso.
- Con rodillo. El rodillo es práctico en superficies que no sean lisas, es decir que tengan algún tipo de gotelé, por ejemplo. Puedes diluir la pintura térmica según indican sus propias instrucciones aunque por norma general se añade un 5 % de agua a la preparación.
- Con pistola pulverizadora o compresor de pintura. Estas herramientas son muy útiles en superficies extensas y dan muy buenos resultados. En este caso, la pintura se suele usar también diluida.
Remata el proceso
La pintura térmica se aplica con un espesor aproximado de 0,5 mm por capa. Si das 2 capas obtendrás 1 mm de protección y así sucesivamente.
En el caso de que quieras aportar color a tus superficies, puedes elegir una con un revestimiento tintado o bien añadir una pasta de color por tu cuenta. Busca el asesoramiento de un profesional en ese sentido que te aconseje qué opción es mejor con respecto a la pintura que hayas seleccionado previamente.
Igualmente, la pared tratada con pintura térmica aislante puede pintarse sin problemas o si lo prefieres puedes colocar un revestimiento sobre ella como paneles decorativos.
¿Cuántos grados baja la pintura térmica?
La pintura térmica, de acuerdo con los especialistas y dependiendo de la calidad del producto, puede suponer un cambio de hasta 3,5 ºC en tu hogar, aunque no es un método efectivo si no se combina con otras medidas que refuercen el aislamiento de tu vivienda.
Si buscas aislamientos ecológicos, debes saber que existen pinturas térmicas 100 % ecológicas.
Tal y como hemos visto en este artículo, la pintura aislante te ofrece una solución aislante sin recurrir a molestas obras. Al mismo tiempo, estarás apostando por un consumo más sostenible de la energía.
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