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La calidad del aire interior se ve amenazada por el humo del tabaco, la humedad, la composición química de objetos que nos rodean, los productos de limpieza, la combustión en espacios cerrados de estufas de gas o chimeneas de leña o incluso de un gas natural como el radón.
Conocer todos aquellos compuestos que amenazan tu salud te permite adoptar las medidas adecuadas para su control.
Por ello, vamos a hablarte de cómo mejorar la calidad del aire interior de tus espacios y de cómo puedes medirla.
Una buena calidad del aire interior es crucial para la salud de las personas. Por el contrario, un aire contaminado puede generar enfermedades respiratorias como asma o alergias, además de otras enfermedades graves como ictus, anginas de pecho e incluso cáncer de pulmón.
Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), la mala calidad del aire puede manifestarse a través de síntomas agudos y/o crónicos como:
Las consecuencias para las empresas se traducen en un aumento del absentismo, un incremento del estrés y una falta de productividad. De igual modo, estos síntomas y consecuencias son aplicables a los espacios de la vida privada.
La buena noticia es que la calidad del aire se puede mejorar por distintos métodos.
Para purificar el aire existen purificadores muy eficaces, sobre todo si incorporan filtros HEPA (del inglés del inglés High Efficiency Particle Arresting). Se trata de sistemas de retención de partículas volátiles, ácaros y polen de los que, posiblemente, habrás oído hablar a raíz de la pandemia.
Ten presente que la efectividad del purificador de aire depende de la forma en que recoge los contaminantes del interior y de cuánto aire es capaz de extraer a través de su filtro u otro elemento de limpieza.
La ventilación diaria de la casa es un método para combatir la humedad y renovar el aire.
Sin embargo en invierno puede que te muestres más reticente a hacerla o que no cuentes con ventanas en todas las habitaciones para poder realizar una ventilación cruzada, más eficaz.
En esos casos, un sistema de ventilación forzada puede ayudarte a:
Dependiendo del tipo de ventilación, puedes reducir también las concentraciones de radón, sobre todo en edificios subterráneos, bodegas, garajes o trasteros.
Los recuperadores de calor te ayudan a mejorar la calidad del aire interior mientras ahorras energía y tus indicadores de eficiencia energética mejoran.
Estos sistemas rescatan el aire climatizado desechado por un sistema de ventilación mecánica para no perder esa energía.
Como complemento, puedes incluir buenos hábitos como no fumar en casa, incluir plantas que mejoran el aire en interiores como el aloe vera o la hiedra común, realizar el mantenimiento de tu sistema de climatización y mejorar el aislamiento térmico.
El mejor medio para combatir los compuestos orgánicos volátiles es conocerlos.
Estos contaminantes pueden provenir de los materiales de construcción, componentes de acabados, equipamientos, de los productos de limpieza e higiene, etc.
Según la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo del INSST los más habituales son:
El CO2, componente propio del metabolismo de los seres humanos, se suele emplear como indicador general del nivel de contaminación en interiores.
Estos gases inorgánicos se generan durante la combustión de combustibles y de ozono (O3) por reacciones fotoquímicas en atmósferas contaminadas.
En esta categoría se incluyen los compuestos orgánicos muy volátiles (COMV), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los compuestos orgánicos semivolátiles (COSV) y los compuestos orgánicos asociados a partículas (COAP).
En el mercado puedes encontrar diferentes tipos de medidores con sensores que habitualmente miden la concentración de:
Algunos incorporan incluso sensores de radón y de temperatura.
España ha sido pionera en incluir en la modificación del Reglamento de Instalaciones Térmicas de la Edificación (RITE), publicada en el Real Decreto 238/2013, de 5 de abril, 2 operaciones de mantenimiento relativas a la calidad de aire en interiores y la higiene de los sistemas de climatización:
La revisión de la red de conductos de acuerdo con la norma UNE 100012:t.
La revisión de la calidad ambiental de acuerdo con los criterios de la norma UNE 171330:t.
Del mismo modo, la sección 3 del Documento Básico de Salubridad del Código Técnico de la Edificación en la sección de Exigencia básica HS 3 (CTE DB HS3) del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda urbana, es el otro documento regulador de la calidad del aire en interiores que expresa que los edificios:
En cuanto al gas radón, del que ya hemos hablado, un gas radiactivo de origen natural, el Real Decreto 732/2019, de 20 de diciembre, por el que se modifica el Código Técnico de la Edificación por su penetración en edificios le presta una atención especial por su relación con el cáncer de pulmón.
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La vida útil y costes de una batería de coche eléctrico dependen de su tecnología y del uso. Al cabo de los años pierden parte de su capacidad de carga.
Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) impulsan la responsabilidad corporativa, competitividad y resiliencia ante desafíos globales.