¿Qué es, tipos y quién asigna el peaje de acceso al gas?
El peaje de acceso al gas, también conocido como tarifa de acceso, es una parte de la factura del gas mediante la que se financia el mantenimiento del sistema gasista español. Te contamos a qué se refiere este concepto del peaje de acceso, sus últimas novedades normativas y cómo se calcula en tu recibo.
¿Cuál es la diferencia entre el radiador y el convector?
Una de las principales diferencias entre el radiador y el convector se encuentra en que el primero revuelve menos el aire por lo que no traslada tanto el polvo ni crea tanta sequedad en el ambiente.
Asimismo, la sensación térmica generada por los radiadores y el tiempo que mantienen el calor es superior a lo que se consigue usando los convectores como medio de generación de temperatura.
Por contra, la rapidez para producir calor de los convectores es mayor que la de los radiadores.
Por último, las dimensiones de las superficies a calentar también marca una diferencia entre estos dos aparatos. Así, el convector se recomienda como dispositivo para calentar espacios o estancias pequeñas, mientras que el radiador es ideal para viviendas no muy grandes o como complemento a otros sistemas de calefacción.
¿De qué material están hechas las tuberías de gas natural?
No hay un único material idóneo para las tuberías de gas natural, de hecho, los materiales más comúnmente utilizados en su fabricación son el acero, el cobre y el polietileno.
Los tubos de acero son altamente resistentes a la presión y a las condiciones ambientales. Esto garantiza que sea un material idóneo tanto para instalaciones internas como externas, subterráneas o a nivel de suelo, a pesar de que pueden presentar problemas de oxidación.
Por otro lado, su vida útil es larga, son livianos y su instalación no presenta excesivas complicaciones dada la flexibilidad con la que cuenta y la compatibilidad con procesos de soldadura.
Su principal hándicap son el precio y la conductividad térmica.
Los tubos de cobre han sido los protagonistas en las instalaciones de gas por décadas, sobre todo, en las interiores. Incluso en algunos casos se aprovecha su color a la hora de decidir dada su mayor encaje como elemento decorativo.
Es fácil de instalar, es un material liviano y también permite soldadura en caso de ser necesaria para su instalación. Su conductividad térmica es otra de sus ventajas.
En contra tiene que es un producto más caro y menos resistente que el acero.
Los tubos de polietileno son mucho más económicos, completamente dúctiles y compatibles con instalaciones subterráneas.
La parte negativa de ellos es que no son recomendables en instalaciones exteriores donde la exposición al sol sea alta, dado que en estas condiciones el material se deteriora con relativa facilidad.
Tampoco se aconsejan en instalaciones en zonas con actividad sísmica reconocida ni en aquellas que abastecen redes de gas de alcantarillas y túneles.
¿De dónde viene el gas de la cocina?
El punto de origen del gas de la cocina depende directamente del tipo de gas utilizado en el suministro de la misma.
Independientemente de que existen más, los 4 combustibles más comúnmente usados en el suministro de este electrodoméstico de gama blanca son:
Gas natural. El punto de origen del gas natural antes de llegar a la cocina de tu casa son los gasoductos.
Gas propano. Este tipo de gas puede llegar a tu casa de 3 formas distintas. A saber: canalizado desde un depósito central encargado de abastecer a varios edificios residenciales o inmuebles a través de tuberías, a granel desde un depósito propio de propano –esta opción es muy habitual en viviendas unifamiliares–, envasado en bombonas de distintas capacidades –de 11 kilogramos ideales para viviendas unifamiliares o pisos con poco consumo y de 35 kilogramos para viviendas con alto consumo o para negocios–.
Gas butano. El butano comercial viene embotellado en las archiconocidas bombonas que contienen una mezcla de butano, propano, isobutano y etano. Como dato anecdótico decir que estas bombonas incluso cuentan con una denominación de color propia “color butano”.
GLP o gas licuado del petróleo. El suministro de GLP a tu cocina puede llegar desde bombonas o cilindros, desde depósitos estacionarios o desde redes de distribución habilitadas a tal efecto.
¿Cuántos litros de agua lleva un radiador de calefacción?
El número de litros de agua que lleva un radiador de calefacción no corresponde a una cifra estándar y depende directamente de la cantidad de elementos, del tamaño y de la capacidad del propio radiador.
Por su parte, el número de elementos y el tamaño de cada radiador se determina en función de una serie de factores de la vivienda como son: superficie de cada estancia, orientación, grado de aislamiento de puertas y ventanas exteriores, zona climática, etc.
¿Es mejor un horno a gas o eléctrico?
A la hora de comprar este electrodoméstico puede que se te plantee la duda de si es mejor un horno a gas o uno eléctrico.
La respuesta está supeditada a aspectos tales como el consumo, la eficiencia energética, la limpieza y el uso que le vas a dar.
Teniendo en cuenta el consumo, por lo general los hornos a gas resultan más económicos. El hecho de que, en general, los hornos eléctricos representen una mayor demanda de energía incide directamente en tu factura de la luz mensual.
Este hecho es relevante, ya que la decisión también puede verse condicionada por la frecuencia de uso. Esto es, si este electrodoméstico es para una familia que lo usa con mucha frecuencia o si es para un single que lo usará de forma esporádica.
En cualquier caso, los modelos de más reciente lanzamiento tienen en cuenta la eficiencia energética y así lo ponen de manifiesto en su etiquetado.
En temas de instalación, el horno a gas suele requerir de una mayor obra lo que supone un mayor costo inicial que puede verse amortizado con el menor coste de consumo a lo largo de su vida útil.
En cuanto a los resultados, según los expertos el horno a gas potencia el sabor de los alimentos horneados mientras que el horno eléctrico distribuye mejor –de manera más uniforme– el calor en la cocción. Además, el horno a gas tarda menos en calentarse –y en enfriarse– que su homólogo eléctrico.
Por útlimo, la versión eléctrica aporta un elemento clave como es la facilidad de limpieza y mantenimiento frente al horno de gas que acumula más suciedad tanto en su interior como en el resto de la cocina.
¿Cuál es el precio de una instalación de gas natural?
El precio de una instalación de gas natural depende de varios factores: el tipo de instalación, si hay que realizar una acometida o no, el tamaño y distribución de la vivienda, la dimensión de la instalación, si lleva calefacción o no, el número de radiadores o las ayudas de las Administraciones Públicas. En el caso de los edificios, el precio promedio puede rondar entre los 1.200 y 3.500 euros por piso; y en una vivienda unifamiliar entre 2.000 y 4.000 euros.
¿Cuál es el consumo medio de gas natural en una vivienda?
Según el último Informe SPAHOUSEC II del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), publicado en 2019, el consumo promedio de gas natural en una casa española es de 5.097 kWh al año. En los hogares que cuentan con calefacción, calentador de agua y cocina a gas, el consumo medio de gas anual asciende a 7.921 kWh.