
Los derechos de extensión forman parte de los derechos de acometida y se deben abonar ante nuevas altas de luz o cuando aumentas la potencia.
Una descarga eléctrica es un tipo de fenómeno que puede resultar muy peligroso dada su capacidad para provocar tanto quemaduras de distinta consideración como incendios.
Las descargas eléctricas son el resultado de una diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos conectados por un material conductor que permite que la corriente eléctrica fluya entre ambos.
Pueden tener diferente intensidad dependiendo de la magnitud del flujo de corriente y de la duración de la descarga.
Estas descargas pueden producirse de forma natural, como sucede con las cargas eléctricas liberadas en forma de rayos durante las tormentas, o de forma artificial, como las que se pueden generar a causa de un cortocircuito o debido a una manipulación descuidada durante un trabajo de reparación o mantenimiento.
Las descargas eléctricas pueden ser muy diferentes entre sí, pero todas ellas cuentan con una serie de características que pueden ayudar a calcular su magnitud y el potencial peligro que pueden representar.
La intensidad de una descarga eléctrica se mide en amperios (A), y hace referencia a la cantidad de corriente eléctrica que fluye a través del elemento conductor durante un tiempo determinado. Las descargas eléctricas pueden ser de baja intensidad o de alta intensidad, siendo estas últimas las que suponen un peligro importante tanto para los seres vivos como para las estructuras artificiales como casas o edificios.
La duración de una descarga eléctrica hace referencia al período total de tiempo durante el cual se produce la descarga. Determinadas descargas eléctricas, como las originadas por la caída de un rayo, pueden tener una duración bastante larga.
La conductividad de las descargas eléctricas depende por completo –como es lógico– del elemento conductor, y hace referencia a la facilidad con la que la corriente circula a través de él. Algunos materiales, como el cobre o el aluminio, son buenos conductores de electricidad, mientras que determinados materiales aislantes, como la madera, la goma o el plástico, no permiten el paso de la corriente.
Las descargas eléctricas pueden suponer un gran peligro para el ser humano debido a su capacidad para generar incendios y provocar quemaduras. Esta característica está directamente ligada a la intensidad y duración de la descarga, ya que las de alta intensidad y duración prolongada pueden ser extremadamente peligrosas y, en el caso de los seres humanos, pueden causar daños graves en los tejidos y órganos internos.
Muchas descargas eléctricas accidentales se producen al no tomar las precauciones adecuadas a la hora de manipular aparatos eléctricos o de realizar trabajos de mantenimiento o reparación en una instalación.
Seguir los siguientes consejos puede ayudarte a prevenirlas:
Los derechos de extensión forman parte de los derechos de acometida y se deben abonar ante nuevas altas de luz o cuando aumentas la potencia.