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Calefacción de gas: cómo funciona y cómo ahorrar con ella

La calefacción de gas proporciona una magnífica relación precio-poder calorífico que se puede traducir en un importante ahorro en la factura por este concepto. 

Con el foco puesto en sus múltiples ventajas, en este artículo vamos a describirte cómo funciona y cómo puedes ahorrar con ella pero antes, una pequeña parada para ver los distintos tipos de gas. 

¿Qué gas se usa para la calefacción?

Existen diferentes fuentes de energía para la calefacción como la electricidad, el gas, el gasóleo, los GLP o Gases Licuados del Petróleo, las energías renovables y el carbón. 

Si nos centramos en el gas existen 3 tipos: 

  1. Butano: es el menos utilizado en instalaciones de calefacción. Suele utilizarse en elementos independientes. 

  2. Propano: especialmente indicado para zonas rurales y lugares muy fríos ya que soporta temperaturas de hasta -44°C.

  3. Gas natural: se beneficia de las importantes redes de distribución creadas en ciudades y pueblos. 

Estos 3 tipos de gases pueden utilizarse en una instalación de calefacción gestionada por una caldera que proporcione además Agua Caliente Sanitaria o ACS y permita también su uso en la cocina. 

Pero de los tres, vamos a centrarnos en concreto en el gas natural, por ser una fuente de energía altamente eficiente y que genera menos emisiones de gases contaminantes (SO2, CO2, NOx y CH4) por unidad de energía producida. 

¿Cómo funciona la calefacción de gas natural?

La instalación calefacción de gas natural consta de una caldera encargada de calentar el agua que será distribuida para distintos fines por toda la vivienda. Esto se consigue gracias a un sistema de tuberías que llega hasta los radiadores. 

Si lo que buscas es eficiencia, la caldera debe ser de condensación -en edificios es obligatorio según el Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios-. Estas calderas recuperan el calor residual de la combustión para calentar el agua. 

En cuanto a los radiadores puedes elegir entre: 

  • Radiadores de hierro fundido. Conservan el calor durante mucho tiempo por lo que poseen mucha inercia térmica, pero tardan en calentarse.

  • Radiadores de aluminio. Se montan en base a elementos ensamblados según las necesidades caloríficas de los espacios. Poseen poca inercia térmica, aunque llegan a la temperatura necesaria antes.

Y si nos fijamos en el sistema de tuberías, este puede ser de 2 tipos: 

  1. Monotubo: en este caso una única tubería recorre el circuito. El inconveniente de este sistema es que la temperatura no se distribuye homogéneamente ya que los últimos elementos tardan más en calentarse. 

  2. Bitubo o paralelo: esta instalación facilita que todos los elementos alcancen la temperatura requerida al mismo tiempo. Resulta más caro, ahora bien es más eficiente.

Ventajas y desventajas de la calefacción de gas natural

En los últimos años el consumo de gas natural en España ha crecido considerablemente debido a las ventajas de este tipo de gas como fuente de energía.

Las ventajas principales del gas natural son: 

  • Alta eficiencia.

  • Energía limpia y segura.

  • Precio económico. 

  • No requiere de depósitos o bombonas gracias a su amplia red de distribución.

Sin embargo, ten también presente que tiene ciertas desventajas:  

  • Precio elevado de la instalación.

  • Mantenimiento necesario que debe ser realizado por un técnico especializado.

  • No llega a todas las zonas no urbanas. 

Precio de la instalación de gas natural

La instalación de la calefacción de gas natural es algo elevada, no obstante se compensa rápidamente al facilitar el consumo eficiente. 

Su precio depende de 4 factores fundamentales:

  1. El tipo de vivienda que tengas: la instalación en una casa unifamiliar es más cara que en un piso.

  2. El tipo de caldera y su potencia.

  3. El número de radiadores que componen el circuito o el número de metros a cubrir si te decantas por suelo radiante.

  4. El tipo de sistemas de tuberías que pueden ser monotubo o bitubo como ya te hemos explicado. 

A estos elementos hay que añadir los documentos, permisos, licencias y certificados necesarios, además de la mano de obra de un técnico autorizado. 

Siguiendo estos criterios y a modo de ejemplo, el precio orientativo de la instalación de la calefacción de gas natural en un piso de 100 m² ronda los 3.500€. En el caso de una casa unifamiliar significa unos 4.500€. 

Este desembolso inicial se ve recompensado a medio plazo, ya que si lo comparamos con el consumo de una calefacción eléctrica, el gas natural puede suponer hasta un 50% menos en tu factura, tal y como manifiesta la OCU

¿Cuánto cuesta calentar una casa con gas natural?

El precio de calentar una casa con gas natural depende de qué tipo de vivienda tienes y de sus características. 

Aunque para que te hagas una idea, calentar una vivienda de 90 m² con gas natural cuesta algo más de 450€ al año. 

Sin lugar a dudas, para ser proactivo en tu ahorro debes identificar los medios a tu disposición, te detallamos algunos.

¿Cómo ahorrar en calefacción de gas? 5 consejos útiles

Para ahorrar en tu factura de calefacción de gas el primer paso es conocer las nuevas tarifas de gas y contratar la que se adapte mejor a tu consumo. 

Sabiendo qué opciones tarifarias tienes, apunta estos consejos: 

  1. Elige una caldera de condensación de alta gama para aprovechar mejor la energía. 

  2. Instala termostatos inteligentes, te permitirán programar tu calefacción respetando tus hábitos de vida y desconectarla cuando no la necesites. 

  3. Dimensiona correctamente los radiadores y colócalos estratégicamente. Colocar los elementos necesarios hará que distribuyas mejor el calor. Confía en el asesoramiento de un experto que estudiará al detalle tus necesidades. 

  4. Mantén una temperatura media entre 19° y 21° durante el día.

  5. Apaga la calefacción cuando ventilas. Recuerda que 5 minutos son suficientes. 

¿Sabías que contratar el suministro de electricidad y de gas natural con la misma compañía puede ser una buena opción para ahorrar en tu factura? 

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